“Perseguir y acosar a los ganaderos”. De eso acusaba en 2017 Mercedes Cruzado, secretaria del sindicato agrario COAG, a Podemos Asturies. El partido morado fue el único que votó en contra de suprimir el acotamiento al pastoreo de las zonas afectadas por incendios forestales. Detrás de aquella posición por parte de los morados estuvo Paula Valero, ex diputada de Podemos, que defendió contra viento y marea que cambiar ese punto de la ley era una invitación a prenderle fuego al monte. Tuvo que aguantar de todo por ello.
Bióloga, ex ganadera y quesera, en la actualidad al frente de un negocio de turismo rural en el Oriente asturiano, Valero defendió que mantener la prohibición era necesario para desincentivar los fuegos con el objetivo de generar pastos. El tiempo parece haberle dado la razón. Según los datos oficiales del propio Principado, hechos públicos este lunes, la supresión de los acotamientos ha favorecido la práctica de quemar para generar pasto: más del 67 % de los incendios forestales en 2023 fueron provocados para lograr este objetivo. En 2017, año en el que se eliminaron las restricciones al pastoreo en las zonas quemada, el porcentaje de incendios provocados para generar pasto fue del 57%. Lo peor vendría en los años posteriores. En 2018 el porcentaje se elevó hasta un 83% y al 93% en 2021.
Para Valero suprimir los acotamientos fue “una medida populista”. El Gobierno asturiano está estudiando ahora volver a ello. “Me gustaría saber qué piensan ahora, con estos datos, los que en su momento defendieron el cambio” se pregunta la ex parlamentaria. En su opinión, en 2017 se fue a un “debate en blanco y negro”, limitado a “acotamientos sí o acotamientos no”. En opinión de Valero “había margen para flexibilizar los acotamientos”, pero sin llegar a suprimirlos.
Para Valero en el monte asturiano las explotaciones ganaderas están creciendo en tamaño, pero concentradas en cada vez menos personas, ya que hay un abandono continuado de la actividad ganadera. Como consecuencia, el medio está cada vez menos cuidado y los fuegos resultan más devastadores. En su opinión, la prevención de los incendios debería pasar por una mayor inversión pública en gestión forestal que frene el abandono de los montes y preserve lo que considera clave, la diversidad del “paisaje de mosaico” (bosques, pastos, matorrales, actividades agrarias, pueblos…). “O vamos a eso o vamos a un abandono total del medio rural asturiano” concluye.