Auge y caída de Manuel Menéndez, el banquero de José Ángel Villa al que el 15M sacó los colores

Llegó en 1995 al cargo de presidente de la Caja de Ahorros, desde donde apostó por su privatización y desvinculación con Asturies.

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Redacción Nortes
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Te contamos lo ocurrido centradas en la periferia.

El consejero delegado de Unicaja Banco, Manuel Menéndez, cuya salida se ha anunciado este jueves, llegó a la entidad a mediados de 2021, fruto de la fusión con Liberbank, y la deja apenas dos años después, tras una etapa que ha sido de todo menos plácida, en la que finalmente ha sucumbido a la contienda interna por el control de la entidad.

La integración de las entidades dio lugar al quinto banco español por volumen de activos y llevó a Menéndez, hasta entonces consejero delegado del asturiano Liberbank, a asumir este mismo cargo en la entidad malagueña, con Manuel Azuaga, procedente de Unicaja, como presidente ejecutivo.

Las cosas no fueron fáciles desde el principio y han ido a peor en los últimos meses, con el banco dividido en dos claras facciones: la representada por Manuel Menéndez y Braulio Medel, expresidente de la Fundación Bancaria Unicaja, y la malagueña, clara vencedora en esta guerra sin cuartel, con Azuaga y el actual presidente de la Fundación, José Manuel Domínguez, al frente.

El protegido de José Ángel Villa

Nacido en 1959 en el pequeño pueblo asturiano de Ovanes, Salas, Menéndez es un perfil atípico en el sector financiero. Hijo de una familia campesina, se licenció y doctoró en Ciencias Económicas por la Universidad de Oviedo y es catedrático de Economía Financiera y Contabilidad en este mismo centro, aunque ha desarrollado prácticamente toda su trayectoria profesional en el sector bancario y el energético.

Ubicado en la órbita del PSOE, en 1995, con 35 años, llegó a la presidencia de la entonces Caja de Ahorros de Asturias, entonces principal entidad financiera de la comunidad, y de carácter semipúblico. Cinco años más tarde, en 2.000, se vería envuelto en el conflicto interno dentro de la Federación Socialista Asturiana entre “arecistas” y “villistas”. Enfrentado con el presidente asturiano Vicente Álvarez Areces y alineado con el líder del Sindicato Obrero Minero de Asturias, José Ángel Villa, Menéndez sería temporalmente apartado del cargo para regresar a él gracias a un pacto del PP con los guerristas del PSOE.

Antiguo edificio de la Obra Social y Cultural Cajastur, Foto: Iván G. Fernández

Al frente de Cajastur Menéndez pilotaría su privatización y la liquidación de su prestigiosa Obra Social y Cultural. En 2011 la entidad financiera daría un paso más en su desasturianización con la fundación de Liberbank, un banco convencional con sede en Madrid y conformado por la fusión de Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura.

Protestas por su gestión

Extremadamente discreto y reticente al foco mediático, en 2012 tuvo que hacer frente a un escrache de miembros del 15M y Stop Desahucios con motivo del desahucio a una familia ecuatoriana afincada en Oviedo/Uviéu. Poco acostumbrado a la exposición pública, Menéndez fue literalmente perseguido por varios manifestantes que le reprochaban la negativa de la entidad a negociar una dación en pago a la familia, afectada por la crisis e incapaz de pagar la hipoteca de su piso, ubicado en un barrio popular de la capital asturiana. La familia fue finalmente desahuciada tras un conflictivo desalojo en el que decenas de personas se movilizaron para resistir a los agentes de la Policía Nacional.

Menéndez perseguido por manifestantes del 15M y Stop Desahucios. Foto: Diagonal Asturies.

Un año más tarde, en 2013, llegarían las protestas de los afectados por la venta de productos tóxicos financieros. Uno de los portavoces del movimiento, Emilio León, hijo de una familia afectada, se convertiría más tarde en portavoz de Podemos Asturies, partido que obligaría a Menéndez a comparecer en la Junta General del Principado. “¿Como ve usted su futuro? lo ve como Rubio, como Madoff o como Rato?” le preguntaría León en una comparecencia sin precedentes en la historia asturiana.

Protesta de los trabajadores de Liberbank. Foto: Iván G. Fernández

En 2006 Cajastur viviría una importante huelga, que tendría más coletazos de conflictividad. Durante los años de la crisis de 2008, y con posterioridad, Menéndez también tuvo que hacer frente a protestas de los trabajadores, en las que el sindicato CSI ha destacado hasta hoy como uno de los más beligerantes con su gestión, denunciando asimismo “prácticas antisindicales”.

Coleccionista de cargos

Además de presidente de Liberbank Menéndez ha ocupado también la presidencia de Banco de Castilla-La Mancha, Hidroeléctrica del Cantábrico (actualmente EDP) y Naturgas Energía Grupo. También fue vocal de los consejos de Administración de Cecabank, Enagás y CECA; presidente de la Fundación Bancaria Caja de Ahorros de Asturias, Patrono de la Fundación de las Cajas de Ahorro (FUNCAS) y miembro de la junta directiva de la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (AELEC).

Sede de Hidroeléctrica del Cantábrico-EDP Energía, en Oviedo/Uviéu. Foto: Iván G. Fernández

En Liberbank desempeñó, sucesivamente, los cargos de presidente (ejecutivo) y consejero delegado desde 2011, hasta que en verano de ese año fue nombrado primer ejecutivo de Unicaja Banco.

Unicaja, un banco, muchos problemas

Menéndez hizo las maletas y se trasladó a Málaga para gestionar Unicaja Banco, entidad resultante de un proceso de fusión por absorción que fue posible al segundo intento y no sin dificultades. Los recelos en la sociedad malagueña y andaluza al estilo de Menéndez cristalizaron en críticas políticas y sindicales, y el nacimiento de una plataforma ciudadana para impedir que la entidad financiera, heredera de varias antiguas cajas de ahorros andaluzas, perdiera su vínculo territorial.

Casi desde el primer momento el directivo estuvo en el punto de mira del bloque de Málaga al invertirse la ecuación de canje de la fusión que dio mayoría en Unicaja al sector procedente de la antigua Liberbank, alteración que se produjo con ayuda del expresidente de la Fundación Bancaria Unicaja, Braulio Medel, que acabó dimitiendo tras un cuestionado y polémico mandato.

Le sucedió en el cargo José Manuel Domínguez y ello marcó un punto de inflexión en el banco, donde en los últimos meses se han producido una serie de bajas en el consejo de administración que han hecho que la balanza se incline del lado del bando malagueño, el de Manuel Azuaga.

Protesta sindical frente a Unicaja, Málaga. Foto: Néstor Cenizo

El punto álgido de esta crisis de gobernanza se vivió el pasado mes de marzo, cuando la mayoría de los accionistas de Unicaja Banco, con la Fundación Bancaria Unicaja a la cabeza, votaron en la junta en contra de la ratificación de María Teresa Costa e Isidoro Unda como consejeros independientes, al no considerarlos del todo independientes. Con ello se aseguraban además el control del consejo, ahora ya con mayoría ‘malagueña’.El pacto de fusión entre Unicaja y Liberbank establece que antes del 31 de julio de 2023, cuando se cumplen dos años de la integración, el presidente Manuel Azuaga debe dejar sus funciones ejecutivas, mientras que el primer ejecutivo, en este caso Menéndez, debía ser reevaluado por el consejo, que decidiría si seguía o no en el cargo.

Su futuro estaba en el aire, vistos los últimos acontecimientos, pero finalmente no ha hecho falta esperar a la fecha límite para conocer el destino de Menéndez, que ha negociado su salida del banco, abocado ahora a buscar un nuevo consejero delegado.

Durante su breve mandato, Unicaja ha pasado a formar parte de los valores que componen el principal indicador de la bolsa española, el IBEX 35, en sustitución de Siemens Gamesa, y ha cerrado 2022 con un beneficio neto de 260 millones de euros, un 89 % más que el año anterior, gracias a la fusión.

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