Todos los motores del clima

Laboral Centro de Arte inaugura una colectiva sobre el cambio climático y la metereología.

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Víctor Guillot
Víctor Guillot
Víctor Guillot es periodista y adjunto a la dirección de Nortes. Ha trabajado en La Nueva España, Asturias 24, El Pueblo de Albacete y migijon.

El clima puede ser una metafísica de la nieve y la borrasca, del sol y sus desiertos, más allá de las isobaras representadas en un mapa del tiempo. De eso va Motores del Clima, la exposición internacional comisariada por Daphne Dragona y Jussi Parikka inaugurada este viernes en Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, “que explora las poéticas, políticas y tecnologías del medio ambiente, desde la tierra hasta el cielo y desde el suelo hasta la atmósfera”

Detalle de la exposición Motores del Clima en Laboral Centro de Arte y Creación Industrial. Foto de David Sánchez Aguilar

El clima condiciona nuestra manera de vivir, también nuestra memoria y determina una imaginería y una poética del mundo y la condición humana que ha estado latente o ha cobrado total protagonismo a lo largo de la historia del arte, desde la pintura hasta el cine pasando por la música. La meteorología codifica la presión atmosférica, la temperatura y la humedad, pero, más allá del lenguaje científico y los algoritmos que prevén el futuro climático, también experimentamos, imaginamos y creamos constantemente tiempos y climas. Como indicó este viernes Jussi Parikka, “Motores del Clima no pretende ser una historia de la metereología, sino su representación a través del arte contemporáneo”.

Daphne Dragona y Jussi Parikka. Foto: David Aguilar Sánchez

Ciertamente, no entendemos la obra de Max Richter sin la influencia moderna de las Estaciones de Vivaldi. No podemos comprender a Turner sin escuchar el peso de las nubes ni Dune sin esa mirada hacia los desiertos que nos hablan de un tiempo inamovible. Tampoco reconocemos el encanto de las dunas sin la mirada mística de Lawrence de Arabia mientras caminaba sobre ellas. “Me gusta el desierto porque es limpio y puro”, afirmaba en Los siete pilares de la sabiduría. Tampoco somos capaces de quitarnos la humedad y la contaminación de una ciudad como Los Ángeles, en la que siempre llueve y siempre es de noche, si no es porque la hemos visto a través de los ojos de Ridley Scott en Blade Runner. El clima siempre ha estado ahí y el arte ha conseguido atribuirle un marco desde el que hoy entran en juego otras variables como la emergencia, la catástrofe, el activismo político o el negacionismo. El clima ha dejado ser un paisaje con mayor o menor relieve y ha comenzado a construir su propia narrativa.

Detalle de la exposición Motores del Clima en Laboral Centro de Arte y Creación Industrial. Foto de David Sánchez Aguilar

Es por eso que Motores del Clima propone el arte como una técnica de conocimiento para explorar el tiempo y el clima como sistemas complejos, como objetos de observación y control, y como formas de experiencia vividas, desde los glaciares de Thomas Wrede, pasando por los mapas tridimensionales de el colectivo Atmospheric Research, los plásticos que sedimentan los fondos marinos de Hypercomf, las profecías/predicciones de Kent Chan o los nuevos organismos que emergen de los plásticos integrados en la superficie de diferentes ecosistemas.

Foto: David Aguilar Sánchez

Hasta 27 artistas integran esta colectiva que se enmarca dentro del semestre europeo presidido por España que pretenden dar relieve a la agenda del clima ofreciendo una reflexión sobre la acción política de la Unión Europea, los Estados que la componen y sus ciudadanos en torno a la emergencia climática,

La exposición se podrá visitar hasta el 25 de mayo en Laboral Centro de Arte.

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