Juan Ponte no para. Contactar con él para hacer esta entrevista ha costado lo suyo, a pesar de estar ya metidos en agosto y con un pie en las vacaciones. El filósofo, músico, tuitero e hiperactivo concejal de participación ciudadana, turismo, festejos y cultura del Ayuntamiento de Mieres, lleva cinco años agitando la vida cultural del concejo, con una oferta que ya se codea con la de las principales ciudades asturianas. Desde los ciclos de conferencias a los conciertos y el teatro, pasando por la recuperación para uso público del antiguo Centro Cultural Cajastur o la apertura de los locales de ensayo Mercurio. El gobierno local, que preside Anibal Vázquez, de IU, se apunta ahora un nuevo tanto: la gestión municipal del antiguo Pozu Santa Bárbara. Sobre esta buena noticia para el patrimonio industrial asturiano hablamos con Juan Ponte, el concejal que se encargará de pilotar la nueva vida de la antigua explotación minera.

Culmina un proceso largo, ¿por qué ha tardado tanto Mieres en recuperar Santa Bárbara?
No ha sido fácil. El proceso arranca en 2007, con José Luis Rodríguez Zapatero siendo presidente del Gobierno, cuando IU hizo una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado para recuperar Santa Bárbara como centro de patrimonio. En concreto se logró un millón de euros para la rehabilitación. Luego Javier Fernández anunció otros dos millones para el pozo San José, también en Turón, que nunca llegaron, pero que terminó poniendo el Ayuntamiento. Mieres nunca lo ha tenido fácil. Ha sufrido un histórico agravio comparativo en la preservación de su patrimonio con respecto a otros concejos asturianos. Nuestro proyecto es que el Centro de Interpretación de Bustiello y el Pozu Santa Bárbara sean la puerta de entrada al patrimonio minero e industrial de Mieres. El valle de Turón tiene más de 320 bienes industriales inventariados. Queremos pensarlo y conservarlo en su conjunto, con rutas históricas y naturales para conocerlo, y que se convierta en uno de los grandes atractivos turísticos y culturales de Mieres.

El proyecto sin embargo llega en un momento de cierto desencanto en Asturies con los museos, centros de interpretación y en general el confiarlo todo al turismo…
Somos conscientes de ello y no queremos otro museo estático que corresponda a la última idea del concejal de turno, aunque en este caso sea yo. Hay que evitar errores del pasado y hablar con expertos y comunidad para planificar los nuevos usos. No puede ser un espacio estático al que vas una vez y no vuelves porque ya te lo ha dicho todo, sino algo dinámico y con experiencias múltiples. El plan de usos va a ir por ahí. Por potenciar la versatilidad. Un lugar donde pueda haber desde un concierto de jazz a cine al aire libre, espacio para practicar escalada o una scape room, ¿por qué no? Y tiene que estar ligado a un proyecto de I+D+I, a la nueva industria. Nos interesa mucho la realidad virtual por ejemplo. No queremos una gestión nostálgica del patrimonio minero. Estamos orgullosos de la tradición minera, pero hay que huir de la melancolía y mirar hacia un futuro de bienestar y sostenibilidad.
“Los fondos para la Transición Justa son la última oportunidad para recuperar el valle de Turón”
¿De dónde va a salir el dinero?
Vamos a buscar financiación del Instituto de Patrimonio de España y en los fondos FEDER de la UE. Los fondos para la Transición Justa son la última oportunidad para recuperar el valle de Turón. Necesitamos 7 millones. Hay un proyecto serio, y este tren no se puede perder.

Cuesta a menudo que las administraciones locales apuesten por el patrimonio, en Oviedo/Uviéu, el PP y Cs amenazan con desviar un tramo de autopista por la Fábrica de La Vega, y en Avilés el PSOE pretende derribar las antiguas baterías de ENSIDESA
La preservación del patrimonio industrial genera valor añadido. La cuenca del Ruhr es un ejemplo de ello. Hay que buscar empresas comprometidas con el entorno, que generen empleo de calidad y fijen población en Mieres. En nuestra historia reciente tenemos demasiados ejemplos de malas prácticas con empresas cazasubvenciones. La destrucción del antiguo lavadero de carbón de la Cuadriella en época de Álvarez Cascos se justificó para generar empleo y finalmente no se generó ningún empleo estable y duradero. Únicamente se destruyó patrimonio.

Ahora mismo se está discutiendo sobre el futuro del sanatorio de Buestiello, abandonado y vandalizado
Bustiello es la gran joya del paternalismo industrial en el norte de España. Depende del Arzobispado, del Principado y del Ayuntamiento. Mieres sostiene el centro de interpretación y el entorno, y peleó, y logró que el conjunto fuera declarado BIC. En 1996 se restauró el sanatorio, pero sin proyecto para el día después. Rápidamente se degradó al no haber ningún plan de ocupación. Es de sentido común. Celebro que exista una plataforma surgida de la sociedad civil pidiendo al Principado que se implique en la conservación de un bien dependiente de él. Tenemos muy buena relación con Pablo León, director general de Cultura y Patrimonio, y queremos buscar conjuntamente soluciones. Por cierto, además de las administraciones existen las empresas. ¿Es que no tienen nada que decir? La empresa privada está casi completamente desaparecida en la gestión del patrimonio. Una forma de preservar el patrimonio podría ser que alguna empresa se instalase en ese patrimonio industrial y le diera nuevos usos empresariales.

La experiencia de los Fondos Mineros no deja muy bien a la administración, pero tampoco al empresariado…
Regar de dinero público a la empresa privada sin planificación ni control como se hizo con los fondos mineros solo atrajo empresas cazadoras de subvenciones. Temo que el Principado esté cometiendo otra vez los mismos errores del pasado de cara a solicitar los nuevos fondos europeos. La información a los ayuntamientos nos está llegando a cuentagotas. Conocer bien los concejos y trabajar con ellos es fundamental, al mismo tiempo que hay que huir de localismos. Por ejemplo en turismo no puede haber una estrategia por concejo. Hay que comarcalizar. Quien va a ver Santa Cristina de Lena puede ir a Bustiello y a una ruta de monte en Riosa. Todo en el mismo día porque las distancias son muy cortas. Necesitamos una estrategia turística común de las cuencas y la montaña central. Las divisiones políticas no pueden justificar que cada uno vayamos por nuestra cuenta. Mieres tiene una política de precios populares para la cultura que está atrayendo a gente de fuera de Asturias a nuestras actividades. Queremos coordinar turismo cultural, gastronomía y naturaleza. Hay que generar una marca común de las cuencas ligada a una nueva imagen de dinamismo y futuro.