Gijón y su Biblioteca Pública fueron espacio y tiempo en la víspera de las elecciones colombianas para una jornada en que se pretendía arropar y abrazar los trabajos de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, que concluye su misión encomendada (tras una prórroga de casi un año) este 28 de junio con la entrega de su Informe final.
La mañana estaba dedicada a ese tema crucial, la tarde a “la situación” particular de los derechos humanos y de si avanza o se zancadillea el Acuerdo de Paz del año 2016, que ha establecido una infraestructura peculiar, de instituciones, de representación parlamentaria, de compromisos a cumplir, de presencia de misiones ONU, etc…
Se recordaron otras Comisiones de la Verdad, de la Argentina (y del papel histórico y vanguardista en la lucha contra la maldita impunidad de la Madres de la Plaza de Mayo), de El Salvador, Guatemala, Sudáfrica…
Eduardo Romero realizaba un homenaje al sociólogo Alfredo Molano, que había sido designado Comisionado de la Verdad pero que falleció antes de tiempo. “No faltonear a las víctimas”, había escrito, el que siempre puso en práctica una comisión de la verdad andante.

Liliana Zambrano llegó de tierras vascas para compartir detalles del nodo del exilio de la Comisión de la Verdad, de las tareas que gentes voluntarias han desarrollado para recoger 2.100 testimonios de la diáspora forzada.
Y es que de los 11 capítulos de la Comisión de la Verdad, uno novedoso respecto a otras experiencias históricas es el del exilio: a la mochila del dolor que traen, se le añaden las violencias estructurales, la búsqueda de papeles, burocracias, racismos, rotura familiar y comunitaria, búsqueda de trabajos, negación sistemática del asilo en España…
Y frente a ello nuevas resistencias, redes, lazos, frente a una protección internacional insuficiente.
Explica Liliana la importancia de la posterior socialización del Informe que se presenta el 28 de junio: Apropiárselo, entenderlo, criticarlo, y desarrollar la tarea pedagógica para la No Repetición.

Luego Javier Orozco aportó la visión del exilio asturiano y de los 22 años del Programa Asturiano de Atención a las Víctimas de la Violencia en Colombia, de los Woumain-Nuestra Tierra elaborados por el colectivo Luciano Romero entregados en directo a la Comisión de la Verdad y las largas audiencias compartidas para hacer llegar esos testimonios.
En la tarde los aportes fueron en torno a la Paz, los Acuerdos de hace 5 años y medio, el atasco peculiar de las conversaciones en la Habana con el ELN, y las novedades que se podrían producir a partir del 7 de agosto con el cambio de gobierno.
Jonathan, Eliecer, Yuri, refugiados temporalmente en Asturias, compartieron testimonio y valoraciones, Zoraida Hez (que había sido asesora de la conversaciones gobierno-FARC primero, y del inicio de conversaciones ELN-gobierno después, pero a la que no se respetó su estatus y fue obligada a salir del país), desde el exilio de Bruselas, en conexión internauta hizo lo propio, en tanto que se escucharon y vieron los videos entregados de la delegación del ELN en la Habana, de Enrique Santiago asesor en el Acuerdo FARC-Estado colombiano, de la Ruta Pacífica de Mujeres. El cierre fue improvisado en la plaza del Parchís, con los ritmos batuqueros de Repercusión Feminista.