El tiempo se agota para los trabajadores de la planta de Danone en Salas. Aunque el cierre de las instalaciones se hará efectivo “el 31 de diciembre”, la empresa oficializará el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que supondrá despidos y prejubilaciones, esta misma semana. Así lo aseguró ayer el secretario del comité de empresa, Juan Carlos García, que participó junto a alrededor de 300 personas en una manifestación en Oviedo.
La marcha se inició junto a la estación de la Renfe, recorriendo la calle Uría hasta llegar a la plaza de la Escandalera. El motivo de la movilización fue, precisamente, que el tiempo se agota sin que se acaben de acercar posturas sobre las condiciones para salvar los empleos y para las prejubilaciones.

“Ahora mismo la fecha se nos echa encima. Tenemos un mes desde que se haga oficial el ERE para negociar”. Revela García que las posturas, ahora mismo, están muy lejanas: “No nos garantizan traslados para las personas que quieran seguir trabajando, dicen que eso se verá sobre la marcha. Tampoco acaban de cambiar sus planteamientos respecto a revalorizaciones, revisión salarial para este año y retribuciones para la gente que se prejubile, de cara a que lo que reciban sea algo acorde con los tiempos que vivimos”.
Tampoco evoluciona como les gustaría la opción de vender las instalaciones a otra empresa, solución que consideran la más beneficiosa, tanto para conservar los empleos, como para la actividad en la región: “Da mala espina que Quantum Capital (fondo buitre especializado en desmantelar empresas) esté detrás, pero, la firma con la que vienen, ‘Prolacto’, ha tenido buen bagaje, por ejemplo, en las instalaciones asturianas de Nestle, así que si va para adelante y es solvente, no sería una mala opción”, abunda García.
En este sentido se pronunciaba el diputado regional de Podemos, Rafa Palacios, presente en el acto. “Asistimos a estos hechos con mucha preocupación. Esta mañana estuvimos apoyando a los trabajadores de Saint Gobain, que viven una situación similar. Asusta ver a un fondo buitre detrás de las instalaciones. Tenemos que remar todos en la misma dirección, por el bien de los empleos y de la actividad en la zona”, subrayó.

La movilización contó con el respaldo de representantes políticos de todo el arco parlamentario, así como de los sindicatos CSI y UGT.
Tras 41 años operando, la firma láctea tiene decidido el cierre de su fábrica de Salas. En ella trabajan algo más de 70 personas. De ellos, casi la mitad, no pueden optar aún a prejubilarse y sus trabajos penden de un hilo, sin que se haya alcanzado todavía una solución satisfactoria. Peligra también la actividad económica de ganaderos o transportistas que, indirectamente, se veían beneficiados por Danone.