Villanueva de Cabranes acogió este fin de semana la presentación del tercer número del fancine neorrural La Nueva Paisana, en un acto que también contó con una lectura musicada de poemas en asturiano de Pablo X. Suárez y un concierto del dúo de guitarra Only Temons, formado por María Silva y Juan Sancho. La publicación, editada a la vieja usanza, en fotocopias, propone un regreso “a lo analógico, a un tiempo más pausado que el que vivimos ahora”, señala María Arce, fotógrafa ovetense que hace unos años se empadronó en Cabranes, un concejo donde la repoblación ha tomado impulso con la llegada de personas procedentes de otros lugares de Asturies y de medio mundo: Andalucía, Madrid, Francia, Argentina, Reino Unido…
María Arce explica que La Nueva Paisana nació prácticamente como un complemento de la Cesta Neopaisana, el surtido de alimentos de cátering ecológico que ofrece en su tienda online Con-fusión Comidas, un proyecto laboral integrado en la Cooperativa Kikiricoop de Santolaya de Cabranes y que, entre otros productos, ha creado y popularizado la crema de avellanas Asturcilla. María Arce formaba parte entonces del equipo de Con-Fusión Comidas y se le ocurrió la idea de crear un fanzine para distribuirlo como obsequio con la Cesta Neopaisana. Desde aquel número cero a este número tres la publicación ha ido evolucionando: “Empezamos con doce páginas y ahora ya tiene 28. En mi cabeza está la idea de publicar uno cada dos meses, si se puede… Es un fanzine muy abierto y muy libre, en él hay pocas secciones fijas”.
La promotora de la publicación afirma que el principal objetivo de la misma es “dar a conocer entre la gente la realidad neorrural”. Los contenidos de cada número son, comenta, el resultado de “un curro colectivo. Hay gente que me envía cosas por propia iniciativa, aunque suelo ser yo la que contacto con la gente para preguntarles si quieren escribir sobre algún tema de interés”.

La filosofía de La Nueva Paisana (el nombre es una paráfrasis de una conocida cabecera de la prensa asturiana) se proyecta no sólo en el contenido, sino también en el continente. El fanzine se imprime en fotocopias en blanco y negro, en pliegos de formato A4 doblados y grapados a mano. La tirada es inferior a los doscientos ejemplares y puede ser adquirido, al precio de “un euraco”, como se dice en la portada, en varios puntos de distribución: el bar-tienda Casa Suárez, de Santolaya de Cabranes; el café-librería La Revoltosa, de Xixón; el centro social autogestionado L’Apiaderu, de El Remediu, en Nava… También en El Tenderete, el mercado mensual autogestionado de Santolaya, que con la desescalada sanitaria regresará el próximo domingo con su variada oferta de productos: artesanía, libros de segunda mano, ropa, aperos, alimentos ecológicos…
El número tres de La Nueva Paisana cuenta la historia de Pusáki (fuego en la lengua yamana del sur de la Patagonia), un horno de leña que han construido en Cabranes una cocinera andaluza y un cocinero bonaerense para producir pan, cruasanes y pizzas. El periodista Alberto Arce, gijonés residente en Cabranes, reúne una selección de fragmentos de las vivencias sobre la guerra civil y la posterior represión franquista que contó en vida Urbano Huerta Madiedo, vecino de la localidad cabraniega de Carabañu. Acompaña esa información una fotografía cedida por el fotógrafo navarro Clemente Bernad sobre las labores de búsqueda de una fosa común de víctimas del fascismo en el municipio burgalés de Ameyugo.
En un artículo introductorio que firma como La Meri, María Arce hace público su agradecimiento “a la gente que vuelca aquí sus cachitos de saberes, investigaciones y creaciones. Gracias por el viaje”.