Las instalaciones del Pozu Santa Bárbara se veían llenas incluso antes de acceder a ellas en la presentación de la revista “Asturias: Mina y dignidad” que PÚBLICO ha lanzado con NORTES. Costaba encontrar aparcamiento, y a la puerta del centro rezumaba gente que buscaba un hueco por el que entrar. Una vez dentro se entremezclaban la grandeza algo decadente del patrimonio industrial que nos habla de quiénes fuimos y la modernidad de la instalación artística de Regine Schumann, la tercera instalación que alberga el antiguo pozo de Turón, como recordó el concejal de cultura de Mieres, Juan Ponte. Una experiencia sonora y visual inmersiva daba la bienvenida a un público copioso, diverso e intergeneracional.
El enclave no fue elegido al azar. Formaba parte todo de una cohesionada unidad temática que quería trenzar el pasado con el presente y el futuro. Algo que fue repetido tanto por Ponte como por Alejandro Torrús, director de opinión de PÚBLICO, y Diego Díaz. El director de NORTES, “el Puerto Rico de Público”, en una irónica referencia a su vinculación como “estado libre asociado” a la cabecera nacional, ejerció de maestro de ceremonias de una tarde-noche cargada de solidaridad obrera, memoria y hambre de mañana.

La jornada fue inaugurada por la artista Cristina Busto. Nerviosa, como se debe estar al actuar frente a un auditorio tan excelso en un escenario de un simbolismo tan brutal, interpretó la obra las Coplas del tiempo, de Sánchez Ferlosio. Tras ella, Torrús se puso tras el micrófono e introdujo a la audiencia el especial que presentaban. Un “periódico impreso” para quienes están suscritas. El jefe de opinión y especiales de PÚBLICO reseñó la dificultad imbricada en sacar adelante un periódico impreso, incluso de forma trimestral, algo que opone al “romanticismo de mantener un trozo de papel en la mano para poder leer con tranquilidad”, y así “asimilar con tranquilidad” algunos conceptos que quizá se pierden en el digital.



El evento no fue inmune a la actualidad nacional. “Esta semana el nombre de Asturias volvió a sonar en el Congreso de los Diputados”, decía Torrús. Era un comentario sobre la referencia que hizo Tamames al supuesto origen de la Guerra Civil en Asturias. Algo desmentido por el propio Torrús, con experiencia en la sección de memoria democrática del diario. Eso sí, les dejaron “el balón botando” para recordar a Aida Lafuente, “que se puso delante de las metralladoras para parar a los fascistas”.
Diego Díaz le dio la palabra al concejal de Cultura del Ayuntamiento de Mieres, Juan Ponte, auténtico anfitrión. Ponte hizo un recorrido por la segunda vida que ha tenido el Pozo Santa Bárbara. “La perspectiva es hacer algo nuevo apoyados en lo que fuimos” e intentar escapar de la melancolía. Esa idea les guía en la recuperación del patrimonio industrial para nuevos usos, lo que demuestra según el edil “cómo reconstruir lo que fuimos en torno al presente y al futuro”.

Fue el turno entonces para Vicente Gutiérrez Solís, histórico militante comunista y teniente de alcalde del primer ayuntamiento democrático de Llangréu. Gutiérrez Solís, con 90 años, consiguió emocionar y conmover a la platea con un discurso “de la vieja escuela”, como señalaba más tarde uno de los asistentes al acto. Su intervención estuvo centrada en el mantenimiento de las libertades democráticas a través de la lucha obrera, en la necesidad de recordar nuestra memoria, y siempre todo atravesado por la solidaridad. “Cuando ves que la gente responde a un llamamiento como el de hoy, a mí me enorgullece”, decía el histórico militante del PCE e IU.

Después se colocó frente al público Ana Álvarez, una de las primeras mujeres en entrar a trabajar en HUNOSA, un hecho que ahora nos puede parecer insignificante, pero que en aquella España de principios de los 80 motivó manifestaciones insolidarias que llegaron a conseguir que las compañeras no pudieran entrar en su puesto de trabajo. A pesar de todo, Álvarez reivindica a otras mujeres que antes que ellas estuvieron en las galerías, en los ríos, “las auténticas pioneras”. Ella y otras compañeras consiguieron ejercer su derecho al trabajo un 5 de enero, “escoltadas por los antidisturbios de la Guardia Civil, ante insultos de mujeres, parados y sindicalistas del SOMA”.

En esa lucha, no obstante, no estuvieron solas. Con ellas estaban las mujeres de la Asociación Feminista de Asturias, militantes del Movimientu Comunista d´Asturies, la secretaría de igualdad de Comisiones Obreras y delegados sindicales, entre otros. Pese a todo, tardaría una década más en llegar una mujer a trabajar en el interior de los pozos, ya en el albur de la reconversión que daría con el cierre de las minas en Asturies. “Se nos acusaba de robar el trabajo a los hombres, ahora tristemente no tenemos nada que disputarnos”. Una confesión que Álvarez acompaña de una crítica a quienes consideran que el paro “es culpa de los inmigrantes”, igual que antes las acusaban a ellas. “Es equivocarse completamente de enemigo”.

Rocío Antela acudió a dar tira al encuentro convocado por PÚBLICO y NORTES. Una cita en la que se quiso contar “con la memoria” de toda la clase trabajadora y no solo la mitad, no solo la de los hombres, como puso sobre la mesa Diego Díaz. La militante feminista y trabajadora del sector minero llegó reconociendo sus nervios pese a “jugar en casa”, y reivindicando la suerte de vivir y trabajar en la Cuenca Minera. Se produjo una nueva muestra de solidaridad obrera cuando Antela recordó que “los apellidos de la Cuenca Minera son gallegos, polacos…”. De ahí la diversidad de un territorio que ha vivido la decadencia de cada reconversión. Una diversidad que está en el germen del éxito del último 8 de marzo celebrado en Mieres. “La verdadera revolución ye la de la cooperación”.
La minera se fue entre gritos que glayaban “que viva la llucha de les muyeres” cuyo eco seguro seguirá resonando durante un tiempo en las paredes del antiguo pozo.
Para hablar de la transformación de la clase trabajadora y su adaptación a los nuevos retos Díaz dio la palabra al secretario general de Comisiones Obreras, José Manuel Zapico, quien comenzó agradeciendo en nombre de la Fundación Juan Muñiz Zapico. También lanzó una frase lapidaria, la que dejó escrita en la tapia del cementerio de Rioturbio Gerardo Iglesias: “El olvido es un viaje preñado de peligros”, con voluntad de reivindicar el papel de los hombres y mujeres, “muchos anónimos”, que trajeron la democracia a este país.

Su recuerdo a la “güelgona” fue en la línea de la acción sindical. “En el 62 consiguieron sentar a negociar al ministro de la Gobernación cuando la negociación colectiva estaba prohibida”. Zapico estableció un paralelismo entre la dictadura contra la que peleaban “nuestro mayores”, copn la “dictadura económica” de los oligpolios que, entre otras cosas, impiden “que la gente pueda vivir con una alimentación plena”. El líder sindical hizo un elogio a PÚBLICO y NORTES, “porque dicen la verdad, y la verdad, como decía el Ché, es siempre revolucionaria”.
Sin duda, sorprendió y encendió los corazones de los asistentes su petición de “más fraternidad en la izquierda”, una izquierda “que se quiera” y que pueda transformar la realidad “con un proyecto de futuro”. Entre el público se contaban algunas personalidades de Podemos Asturies que ahora se encuentran en una guerra abierta.



Finalmente intervino Virginia Pérez, directora de PÚBLICO. “Hoy cerramos un círculo que se abrió en junio del año pasado”, decía Pérez, ya que en esa fecha se produjo la invitación a la directora a Asturias para conocer a su comunidad de lectores. Ahí conoció a sindicalistas y trabajadoras del sector de la minería. Este especial se enmarca en la intención del medio de luchar contra quienes quieren “pasar página” y olvidar la historia. “Hay mucha gente que piensa que no hay marcha atrás, pero estamos perdiendo todo lo que fuimos, y lo estamos perdiendo por dejar de luchar”, dijo Pérez parafraseando a Anita Sirgo, que no pudo asistir al acto por problemas de salud.

Clausuró este encuentro de memoria y empuje Eva, de la Llibrería Café la Llocura, que dedicó a las personas asistentes una versión de Gallo rojo, gallo negro, también de Ferlosio. “Una de les lletres más importantes que s’escribieron n’español sobre la llucha pola llibertá”. Luego el público entonó el “¡Que viva la lucha de la clase obrera!”.