Juan José Fernández es Coordinador de Izquierda Unida en Avilés. Hace años fue Concejal de Cultura en el Ayuntamiento antes de que se rompieran las relaciones entre PSOE e IU y este último saliera del gobierno de la ciudad. Comprende que el entendimiento en esta ocasión era necesario y que no haberlo hecho “hubiese sido una acto de irresponsabilidad”, según él, por parte de Cambia Avilés y PSOE. A lo largo de la entrevista da algunas claves sobre cómo fue la negociación donde reconoce que hubo algunos puntos difíciles para alcanzar el acuerdo final. Admite que el contexto estatal ha influido en la búsqueda del entendimiento “aunque hay habido momentos de tensión”, y explica que el factor humano que el pacto entre IU y Podemos en Avilés, además de con las coincidencias ideológicas, tiene que ver con afinidades personales, algo que, en su opinión, “tiene mucha importancia en política.”
Del 1 al 10, ¿cómo de ardua fue la negociación entre Cambia Avilés y PSOE para conformar gobierno?
Hay que tener en cuenta que nosotros éramos un grupo que estábamos en la oposición y el PSOE era un grupo que estaba en el gobierno. Es mucho más sencillo cuando hay un cambio de mayorías, y la oposición entra a gobernar, que ensamblar a un partido que está en la oposición con un partido que está en el gobierno. Lógicamente, siempre hay tiranteces previas.
La última vez que gobernamos juntos en la izquierda fue hace doce años y no ha sido como partir de cero, sino que quizás hemos tenido que partir de menos cinco. Obviamente, ha sido una negociación compleja porque primero ha habido que superar las desconfianzas y establecer unos mínimos para poder avanzar y llegar a acuerdos. Dicho esto, la negociación fue más cómoda y fluida de lo que cabría esperar.
“La dinámica estatal de entendimiento entre las izquierdas tiene influencia también a nivel autonómico y a nivel local.”
Lo cierto es que el PSOE llegó a afirmar que ellos podrían haber llegado a gobernar en solitario, que ustedes no se hubieran atrevido a permitir que un candidato del PP y Vox pudiese alcanzar la alcaldía. ¿Este fue el primer planteamiento de los socialistas cuando empezaron a negociar?
Nosotros y el PSOE siempre coincidimos en el diagnóstico. No se podía gobernar con 9 concejales, que son los que tiene el PSOE, de 25 que hay en total. Avilés necesita un gobierno estable y un gobierno fuerte. También un gobierno progresista porque fue lo que los avilesinos decidieron y eso es fundamental para la transformación de la ciudad y para el desarrollo económico de la misma. Hay toda una serie de problemas que tiene la ciudad que se deben acometer con un gobierno fuerte. En eso coincidíamos las dos fuerzas políticas y eso fue lo que nos llevó a empezar a hablar.
También coincidíamos en que la ciudadanía había recetado diálogo. Al no dar ninguna mayoría a ningún partido, lógicamente el futuro de Avilés pasaba por un entendimiento entre las fuerzas de la izquierda.

¿La dinámica estatal ayudó esta vez para ponerse de acuerdo?
Sí, sin duda, ayudó. La dinámica estatal de entendimiento entre las izquierdas tiene influencia también a nivel autonómico y a nivel local. Digamos que las diferencias políticas que existían entre las dos fuerzas de la izquierda, Cambia Avilés y PSOE, quedaban matizadas por el hecho de que compartíamos gobierno a nivel estatal. El planteamiento siempre fue llegar a un acuerdo. No obstante, sí es cierto que llegó a estar sobre la mesa en más de una ocasión la posibilidad de que el PSOE gobernara en solitario.
¿Entonces ustedes sí llegaron a plantearse esta posibilidad?
Sí, varias veces durante la negociación. En una negociación hay momentos fluidos y momentos donde hay tensión. Eso no se puede ocultar. Ocurre en todas las negociaciones. En cualquier caso, nosotros optamos por discutir las cosas de forma interna. No tiene ningún sentido andar escenificando diferencias hacia el exterior que solo sirven para perturbar la negociación y para generar sombras sobre la misma. Fue una negociación sincera y honesta. Lo que hicimos fue poner encima de la mesa los dos programas electorales y negociar sobre aquellas cosas que nos diferencian. Como fuerzas progresistas que somos coincidíamos en muchas cosas o teníamos pequeñas diferencias de matiz sobre algunas de ellas. En los temas en los que tenemos diferencias importantes estuvimos analizando las cuestiones con cuidado y buscando puntos de entendimiento que posibilitaran un gobierno de futuro sin, digamos, sorpresas eventuales.
“Había dos opciones: optar por compartimentos estancos u optar por un gobierno transversal en el que se fomentara la colaboración y las sinergias entre las dos fuerzas políticas. Optamos por lo segundo. El tiempo dirá si acertamos o no.”
Avilés y PSOE van a compartir algunas áreas dentro de la misma concejalía, por ejemplo, disciplina urbanística o patrimonio. ¿Están bien delimitados los mecanismos de colaboración y toma de decisiones en caso de desacuerdo?
Esto es una realidad dinámica. Hay que darse cuenta de que partíamos de una organización de trabajo en el ayuntamiento con 9 concejales de gobierno más la alcaldesa. Ahora pasamos a doce concejales de gobierno más la alcaldesa. Es decir, es obligatorio fraccionar las áreas y que en algunas áreas haya concejales de ambos grupos políticos. Había dos opciones: optar por compartimentos estancos u optar por un gobierno transversal en el que se fomentara la colaboración y las sinergias entre las dos fuerzas políticas. Optamos por lo segundo. El tiempo dirá si acertamos o no. Nos pareció que lo más adecuado era la fórmula de colaboración. Yo creo que la decisión es acertada, pero, insisto, el tiempo dirá si eso va a aumentar la conflictividad. Lo que sí le puedo decir es que todo el trabajo que hicimos durante la negociación fue para que no hubiera dos gobiernos. Se trataba de tener un solo gobierno en la ciudad y a ello le dedicamos muchos días, analizando y discutiendo para evitar posibles conflictos futuros. Tenemos más o menos pactado por dónde vamos a ir en los temas complejos. En los otros temas, en los que no hay conflictividad, estamos seguros que todo fluirá sin dificultad.

Entiendo que acaban de conformar el gobierno de la ciudad, pero déjeme entrar ligeramente en cuestiones de gestión. La vivienda era uno de los ejes centrales de la campaña de Cambia Avilés y esta misma semana la concejala Ana Solís anunció que se va a crear un censo de viviendas para el proyecto “Avilés alquila”. ¿Se pretende dar un impulso a esta iniciativa?
No podemos hablar todavía. Nos quedan cien días para aterrizar y estamos con el paracaídas puesto. Todavía estamos determinando cuál es el terreno en nuestras áreas de gestión. Cosas básicas, como conocer a las personas que trabajan en las áreas, en qué trabaja cada uno. Tenemos que hablar con los concejales salientes para ver qué asuntos quedan pendientes. Dicho esto, es cierto que para la izquierda el tema de la vivienda es una cuestión estratégica. El derecho a la vivienda tiene que estar en el frontispicio de cualquier pacto de progreso que haya en Avilés. Poner vivienda de alquiler para los jóvenes o para las personas con menos recursos va a ser uno de los objetivos centrales de este gobierno.
Entiendo que aún no puede avanzar cómo se va a materializar.
Estamos empezando a dar los primeros pasos. El compromiso es que la vivienda sea un eje central del trabajo de este gobierno e iremos viendo cómo se desarrolla.
“el Centro Niemeyer no se construyó con el objetivo de absorber la programación y actividad cultural de Avilés. No se construyó para convertirlo en la nueva Casa de Cultura de la ciudad.”
En el acuerdo se habla de reforzar la relación entre el Centro Niemeyer y la ciudad de Avilés. ¿Entienden que hay un déficit en este sentido?
Precisamente el Niemeyer fue uno de los asuntos en los que hubo desencuentros durante el anterior mandato. Nosotros promovimos una declaración institucional que apoyaron todos los grupos políticos de la ciudad y que luego también se trasladó a la Junta General del Principado donde se aprobó prácticamente por unanimidad. Hemos cerrado una etapa negra del Niemeyer, la de la de etapa judicial, la etapa del pago de la deuda, deuda de la que este mismo año se ha terminado de pagar el último plazo de esa deuda millonaria que estuvo lastrando el desarrollo y el presente del Centro Niemeyer. Era el momento de aprovechar el comienzo de una nueva etapa para avanzar en el reconocimiento del Centro Niemeyer en dos en dos niveles. En primer lugar, el Centro Niemeyer no se construyó con el objetivo de absorber la programación y actividad cultural de Avilés. No se construyó para convertirlo en la nueva Casa de Cultura de Avilés. Costó más de 400.000 euros de dinero público con el objetivo de convertir la cultura en un factor de desarrollo económico para la ciudad; de captación de turismo; de impulsar la ciudad, además de en el turismo y la industria, en el desarrollo cultural y de infraestructuras culturales. Ese fue el objetivo. El nombre del lugar es Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer. El carácter internacional que nos indica el nombre y el referente internacional que supone el arquitecto que diseñó el Centro, la única obra de Óscar Niemeyer en España, nos están diciendo que tenemos un edificio emblemático y singular.

Hay que recuperar la vocación internacional con una programación ambiciosa, no una programación dirigida al público local, sino una promoción dirigida a captar visitantes de Asturias, visitantes de España, incluso internacionales, para recuperar los objetivos con los que se construyó. Pero, además, hay que hacer que el Centro Niemeyer sea mucho más asequible para las organizaciones culturales y sociales de la ciudad. No es un centro avilesino, pero tiene que tener las puertas abiertas para el tejido asociativo y cultural de Avilés. Avilés tiene que sentirlo como propio, no como una cosa que está ahí al otro lado de la ría. La gente de la ciudad tiene que verlo como una cosa que es nuestra. Esas son las dos cosas que están en el acuerdo: recuperar la ambición con la que nació; y por otro lado, abrir sus puertas a los proyectos de calidad que haya en la ciudad.
Para ello, la cuestión económica es fundamental. También figura en el acuerdo.
Hemos acordado pedir un incremento del 50% en el presupuesto. En el acuerdo hay cosas de ámbito local y cosas de ámbito asturiano que buscan implicar al gobierno asturiano. Nosotros ya tenemos el compromiso tanto de Podemos, como de Izquierda Unida para buscar ese incremento autonómico de financiación para el Centro Niemeyer. Lógicamente el PSOE de la ciudad tiene que conseguir lo mismo. Es un compromiso que ellos adquirieron y nosotros también.
“Nosotros consideramos que el agua es un derecho fundamental, un bien de primera necesidad, y no puede convertirse en un negocio y ser una mercancía más. El agua tiene que estar en manos públicas.”
Entonces, ¿no estamos hablando de un punto voluntarista o declarativo dentro del acuerdo de gobierno, sino que es un objetivo real?
Es uno de los puntos centrales en el acuerdo de gobierno. Es verdad que para cumplirlo dependemos de los presupuestos del Principado, pero dese cuenta que las mayorías en Avilés son las mismas que en Asturias; y nosotros sí tenemos el compromiso de nuestra organización, el PSOE la tendrá de la suya. De hecho, en los estertores del anterior mandato la Consejería de Cultura adquirió el compromiso. Se puede decir que hay un consenso sobre este asunto, pero nosotros quisimos que quedara claro y que apareciera como en un elemento central del acuerdo. Tiene que haber una nueva etapa para el Niemeyer.
Sin duda el acuerdo en torno a la empresa mixta Aguas de Avilés es un punto central en el acuerdo. De hecho, aparece más desarrollado que cualquier otro tema en el acuerdo de gobierno donde el gobierno de la ciudad se propone restringir las aportaciones de esta empresa y tener más control sobre la actividad. ¿Cómo ha sido recibido por la empresa?
Nosotros no tenemos ninguna relación con la empresa y, a partir de ahora, las que tendremos serán estrictamente profesionales. Todo el mundo sabe que desde Cambia Avilés no tenemos una relación fluida con la empresa. La hemos llevado en multitud de ocasiones a los tribunales. Nosotros nunca hubiéramos permitido a esta empresa entrar en Avilés. No conocemos su punto de vista sobre este acuerdo. Y tampoco tenemos mucho interés, esa es la verdad. Hay unos compromisos adquiridos por un contrato firmado, eso es cierto. Evidentemente el plantearse la reunificación del agua sería una auténtica locura. Económicamente llevaría al ayuntamiento a una situación muy difícil porque las cláusulas están hechas de forma muy leonina para el ayuntamiento. El margen de maniobra es el que es. Nosotros consideramos que el agua es un derecho fundamental, un bien de primera necesidad, y no puede convertirse en un negocio y ser una mercancía más. El agua tiene que estar en manos públicas. Ahora bien, como digo, la realidad es la que es. Hay un contrato firmado por veinticinco años y nosotros tenemos que respetarlo, pero, eso sí, aportando más transparencia. Vamos a estar vigilantes sobre todo lo que ocurre, vamos a conocer las tripas de la gestión del agua. Se va a crear un observatorio del agua y tenemos el compromiso de no hacer ningún tipo de aportación extraordinaria a la empresa. También contamos con el compromiso de reducir las tarifas a las pequeñas y medianas empresas.

¿Fue este uno de los puntos más difíciles de negociar entre Cambia Avilés y PSOE?
Es una de las cosas que más tiempo llevó y más tensión creó hasta llegar a un acuerdo, pero creo que hemos generado un terreno de juego propicio para no generar conflictos en el futuro. Evidentemente, nosotros no podemos estar en un gobierno que de una aportación extraordinaria a una multinacional con la excusa de la pérdida de beneficios debido al COVID o por el descenso en el consumo de agua. Nosotros no podíamos estar en un gobierno que hiciera eso y es algo que dejamos claro desde el principio. Finalmente, alcanzamos una fórmula en que se garantiza que en los próximos cuatro años no va a haber aportaciones extraordinarias y, como ya he dicho, vamos a estar más vigilantes sobre cómo se hacen las cosas.
“Es la primera vez que hay una concejalía de Memoria en el Ayuntamiento de Avilés y, además, al frente de ella está Ana Solís, que es miembro de la Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR).”
El asunto del agua fue el que propició hace once años que PSOE e Izquierda Unida rompiéramos en Avilés. Como ya dije antes, el contexto estatal entre fuerzas progresistas ha ayudado al entendimiento, así como la emergencia de los gobiernos pactados entre Vox y Partido Popular. Estábamos obligados a entendernos. La gente está viendo lo que está pasando. Están censurando obras culturales. A Virginia Woolf, a Lope de Vega, contenidos LGTBi, etc. Ante estos retrocesos, estamos obligados a alcanzar soluciones de acuerdo aunque sean complicadas. Eso vale tanto para Madrid como para Avilés.
En en el acuerdo se hace una mención expresa a colaborar en el Instituto de la Memoria Histórica. La inclusión de este punto en el acuerdo ¿busca confirmar el compromiso de las dos formaciones o desde Cambia Avilés se considera que hay un déficit de cosas que se podían haber hecho y que ahora mediante el acuerdo sí se harán?
Es la primera vez que hay una concejalía de Memoria en el Ayuntamiento de Avilés y, además, al frente de ella está Ana Solís, que es miembro de la Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR), muy comprometida con los familiares y la memoria histórica. Para nosotros es un asunto central. No es que no se hayan hecho cosas, se han hecho, y algunas muy interesantes, pero creemos que hay muchas cosas más que se pueden hacer.

¿Qué lugar ocupa la demanda de la oficialidad de la lengua asturiana en el acuerdo de gobierno del Ayuntamiento de Avilés? Lo cierto es que en el acuerdo escrito no se menciona.
Igual que en Memoria, también aquí hay una concejalía de la Llingua . Hay un concejal de deportes y de normalización lingüística. Eso tampoco existía antes del acuerdo. Para Cambia Avilés el tema de la recuperación lingüística es fundamental. No tiene que ver con la situación que existe ahora mismo con Vox en Gijón. No es algo reactivo. Siempre fue un tema de trabajo. La Estaya de la Llingua se creó en Avilés siendo yo Concejal de Cultural. En este acuerdo de gobierno pedimos llevar nosotros este tema. Así que se ha sacado del área de cultura, que lo lleva PSOE, y lo hemos llevado a Deportes que es un área de Cambia Avilés. Este cambio, como digo, como el caso de la Memoria, es debido a que en Cambia Avilés tenemos un interés especial en gestionar estos dos asuntos. Esto no es un brindis al sol. Todo ello va acompañado de un incremento económico para hacer estos trabajos. También he de decir, como antes, que ya se estaba haciendo un trabajo sobre este asunto en la pasada legislatura, pero se trata de potenciarlo.
“Si en Avilés su hubiera reproducido la misma situación que se dio a nivel de Asturias, de que Podemos e Izquierda Unida van por separado, el gobierno de la ciudad ahora mismo sería del PP y de Vox.”
Izquierda Unida y Podemos han pactado en Avilés. Esto es casi una excepción en Asturias. Solo en Cangas de Onís hay un pacto similar. ¿Por qué en Avilés sí ha sido posible?
El entendimiento en política, como en la vida, depende de las personas. Muchas veces esto es más importante que las coincidencias políticas. Hay partidos políticos que tienen unos conflictos internos interminables, como todos sabemos. Izquierda Unida tiene sus sensibilidades; Podemos tiene las suyas; en el PSOE también. A veces estas sensibilidades son difíciles de gestionar.
Dicho esto, en Avilés creo que hemos coincidido unas personas con un talante dialogante y de búsqueda de entendimiento. Todos entendimos que, por responsabilidad, Avilés necesitaba una izquierda fuerte. Si en Avilés su hubiera reproducido la misma situación que se dio a nivel de Asturias, de que Podemos e Izquierda Unida van por separado, el gobierno de la ciudad ahora mismo sería del PP y de Vox. Fue un acto de responsabilidad que los avilesinos respaldaron. La candidatura conjunta tuvo casi 800 votos más que las candidaturas autonómicas de los dos partidos yendo por separado. Si nosotros hubiéramos escenificado una división, no habría un gobierno progresista y hubiera sido una irresponsabilidad tremenda. Las dos organizaciones se entienden, pero no solo se entienden en el ayuntamiento, también se entienden los afiliados.
¿Y por qué cree que no es posible a nivel de Asturias?
Pues yo creo que tiene que ver con las personas. Es más difícil cuando hay una estructura más amplia. Tal vez en una ciudad del tamaño de Avilés nos conocemos todos. Eso es para bien aunque también puede ser para mal. No es el caso de Avilés. En su momento supimos conjugar bien lo que es la tradición histórica de Izquierda Unida, que hunde sus raíces en la Transición, con una nueva izquierda que surgió en la ciudad, con la que se vincularon otros sectores sociales con los que no habíamos tenido en muchos casos relaciones o la relación había sido escasa. Nunca hubo enemistades personales ni choques que generaran heridas. Siempre tuvimos claro que teníamos que entendernos sí o sí, que eso era lo mejor para la izquierda de Avilés y para Avilés. Somos un proyecto exitoso y estamos en el gobierno local. La política se hace en los gobiernos. Nosotros no somos una fuerza con vocación de estar toda la vida en la oposición, sino que queremos gobernar, gobernar de otra manera. Y en eso estamos.