Mari Luz Baeza: “Nadie va a dejar de buscar empleo por recibir el ingreso mínimo”

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Diego Díaz Alonso
Diego Díaz Alonso
Historiador y activista social. Escribió en La Nueva España, Les Noticies, Diagonal y Atlántica XXII. Colabora en El Salto y dirige Nortes.

Mari Luz Baeza Rodríguez (Avilés, 1970) es trabajadora social, vicepresidenta del nodo asturiano de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, y secretaria general de Caritas Asturias. La organización social, vinculada a la Iglesia Católica, es una de las referencias ineludibles a la hora de abordar las repercusiones sociales de la crisis desatada por el Covid19. Solo en nuestra comunidad la ONG emplea a 100 personas y coordina a 1.700 voluntarios y voluntarias distribuidos por toda la región.

¿Cómo valora Caritas la puesta en marcha del ingreso mínimo vital?

Muy positivamente. Es una buenísima noticia. Llevábamos solicitándolo a nivel nacional ya desde las pasadas elecciones. Se había dicho que se iba a poner en marcha, pero la crisis del coronavirus ha servido para acelerarlo. Ahora mismos hay unas diferencias regionales muy grandes entre unos ingresos mínimos y otros, y con esto se iguala a españoles en la percepción de estas ayudas.

¿Ha venido para quedarse?

Si. Que se haga a través de la Seguridad Social y se convierta en un derecho subjetivo, como las pensiones o el subsidio de desempleo es fundamental. Es muy importante que sea así, y no a través de programas de los servicios sociales, dependientes de los límites presupuestarios.

¿Cómo se debería relacionar el Ingreso Mínimo Vital con las rentas autonómicas, como el Salario Social asturiano?

El Ingreso Mínimo Vital debe servir para complementar lo que ya existe a nivel autonómico. Los salarios sociales autonómicos cubren necesidades básicas pero no permiten salir de la pobreza. Asturias tiene uno de los mejores de España, pero necesita más agilidad. Por ejemplo hay que evitar que la gente deje de aceptar trabajos temporales por miedo a quedarse luego sin el salario social. Los atascos en la tramitación están desincentivando que se cojan empleos de duración corta. Esperemos que con la nueva Ley de Garantías Vitales que prepara el Principado se resuelva eso.

“El Ingreso Mínimo Vital debe servir para complementar lo que ya existe a nivel autonómico”

Los medios conservadores hablan de “la paguita”

Hay mucho desconocimiento. El salario social nunca desincentiva la búsqueda de empleo porque todo el mundo quiere mejorar sus condiciones de vida. El Ingreso Mínimo Vital tampoco va a hacerlo. Invitaría a quienes dicen eso a ponerse en la piel de esas familias. Otra cosa es que alguien que cobre el salario social no quiera perderlo para aceptar un empleo precario en el que firmas por cuatro horas y trabajas nueve. La justicia es la justicia. A ver si los que no quieren el salario social es porque aspiran a que la gente acepte sueldos de miseria.

¿A quiénes está golpeando la crisis?

Familias con menores a cargo. Gente que ya estaba en situación de desempleo antes del confinamiento y que que sobrevivía como podía. La vivienda es clave. No es lo mismo vivir en una vivienda pública pagando un alquiler razonable, que en una vivienda privada. Hay familias enteras viviendo en una habitación. Hay muchas personas sin hogar que ahora mismo están siendo atendidas por los servicios sociales. ¿Qué vamos a hacer con ellas cuando acabe el estado de alarma? ¿Vamos a dejarles otra vez en la calle? La crisis está poniendo encima de la mesas muchas realidades que no estaban siendo atendidas.

En Oviedo/Uviéu el el gobierno local recortó en comedores poco antes del inicio de la crisis. ¿Qué deberían hacer los ayuntamientos ante la pandemia?

Lo que tienen que hacer es gestionar con la máxima urgencia las ayudas a la emergencia dadas por el Estado. Un mes después hay familias en muchas localidades que todavía no han recibido las becas comedor.

Para terminar, el Papa Francisco. ¿Cómo se valora desde Caritas su discurso en este momento?

El mensaje está siendo de esperanza. De unidad. El Papa siempre insiste en que no podemos quedarnos guardados, sino que debemos salir al encuentro de la gente. También se ha acordado del drama de los refugiados, que están siempre muy presentes en su mensaje. Si la situación es dura para todo el mundo, imagínate en los campos de refugiados. Está crisis está evidenciando realidades que estaban muy escondidas, y agilizando respuestas sociales que estaban pendientes. Otra cosa positiva es que está fortaleciendo la coordinación entre las entidades sociales que luchamos contra la pobreza. Me gustaría que de esta crisis esos lazos salieran más fuertes.

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