Diarios Prestosos II: pogos, sudor y lágrimas

La segunda jornada del festival tuvo un especial tinte reivindicativo con las actuaciones de Rodrigo Cuevas y Parquesvr.

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Xuan García Vijande
Xuan García Vijande
Comunicador, barman, músico. Redactor musical en Cuarto y mitad.

Primer amanecer en Las Barzaniellas. Al mediodía sigue el build up del Prestoso, lo que en otros entornos se denomina la previa. La fiesta empieza con el vermú —que es un concepto que trasciende la bebida— y nos desplazamos hasta el Parador de Corias para disfrutar de unos Vinos de Cangas en el claustro del que fuera monasterio de San Juan Bautista, todo amenizado por Marcos Bighouse DJ. Sus ritmos bailongos son ya una institución en el Prestoso Fest.

Una vez finalizado la cosa se dividió en distintas escuelas festivaleras: los hubo quienes se fueron a dormir la siesta a su tienda o apartamento, algunos otros disfrutaron de la piscina fluvial de la Presa del Molín para darse un chapuzón, y los más valientes quisieron irse de catas. Como creo que debemos mantener una relación basada en la confianza, os confieso que el baño me distrajo de mis deberes, por lo que no acudí a la cata. Por suerte, pude hablar con alguien que sí lo hizo —gracias, Diego—, y aquí os dejo su testimonio:

Ayer estuve en la visita a la bodega Martínez Parrondo, que está en las Barzaniellas, al lado del recinto. De hecho la cata fue debajo de un manzano con vistas al escenario donde probaban Melenas. El dueño de la bodega es un chico majísimo y contó una historia súper épica y emocionante de cómo montó la bodega y como es la viticultura en Cangas. De hecho sus padres son la pareja asomada al balcón a los que saludó Rodrigo cuevas durante el concierto. El público era superjoven y festivalero y quedamos encantados del relato y de los vinos especiales y únicos que se elaboran. Realmente es viticultura heroica. Hoy he estado en la visita a bodega Vidas, que tiene la finca de más altura de Cangas. Precisamente fue la visita a la viña lo más especial. Tiene una pendiente de hasta 30%. Es característico que las bodegas en Cangas las lleve gente muy joven que está recuperando unos vinos que son muy valorados, cada vez más para restauración sobre todo.

Marcos Bighouse DJ en el Monasterio de Corias – Prestoso Fest. | Foto: Patry Martín

A las ocho saltaron a las tablas Melenas. El cuarteto de pamplonesas recordó al público prestoso que las mujeres ya no lloran: las mujeres componen temazos de grunge y noise pop. Osa polar puso en guardia a los asistentes, una versión adaptada al español de Eisbär, de la banda alemana Grauzone, a quienes dedicaron un guiño más sudando una camiseta del conjunto teutón. Completaron la dupla que incendiaba la platea con No puedo pensar.

Y como si por arte de magia hubiera ocurrido, los asistentes al festival se multiplicaron. Habían sido invocados por un brujo. El escenario desveló a cuatro músicos tras unas cajas y el murmullo de mil de voces se detuvo de pronto para dar espacio a una voz que más que sonar te atravesaba y embargaba. Entre las gentes, un Rodrigo Cuevas ataviado con abanico, gafas de sol, ropajes negros y cadenas avanzaba a paso de tonada hasta que rompió el ritmo y subió al escenario entre los aullidos desaforados de las casi 1500 personas congregadas.

Rodrigo Cuevas canta entre la multitud. | Foto: Patry Martín

La Romería, la gira con la que el folclórico agitador residente de L’Infiestu presenta su próximo disco, tiene el show más cuidado que yo haya visto jamás en un artista asturiano. Cuevas consigue transmitir cada emoción con la precisión de Vasili Záitsev: el público guardaba silencio cuando era menester, se agitaba cuando el bombo regía y se reía a carcajadas entre tema y tema. Eso —la risa— fue uno de los principales aspectos del espectáculo. Un reír reivindicativo y respetuoso con quienes “mos dieron les llibertaes qu’agora damos por feches“.

No fueron todo jajas. Rodrigo se recogió mientras el público pedía “otres tres” —una expresión que podíamos colocar en las antípodas del “ye lo qu’hai”, un grito de guerra contra la resignación—. Entonces salió con su banda, y la pantalla que había permanecido apagada casi todo el concierto mostró una imagen en blanco y negro con una playa, una iglesia colocada en un espigón y edificios y árboles a la izquierda. Era Xixón. En primer plano, una silueta que revelaba poco a poco las facciones de un joven sonriente. Una voz en off de una mujer decía “Rambal era… una cosa mítica en Gijón”. Rodrigo, con un sorprendente cambio de vestuario que impuso el rojo al negro, cantó sentado Rambalín, su tema en homenaje a Alberto Alonso Blanco “Rambal”. El aplauso tras la canción fue extraordinariamente largo y sentido. Aplaudían a Rodrigo pero sobretodo a Rambal.

“Hola, estamos Coach Party”. | Foto: Patry Martín

Rodrigo Cuevas se fue de nuevo entre bailes, con un sabor de boca disfrutón que volvió a disponer al público para lo que venía después. Las británicas Coach Party cogieron el testigo de la romería para agitarlos con ritmos heredados del post punk. Fieles representantes de su escena, el cuarteto inglés no dejaba de recordar a otros grandes nombres del rock internacional como las celebradas Wet Leg. Con un español macarrónico —”Hola, estamos Coach Party”, decían— y una oda a la cerveza española se terminaron de meter a prestosines y prestosinos en el bolsillo.

Parquesvr en el Prestoso Fest 2023. | Foto: Prestoso Fest

Otro de los momentos largo esperados por la parroquia festivalera era el sudor de Javier Ferrara. Parquesvr ya lo habían estado petando hacía unos meses en la ovetense sala de La Salvaje y su actuación prestosa se adivinaba dura. Tras un inicio accidentado —cosas del directo—, el grupo del Cinturón Sur de Madrid dedicó algunos de sus himnos a un público que tendía más a lo veterano. Con Pero, su reguetón antifascista, devolvieron el perreo al festival. “No solo vais a bailar con Rodrigo Cuevas”, decía el frontman. Para terminar, conjuraron el deseado pogo con esa canción que todos llaman mal: no es “Gregario”, ni es “Pelotón”; su nombre es Lance Armstrong.

Los directos de la segunda jornada los cerraron los abanderados de la pujante escena valenciana del dark wave, Margarita Quebrada. Si Rodrigo había vestido el negro y conjurado la noche, los valencianos se habían hecho uno con ella. Con autotune y ritmos oscuros que te golpeaban en el pecho, uno sentía estar frente al reverso tenebroso de Ortiga.

Margarita Quebrada en el Prestoso Fest. | Foto: Patry Martín

Los estertores de esta noche los echamos con la deejay Fernanda Arrau. La cosa se puso tan hot que, según cuentan en los mentideros del festival, el camping fue efervescente. Ya lo avisó Rodrigo Cuevas: si no follaba el 90% de los asistentes, es porque algo nos pasa. Nosotros cerramos los ojos para prepararnos para la última jornada.

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