Tras una semana de huelga en la que los trabajadores han tenido muy poco que decir, más por falta de altavoces que de ganas, conversamos con Daniel Turrero, sindicalista de la CSI y presidente del comité de empresa de la multinacional asturiana. La conversación transcurrió en un pequeño receso de uno de los múltiples piquetes diarios que los huelguistas desarrollan sin descanso entre las 04:00 de la mañana y las 22:00 de la noche.
¿Cómo se gesta esta situación de conflictividad?
Es una situación que viene de lejos ya. La dirección de la empresa en Asturias tiene una hoja de ruta marcada para acabar con las condiciones laborales vigentes que tenemos los trabajadores del Grupo ALSA en la región. En lo concreto, el punto más importante es que se mantiene a la plantilla en un ERTE mientras se están realizando nuevas contrataciones de personal, pero en este caso externalizado, con el único objetivo de abaratar costes, a pesar de que la empresa genera cuantiosos beneficios. Como estamos en ERTE, que quiero remarcar que es totalmente innecesario y que solo se mantiene vigente gracias a esta legislación laboral, se están negando vacaciones a la gente, permisos de convenio, etc. En esta huelga no estamos realizando reivindicaciones económicas sino exigiendo que no se apliquen estos recortes discreccionales y que se cumpla el convenio.

Otra cuestión es que siempre tenemos que estar reclamando nuestras nóminas porque por política de empresa, éstas nunca vienen bien, siempre falta alguna dieta, alguna hora, algún festivo, etc. ¿Por qué? Porque haciendo esto por sistema a todos los trabajadores, la empresa se ahorra un montón de dinero a final de mes. Siempre hay gente que no reclama y aunque lo hagas, en personal te dicen que denuncies y esto eterniza la situación y alguna gente se cansa y desiste… pero también se quema. Todo esto se acelera con la pandemia y la situación global que tenemos, pero que no se le escape a nadie que ALSA está aprovechando el Covid para recortar derechos a los trabajadores y para privar a todos los asturianos de su derecho de a tener un transporte público de calidad y seguro.
¿No hay cauces de negociación y encuentro con la empresa?
La gerencia actual, que corre a cargo de Javier Prieto El Tirantes, no soporta que tengamos días convenio, que no hagamos horas extra que no sean de fuerza mayor o que tengamos antigüedad. Como no lo concibe quiere acabar con ello. Pero no es una cuestión personal, es una estrategia de empresa porque este hombre viene de León, donde ya ha realizado una labor similar que ha supuesto una enorme precarización del empleo que se traduce en que, a día de hoy, por el mismo trabajo, en León están cobrando hasta 500€ menos.

Como el convenio no consiguió tumbarlo, la actitud se que toma es la ir minando las condiciones laborales de cualquier manera posible, bien sea mediante el ERTE, bien mediante jugarretas en la nóminas. Ahora con el Covid recortan en taquillas, las cierran y se acabó. Revisten la decisión bajo parámetros sanitarios pero todos sabemos que llevan años tratando de cerrar de este servicio y cualquier ciudadano puede observar que el volumen de personas que se transporta en cada coche de línea está lejos de justificarse por motivos de salud. Paralelamente están recortando servicios en las líneas que no consideran lo suficientemente rentables. Solo les interesa el triángulo central de Asturias y les molesta cualquier otro servicio que escape del mismo porque les da trabajo. Recalco esta cuestión, es simple y llanamente por trabajo porque esas líneas no son deficitarias, están catalogadas como líneas de baja ocupación y eso hace que, al estar dentro de Consorcio de Transporte Público del Principado de Asturias, si estas líneas dan pérdidas, son automáticamente subvencionadas, por lo que la empresa siempre gana.
“A todo el mundo se le llena la boca hablando del despoblamiento pero está obligando a los vecinos de muchas zonas a tener que desplazarse en taxis porque ALSA no cumple con el servicio”
Luego a todo el mundo se le llena la boca con medidas para paliar el despoblamiento pero está obligando a los vecinos de muchas zonas a tener que desplazarse en taxis porque ALSA no cumple con el servicio público. Habiéndote explicado esta situación general, se puede uno imaginar cual es la actitud de la empresa en este conflicto. Sencillamente ninguna. Llevamos tiempo tratando de negociar con ellos pero no tienen voluntad alguna. Hemos tenido 10 reuniones para tratar de llegar a algún acuerdo pero han sido absurdas porque la empresa no quiere negociar. Sentarse en una mesa y decir constantemente que no a todo no es negociar. Sirve lo mismo hablar con una pared… y eso es lo que nos ha llevado a esta situación y a esta huelga.
Se está insistiendo mucho en que se trata de una huelga exclusiva de la CSI y que no es del conjunto de la plantilla.
Esto es una huelga unitaria del conjunto de los trabajadores de ALSA y lo que está pretendiendo la empresa es lograr una división que no existe. La huelga ha tenido siempre un respaldo casi unánime de toda la plantilla y todos los delegados. Se me hace imposible encontrar un modelo más democrático al que hemos seguido.

En primer lugar, la decisión se tomó en un plenario de comités de las distintas empresas del grupo. Todos los delegados de CSI, CCOO y UGT votamos a favor a de la huelga, solo un sindicato (de la empresa) votó en contra. 32 delegados a favor, 1 en contra y 2 abstenciones. Con posterioridad planteamos hacer una asamblea general pero tanto Delegación de Gobierno como los ayuntamientos de Gijón y Oviedo nos negaron los locales por motivos de seguridad. Para poder hacer la asamblea igualmente, planteamos su realización de una manera peculiar: 12 horas de duración y grupos de 15 trabajadores. En la votación, en urna y secreta, se aprobó la convocatoria por un 84% de votos a favor. Insisto, es imposible ser más unitario y más democrático. El problema es que la federaciones de industria de CCOO y UGT se pliegan a los intereses de la empresa y se prestan al juego de tratar de dividir a los trabajadores. Están llegando al extremo de sacar comunicados conjuntos en contra de lo que deciden sus propios afiliados y delegados, lo nunca visto.
¿Cómo está siendo el seguimiento de la huelga y la solidaridad que estáis recibiendo?
El seguimiento, más allá de los servicios mínimos, está siendo masivo y tenemos la moral alta, a pesar de que prevemos que el conflicto puede ser largo. En cuanto a la solidaridad, estamos constituyendo una Caja de Resistencia para apoyarnos unos a otros y aguantar lo que sea necesario. Además tenemos solidaridad de compañeros, comités y secciones sindicales de ALSA de otros lugares del país, aunque el conflicto no no está extendido a otros territorios.
“Estamos constituyendo una Caja de Resistencia para apoyarnos unos a otros y aguantar lo que sea necesario”
¿Cuál está siendo la actitud del Principado?
El Principado es juez y parte. No hemos logrado por el momento una interlocución con ninguna consejería. Solo hemos tenido contactos con el Consorcio de Transporte Público del Principado de Asturias pero tampoco ha tenido a bien recibirnos. Casualmente es un organismo en el que acaban algunos directivos de ALSA. Durante este tiempo solo han movido ficha para ingresarle a ALSA 2,6 millones de euros mientras la empresa tenía a toda la plantilla de ERTE, con los coches dados de baja, etc… Es decir, le han inyectado dinero público para que siga generando beneficios. El Principado insiste en que solo le preocupa la salud pero luego, en el caso de ALSA, los coches de línea van como van y no se mete mano para bajar la ratio de pasajeros. En resumen, están mirando únicamente por los intereses económicos de una multinacional, abandonando a trabajadores y usuarios.
¿Cómo valoráis la cobertura informativa del conflicto?
Bueno, los que pagamos los anuncios no somos nosotros y eso lo tenemos claro. Si nosotros sacamos una noticia, al momento llama la empresa y pregunta que qué prefieren, si la noticia de los trabajadores o la promoción de verano de ALSA. También pasa en la RTPA, no es solo cuestión de medios privados. Por nuestra parte, tratamos de contrarrestarlo por redes sociales y hablando claro, como habla la gente, utilizando los medios a nuestro alcance.

Dentro de esta cobertura informativa, se le está dando mucho protagonismo a los sabotajes y los ataques contra los autobuses
Tanto desde el Comité de Empresa como desde el Comité de Huelga nos desmarcamos de estos hechos y los condenamos, llevamos días diciéndolo. Patronal y la empresa llevan una semana acusándonos veladamente (o no tan veladamente), tanto a los trabajadores como a la CSI, de ser los autores de estos actos. Si tienen pruebas de ello ya están tardando en acudir a la justicia a denunciarlo y si no lo que tienen que hacer es callarse la boca porque sino, al final van a provocar que nosotros tengamos que tomar la medidas judiciales oportunas. Y quiero reseñar que una semana antes de que comenzase la huelga, ALSA recibió un pedido de 500 lunas de recambio. ¿La empresa sabía lo que iba a pasar? No lo sé y por ello no los voy a acusar, lo que sí sé es que históricamente la patronal nunca ha tenido reparos ni escrúpulos en emplear todos lo medios a su alcance para desprestigiar al movimiento obrero y sus más que justas reivindicaciones. Llevamos por cierto, varios días tratando de localizar a la mujer que sufrió un corte en la cara para interesarnos por su salud y ver cómo podemos ayudarla pero no hay manera de contactar con ella, ni siquiera a través de Delegación de Gobierno.