La semana pasada la revista Biological Reviews publicó un estudio cuyas conclusiones sentencian que la pérdida global de fauna y flora es mucho peor de lo que se pensaba. El estudio resulta tan contundente que apoyaría las tesis científicas que están denunciando que estamos entrando en la sexta extinción masiva, en esta ocasión debido a la acción del ser humano.
“Las aceleradas tasas de extinción, sobre toda la superficie del planeta, nos indican que estamos entrando en la sexta extinción masiva”, asevera Daniel Pincheira-Donoso, Profesor titular de biología evolutiva y macroecología en la Queen’s University Belfast (Reino Unido) y coautor del estudio ahora publicado. Pincheira-Donoso considera que “todavía no estamos en el punto en el que podemos decir que esta extinción en masa ya es un hecho, pero vamos en una trayectoria acelerada y estamos ya en la puerta de entrada.”
“el 48% de las especies analizadas están reduciendo el tamaño de su población. Solo el 3% la aumentan y un 49% permanece estable”
Para la realización del estudio los autores analizaron más de 70.000 especies en todo el planeta. Los resultados muestran que el 48% de las especies analizadas están reduciendo el tamaño de su población. Solo el 3% la aumentan y un 49% permanece estable.
Según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) 42.100 especies están en peligro de extinción, lo que supone el 28% del total. Este nuevo estudio, sin embargo, concluye que el 33% de las especies que están clasificadas como “no amenazadas” podrían estar de hecho en vías de extinción debido a su rápida y prolongada disminución. La explicación estaría en que las tendencias a la baja a lo largo del tiempo suelen ser indicadores de extinciones. Esta peligro se acentúa con las aves, donde hasta el 47% de las consideradas como “no amenazadas” están sufriendo este tipo de decrecimiento. Craig Hilton-Taylor, director de la Lista Roja de la UICN, afirmó en la CNN que “los resultados exageran la situación”. Sin embargo, Daniel Pincheira-Donoso, en declaraciones para NORTES defiende las conclusiones de su estudio: “Nuestro trabajo se basa en una síntesis directa y factual de los datos, y las cifras que presentamos reflejan esos datos factuales”. Considera que hablar de una “situación verdaderamente alarmante” no es ninguna exageración, si los datos observados muestran que “el 48% de los animales de nuestro estudio están declinando su población.”

De los resultados del estudio se desprende que los porcentajes de disminución varían según los grupos taxonómicos. Los anfibios tienen la proporción más alta de especies decrecientes con un 63%, las proporciones más bajas de poblaciones estables con un 37% y solo un 1% de poblaciones en aumento. Si bien ningún otro grupo de vertebrados iguala el nivel de disminución de anfibios, las proporciones de mamíferos con poblaciones decrecientes es de un 56% y de un 53% en las aves. En ambos casos casos, estos números superan a las proporciones que permanecen estables. Como los insectos, donde un 54% estaría viendo mermada su población.
Solo los reptiles están siendo menos afectados. Su decrecimiento afecta al 28% y su población es estable en el 70% de los casos. En menor medida, el 41% de los peces decrece, pero hasta el 58% permanece estable.
“el 63% de la población de anfibios y el 54% de los insectos se estarían reduciendo, mientras que este decrecimiento afectaría solo al 28% de los reptiles”
Daniel Pincheira-Donoso califica la situación actual de “drástica y urgente”. Afirma que “lo que estamos viviendo es una trayectoria acelerada hacia el colapso de ecosistemas a escala global.” Para este biólogo las consecuencias de causar el colapso de ecosistemas a esta velocidad tan acelerada son múltiples, “lo que implica no solamente la pérdida de biodiversidad, sino la degradación de los servicios que los ecosistemas ofrecen para la estabilidad de nuestro planeta en su conjunto.” Vaticina que “la degradación que estamos causando tiene ya, y tendrá cada vez más acentuados impactos en el bienestar de nuestra especie.” Por ello, Pincheira-Donoso considera que “nuestra prioridad más inmediata es tratar de contener las aceleradas tasas de destrucción de hábitats, de cambio climático y de pérdida de biodiversidad.” Ante la pregunta de si estamos a tiempo de encontrar alguna solución, el profesor cree que “una vez llegados a esta situación, podemos comenzar a ver hasta qué punto podemos revertir lo que todavía es reversible.”
Flora y fauna en Peligro de Extinción en Asturias
Asturias cuenta con cinco especies florales que se consideran en peligro de extinción. La estrella de los Pirineos; el junquillo salado; las mosquitas doradas; el alhelí de mar; y la hierba de llamuerga.
La estrella de los Pirineos solo se encuentra en la localidad de Bulnes (Navia). Según el propio catalógo del Principado, la rareza de esta planta implica que cualquier alteración del hábitat, incluso condicionada por cambios en el manejo en el territorio donde vive, ponen en peligro su supervivencia.
Actualmente, en Asturias el junquillo salado solo se puede encontrar en Frexulfe (Navia).
“el catálogo asturiano del Principado de Asturias enumera dos especies que están en peligro de extinción: el oso pardo y el urogallo cantábrico”
Las mosquitas doradas se encuentra en la Playa de Vega (Ribadesella) y de la Espasa (Colunga/Caravia), mientras que la distribución del alhelí de mar se reduce a las playas de Castropol y Penarronda (Castropol) y Sarello (Tapia)
Solo una población acoge ya la hierba de llamuerga: Turbera de Llano Roñanzas (Llanes). Su principal amenaza es la explotación de las turberas en las que se desarrolla y su transformación en prados y tierras de cultivo.
En cuanto a la fauna, el catálogo asturiano del Principado de Asturias enumera dos especies que están en peligro de extinción: el oso pardo y el urogallo cantábrico. Además, el zarapito real, el águila real, la rana de San Antón, la rana común y la lamprea son especies catalogadas como vulnerables que corren el riesgo de pasar a estar en peligro de extinción si los factores adversos que actúan sobre ellas no se corrigen.