La productora cinematográfica Beta Fiction Spain anunció en el recién clausurado
certamen Conecta Fiction & Entertainment que ha llegado a un acuerdo con Hoja
de Lata Editorial para rodar un largometraje basado en la obra “Pasionaria. La
vida inesperada de Dolores Ibárruri” (Hoja de Lata, 2021), escrita por el historiador y periodista asturiano Diego Díaz, director de NORTES.
Beta Fiction Spain es la novísima filial española del gigante audiovisual Beta
Grupo, de capital alemán, nacida con la vocación de desarrollar producciones
propias de cine y televisión. A comienzos de mayo el proyecto fue presentado en
sociedad de mano de sus dos directivos, los veteranos Mercedes Gamero
(exdirectora general de A3Media Cine) y Pablo Nogueroles (exdirector general
de Warner Bros. España), quienes han escogido a los guionistas Alejandro
Hernández (“Mientras dure la guerra”) y Michel Gaztambide (“No habrá paz para los malvados”) para desarrollar este proyecto.
La biografía escrita por Díaz hace hincapié en el devenir insólito que caracterizó
a Dolores Ibárruri, ya que su previsible y anodina vida como mujer de clase
trabajadora, que su madre le resumiera en «parir, hilar y llorar», fue una
sucesión de hitos a cual más increíble. Única hija mujer de una familia minera
conservadora de la cuenca minera de Vizcaya, la joven Dolores se casó con un
minero socialista, Julián Ruiz, quien la introdujo en el activismo político. Ibárruri y Ruiz
llevaban una vida miserable en lo económico que provocó, entre otras cosas, la
muerte a edades muy tempranas de 4 de los 6 hijos que tuvieron.

La calidad de los artículos de Ibárruri en la prensa sindical, firmados bajo el
seudónimo de Pasionaria, llevó a que recibiera una oferta para irse a trabajar en
la redacción del periódico del PCE en Madrid. A pesar de provenir de una familia
muy católica y conservadora, Dolores rompió por primera vez con lo establecido
y se separó de su marido para irse a la capital de España con sus dos hijos, al
entender que su puesto en la lucha política así lo exigía.

Posteriormente se erigió como personaje destacado en el PCE y fue escogida
diputada por Asturias a las Cortes en 1936 dentro de la candidatura del Frente
Popular. Con el comienzo de la guerra civil arranca también la construcción del
mito de Pasionaria, la madre de todos los soldados republicanos, la mujer con su
eterno moño de casada y su ropa de luto, la dirigente política que lanzaría la
proclama del «¡No pasarán»!» para organizar la defensa de Madrid.
Sin embargo, esa apariencia de mujer tradicional y mundana ocultaba una vida
inesperada que llevó a Ibárruri a mantener una relación amorosa secreta con un
camarada mucho más joven que ella, Franciscon Antón, o a ser pionera en la
organización política de las mujeres españolas a través de la asociación Mujeres
Antifascistas.

Tras la derrota en la guerra civil española Ibárruri, ya convertida en un icono
mundial de la lucha antifascista,se refugió en la Unión Soviética, donde participó
como única mujer en el órgano central de la Internacional Comunista. También el exilio soviético sufrió la muerte de su hijo Rubén en la Segunda Guerra Mundial, luchando en la batalla de Stalingrado frente a los nazis, y hubo de gestionar las luchas internas en el seno del PCE para hacerse con el control de la organización. Tras abandonar la secretaría general en 1960 y pasar a ocupar el más simbólico papel de presidenta, en 1968 condenó públicamente la invasión soviética de Checoslovaquia.
Con la Transición regresaría a España, siendo en 1977 electa de nuevo diputada comunista por Asturias.