En el año 2015, una nueva corporación formada por cuatro partidos sin conexión ideológica y proyecto político compartido, asumió el Gobierno municipal con un único objetivo común: desalojar del poder al partido que había gobernado durante veintiocho años. Esta nueva corporación, sin un programa político homogéneo, sí tenía claro cuál sería su proyecto estrella a corto plazo: la elaboración de un nuevo Plan General.
La necesidad de dar un giro al urbanismo llanisco, que detentaba la bochornosa distinción de contar con tres planeamientos anulados por la justicia, sí era (y es) un deseo compartido por muchos de nosotros, que defendemos un crecimiento sostenido, respetuoso con el medio, que proteja nuestros pueblos, que favorezca el acceso a la vivienda y que conserve nuestro patrimonio cultural, seña de identidad de nuestra sociedad.
¿Cómo es posible que un ayuntamiento ignore la legislación sectorial de patrimonio cultural (2001) y de urbanismo (2004)?
Pero la noticia conocida, días atrás, del dictamen de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio, que obliga al Ayuntamiento de Llanes a paralizar el proceso y dar marcha atrás en la tramitación del PGOU, ha supuesto un duro golpe para nuestro concejo por las implicaciones económicas, urbanísticas, medioambientales, sociales y culturales que tiene el planeamiento. En efecto, podemos decir que, junto con los presupuestos municipales, el planeamiento urbanístico es la norma más importante que puede promover un municipio.
Por ello, resulta del todo incomprensible que esta corporación haya obviado, desde el primer momento, la elaboración de un documento fundamental para el planeamiento como es el Catálogo Urbanístico. Resulta incomprensible no solo porque así lo establece la ley sectorial, el texto refundido de las disposiciones legales vigentes en materia de Ordenación del Territorio y Urbanismo del Principado de Asturias (2004) que, en su artículo 93, establece la obligatoriedad de aprobar los catálogos urbanísticos “simultáneamente” con el planeamiento urbanístico durante su tramitación. Pero, para quien pueda no estar familiarizado con la normativa vigente (no debería ser este el caso de los técnicos de la Oficina Municipal ni de la concejala de Urbanismo), la necesidad de realizar un catálogo en paralelo se entiende fácilmente cuando sabemos que, dicho documento, establece una serie de determinaciones que, en caso de contradicción, prevalecen sobre el propio planeamiento. La idea es sencilla: en el territorio existen una serie de bienes inmuebles que, por su valor cultural, deben ser conservados e integrados en la ordenación y desarrollo urbanísticos. Dicho esto, ¿Cómo es posible que un ayuntamiento ignore la legislación sectorial de patrimonio cultural (2001) y de urbanismo (2004)?

La realidad es que no fueron pocas las voces que dieron la voz de alerta ante esta situación. Nuestra propia formación advirtió por escrito al equipo de gobierno, ya en octubre de 2019, del problema de no elaborar un Catálogo Urbanístico de manera conjunta con el Plan General. No obtuvimos respuesta.
Ya sabíamos que este equipo de Gobierno no tenía ningún interés por el patrimonio cultural del concejo, a la vista del daño ocasionado en la cueva del Covarón y una inexistente política de conservación y divulgación de nuestro patrimonio cultural, lo que no sabíamos es que esa misma ignorancia la iban a volcar sobre el planeamiento urbanístico.
El actual cuatripartito, dividido en compartimentos estancos, ha tomado el relevo en el camino de negligencias y defectos que provocaron la anulación de los anteriores planeamientos de época socialista. Que el Gobierno que llegó enarbolando la bandera de un nuevo urbanismo, nos devuelva, cinco años después, al punto de inicio, es algo que debe hacernos reflexionar sobre la capacitación profesional y personal de los actuales responsables municipales que tenían, en este Plan General, su principal proyecto de gobernanza y esperanza de rédito.
Presupuestos municipales y planeamiento urbanístico: dos caras de una misma moneda que ejemplifica la incapacidad de este equipo de Gobierno para abordar y gestionar, de manera eficaz, proyectos territoriales fundamentales para nuestro concejo.
La reflexión es obligada.