La historia de este espacio en la trama urbana de Gijón estaba llamada a perderse con el paso del tiempo. La anteriormente denominada Corrada del Valor Cívico y actualmente, desde el cambio aprobado en junta de Gobierno de Gijón en 2018, Corrada de Les Heroínes. Un espacio en riesgo de sufrir la ignorancia de su origen. Este 28 de diciembre de 2021 el Ayuntamiento de Gijón colocará una placa explicativa que rendirá tributo a las protagonistas que hicieron posible la conquista de este espacio urbano.
Cuando el Ayuntamiento de Gijón, ya en democracia, reconoció con este nombre este lugar, lo hizo en reconocimiento a la lucha de aquellas mujeres que fueron las protagonistas anónimas. En aquel momento la corporación se decidió por la denominación Valor Cívico, frente a la opción de Les Heroínes, pero en todo caso la determinación era esa, dar un reconocimiento a las mujeres que con su lucha consiguieron conquistar este espacio para el uso público.
En el Gijón de los años 60 y 70 del pasado siglo, de crecimiento industrial y demográfico, la infravivienda y el desarrollismo urbano descontrolado estaban a la orden del día. El avance de las barriadas no iba acompañado muchas veces de los equipamientos que hoy consideraríamos lógicos, como saneamientos, asfaltados, parques, centros sanitarios… En barrios como Pumarín, los espacios para el tiempo libre eran muchas veces los descampados antes de la siguiente construcción. En ese Gijón obrero durante la Dictadura Franquista, las mujeres jugaron un papel fundamental en las reivindicaciones vecinales. Cuando los hombres aún no se atrevían a reivindicar, eran ellas las que acudieron al Ayuntamiento o incluso realizaron un corte de carreteras exigiendo mejoras para una vida digna. La investigadora Roseanna Webster de la Universidad de Cambridge localizó en los archivos documentación de aquellas primeras reivindicaciones de los años 60, con nombres y apellidos de mujeres anónimas que daban la cara en plena dictadura para exigir mejoras sociales. Eran mujeres de barrios obreros, como bien se recoge en el documental: ‘La lucha de las mujeres obreras en los barrios de Gijón en el final de la dictadura, años 60 y 70 del siglo XX’, realizado por la Fundación Juan Muñiz Zapico a cargo de la subvención de recuperación de la memoria democrática de Gijón en el año 2018.

Dentro del documental hay un apartado sobre la Historia de la lucha de la Corrada. El testimonio de Manuela Villar Torre, fallecida en 2020, y Francisco Pardo Alberdi, dirigente histórico del movimiento obrero, explican cómo las mujeres de los bloques vecinos al espacio se opusieron a la construcción de un bloque más y reivindicaron una zona verde. “Les muyeres”, como bien explica Manuela, “porque los hombres tenían miedo”. Vigilaban y plantaban cara a las máquinas y a la autoridad, durante años hasta conseguir conquistar este espacio para el disfrute colectivo. Será ya en democracia cuando se conseguirá culminar legalmente la lucha a través de la Asociación de Vecinos de Pumarín.
Durante décadas, este espacio, apenas una esquina con algún árbol y bancos, se fue olvidando y degradando, quedaba un placa con su nombre ya envejecida. Pero la labor de la Fundación Juan Muñiz Zapico en los IES de Gijón puso en valor esta lucha vecinal. Cada curso, al acudir al cercano IES de Montevil, se explicaba la historia de este lugar, desconocida para los alumnos y alumnas que transitaban casi a diario por allí, sin conocer ni el nombre ni su historia. Lo que parecía una anécdota era un contenido histórico cercano que les acercaba a la realidad urbana y social de Gijón en los años 70 y que servía de ejemplo para explicar cómo se formó el Gijón que hoy conocemos, con equipamientos y recurso públicos que en los años 60 y 70 eran reivindicaciones casi utópicas.
Paradojas de la vida, la rehabilitación integral del espacio hace unos años estuvo a punto de suponer el olvido total para su denominación, ya que con las obras desapareció la placa con el nombre del valor cívico, y al no haber ninguna dirección ligada a ese espacio, el tiempo daría lugar al olvido absoluto, por ser una esquina más de las calles que la cruzan. Por eso la insistencia de la Fundación Juan Muñiz Zapico en conseguir que una placa recuperase no solo el nombre, sino que explicase la razón e historia del lugar para las generaciones futuras y el reconocimiento público a las protagonistas. Para ser parte de la historia social del municipio de Gijón, de la identidad del barrio de Pumarín, para que sus gentes sepan y pongan en valor su propia historia. La historia de unas Heroínas.