“El confinamiento nos pilló completamente de sorpresa a todos, pero el colegio tuvo una buena respuesta”. Habla Marta Mejido, madre de dos niños, alumnos del Colegio Público Ángel González. Su aplauso al profesorado se extiende a Cruz Roja que ayudó a las familias a superar la brecha digital facilitando conexiones y portátiles. También Pilar Suárez, presidenta de la Asociación de Madres y Padres del Colegio Público Ruiz Tilve señala la buena actitud del profesorado “dando prioridad al lado emocional” ante una situación novedosa y para la que no había manual de instrucciones. “Hicieron un trabajo enorme para que todos los alumnos se conectaran” destaca Suárez, que en el otro extremo pone el caos de una concejalía de educación, cuya gestión, considera, “dejó mucho que desear”. También Yoana Díaz, de Colloto, con hijos en primaria y en infantil, considera “un desastre” la parte que tocaba al Ayuntamiento en un momento tan difícil para toda la sociedad: “este mes es el primero que recibo la beca de comedor con un retraso de menos de quince días”. En los colegios se repartieron tarjetas monedero, en las escuelas infantiles nada, critica Gonzalo Riestra, con hijos en ambos niveles educativos. Para Yoana, las familias con niños y niñas en escuelas de 0 a 3 “han quedado totalmente desamparadas” denuncia. Gonzalo dice que aún no saben qué va a pasar el curso que viene: “tenemos que organizarnos y nadie nos ha dicho nada”

Más allá del caos en la gestión que denuncian las familias, el año 2020 se inició con recortes muy contestados socialmente en materia educativa. El primer hachazo llegaba con el despido de las educadoras de 0 a 3. Luego vendría el recorte de un millón de euros en las becas escolares. 2.000 escolares se quedaban sin ninguna ayuda municipale, según la portavoz de Somos Oviedo/Uviéu, Ana Taboada, tras cuatro años de subidas ininterrumpidas en las becas. En opinión de Marta Mejido, la pandemia puso de relieve la necesidad de mantener el presupuesto de becas: “si antes hacían falta, ahora mucho más, con la cantidad de padres y madres que se han quedado en ERTE o sin nada”. También el concejal del PSOE, Diego Valiño, lamenta que en el PP y Cs hayan desoído todas las peticiones de su grupo para recuperar, en el actual contexto de crisis, las becas perdidas. El edil socialista se muestra muy crítico con la gestión de Yolanda Vidal, de Cs, tanto por los recortes, como por los retrasos y la improvisación que achaca a su área.
Adiós a un referente en materia educativa
Oviedo fue en el año 2018 la ciudad española que registró un mayor gasto en educación por habitante, según el Observatorio de Servicios Urbanos (OSUR), que analiza los presupuestos de los principales ayuntamientos de España. Con una inversión media de 82,28 euros por habitante, la capital asturiana se situaba muy por encima de los 50,15 euros de la media nacional. Programa de desayunos en los colegios, rebaja de un 50% en la matrícula de las escuelas infantiles, Universidad Popular, servicio de conciliación para las familias en periodos vacacionales con 8.000 usuarios, y un ambicioso programa de becas, dotado con 4,2 millones de euros, hicieron de la política educativa, gestionada por la concejala Mercedes González, de Somos Uviéu, una de las banderas del gobierno municipal de izquierdas conformado por Somos, PSOE e IU, entre 2015 y 2019.

Los programas de conciliación desarrollados durante el tripartito para los periodos de vacaciones van a ser también muy reducidos por el gobierno de derechas. Desde Cs el recorte en el servicio para este verano, sin desayuno, sin comedor, y con menos semanas y plazas, está justificado por razones de seguridad y prevención sanitaria. Para la concejala de Somos, Anabel Santiago, “el bipartito se escuda en la pandemia para continuar con los recortes en materia de educación. Han cambiado por completo la filosofía del programa de apertura de centros en verano, del que se beneficiaban 8.000 alumnos. Lo que ofrecen ahora es un campamento hasta las dos de la tarde y con un mes menos de duración, al recortar la duración de las 11 a las 8 semanas”, ha explicado la edil. “Incluyen un servicio de “atención temprana” de 8 a 9 sin desayuno. Eso no es atención, es desatención a la infancia, escapa al sentido común tener a los niños en ayunas”, ha manifestado Santiago.
La convocatoria lanzada por la concejalía de educación, exige como requisito que los dos progenitores (o uno en caso de familias monoparentales) tengan un trabajo remunerado y que éste se desarrolle en la misma franja horaria que las actividades del campamento. Quedarían fuera, por ejemplo, familias con personas mayores o dependientes a su cargo. Además los horarios de los campamentos de verano, hasta las 14h, se lo ponen muy difícil a las familias con más problemas de conciliación, justamente las que más necesitarían el servicio. “Son horarios imposibles. En una casa en la que los dos trabajen fuera de poco te sirve un campamento que acaba a las dos” dice Gonzalo Riestra, que lamenta el recorte en la calidad del servicio ovetense.