“Ser de izquierdas, votar a Carlos Suárez” es uno de los muchos memes que se están generado estos días sobre el atípico candidato de Foro Oviedo. Oviedismo, defensa del patrimonio histórico y natural, soltura en el manejo de las redes sociales, propuestas ecológicas, y altas toneladas de sentido común, hacen del aspirante forista un tipo que cae más simpático que su partido, una formación que lleva desde 2015 fuera del Ayuntamiento de la capital asturiana.
Dice Carlos Suárez que en Twitter ya es alcalde, pero que la vida analógica es otra cosa. Poca gente conocía hace unos meses a este ingeniero y empresario fuera de su ámbito familiar y profesional. Sin embargo, gracias a un trabajo paciente y continuado, a una buena capacidad comunicadora y a sus propuestas innovadoras – parque tecnológico en Almacenes Industriales, senda peatonal para conectar el Naranco con el Parque de Invierno o reconversión del parking de La Escandalera en un espacio cultural- Suárez se ha ido logrando hacer un hueco en la agenda política carbayona. Incluso medios que al principio lo ignoraban terminaron dándole cancha.
Suárez tiene un perfil transversal. Colaboró a nivel profesional con Somos Oviedo/Uviéu en la concejalía de Urbanismo, ya que es experto y consultor a nivel internacional en temas de movilidad. Es firme defensor de la conservación integral de La Vega, se opone a la construcción de viviendas en el recinto, y fue clave en lograr que Foro pasara de defender la Ronda Norte a abogar por alternativas que no toquen el Naranco. Además defiende la oficialidá de la llingua asturiana. Un perfil quizá demasiado progresista para el votante de centro-derecha que Foro aspira a captar. Ninguna encuesta le ve dentro del Ayuntamiento después del 28M.
Suárez confía la esperanza y cree posible una sorpresa a tenor de la relevancia que ha ido adquiriendo. Su campaña ha sido brillante y la más original de unas elecciones locales tan planas como el resto de la campaña autonómica. Pase lo que pase el domingo retengan su nombre.
