El sindicato OTRAS (Organización de Trabajadoras Sexuales) presentó durante la tarde de ayer, sábado 23, su delegación asturiana en el local autogestionado de L’Arcu la Vieya, en Uviéu. Conxa Borrell, líder y portavoz del sindicato, y Elisa Rodríguez, delegada de OTRAS en Asturies, protagonizaron un acto bajo el título de ‘Encuentro por los derechos de las trabajadoras sexuales’. Además, Nacho y Fuensanta, del Comité de Apoyo a las Trabajadoras del Sexo (CATS), acudieron también para respaldar la iniciativa.

El principal objetivo de este encuentro, tal y como lo expresaron desde el sindicato, fue “visibilizar la lucha de las trabajadoras sexuales, que no es una lucha de segunda”, afirman. Conxa Borrell, en su intervención, expuso las razones por las que decidieron crear el sindicato. La conocida como “Ley de libertad sexual”, impulsada por Irene Montero desde el Ministerio de Igualdad, constituye una de las principales causas del nacimiento de OTRAS. Desde el sindicato, consideran que es “una ley abolicionista” que incluye la tercería locativa y recupera una de las partes de la ley franquista de vagos y maleantes, estigmatizando a las trabajadoras sexuales. De esta manera, aseguran, “OTRAS pretende ser una herramienta” para visibilizar “la realidad de las trabajadoras sexuales”.

Como sindicato, OTRAS defiende una posición independiente respecto del resto de organizaciones sindicales, además de ser “interseccional, con perspectiva transfeminista y antirracista”. Tras varios meses en pleitos judiciales, OTRAS logró legalizar sus estatutos en junio de 2021 por decisión del Tribunal Supremo. “Tenemos el objetivo de crear espacios para que las trabajadoras sexuales tengan la posibilidad de informarse sobre prevención de riesgos, dónde realizar gratuitamente test de ETS, sesiones de formación…”. En definitiva, dicen, “queremos ser un punto de reunión para fomentar redes de apoyo mutuo”.

Elisa Rodríguez, delegada de OTRAS en Asturies, ve “mucho vacío” en lo que respecta a la “conciencia sobre la lucha de las trabajadoras sexuales”. En su opinión, desde los partidos políticos “no ha habido intención de escucha”. Señala que “Podemos, en sus inicios, tenía un núcleo proderechos, pero ahora las abolicionistas dominan el espacio”. Esto lo achaca a las inercias del “abolicionismo institucional”. Elisa añade que “La gente tiene miedo de tomar posición por el estigma que se ha creado de la ‘mala feminista’ que apoya a las trabajadoras sexuales”. No obstante, concluye, “asociaciones LGBT, Anticapitalistas o AMA Asturies sí han tenido la valentía de posicionarse y tienen voluntad de alianza”.