Todo en todas partes y al mismo tiempo

Las negociaciones de los gobiernos de coalición FSA-IU locales y autonómicas están suspendidos y se complican lentamente

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Víctor Guillot
Víctor Guillot
Víctor Guillot es periodista y adjunto a la dirección de Nortes. Ha trabajado en La Nueva España, Asturias 24, El Pueblo de Albacete y migijon.

Todo en todas partes y al mismo tiempo: la negociación conjunta de gobiernos de coalición en los ayuntamientos asturianos entre FSA e IU, la negociación del gobierno de coalición FSA-IU en Asturias, la conformación de listas al congreso y al senado de la FSA ante unas elecciones anticipadas por el presidente Pedro Sánchez. Los partidos del bloque de la izquierda se resitúan entre sí, midiendo su correlación de fuerzas, tanto en los municipios donde están obligados a entenderse como lo están también en la Junta, a la vez que se resitúan internamente ante la incertidumbre electoral que domina la campaña de las próximas generales.

Sin embargo, las negociaciones entre Adrián Barbón y Ovidio Zapico están suspendidas y se complican lentamente. El primero no quiere comenzar a hablar de gobierno autonómico sin antes haber cerrado los flecos sueltos de los gobiernos locales. En IU han detectado movimientos en esos flecos que alimentan la desconfianza. Las suspicacias se extienden por el mapa como una mancha. Estos son los flecos, cada día sale alguno más: primero fue San Martín del Rey Aurelio y ahora es Carreño y Teverga.

Adrián Barbón y Juan Cofiño. Foto: Iván G. Fernández

El enrocamiento de la FSA cobra otra dimensión cuando IU reclama la consejería de Industria, la consejería de Medio Ambiente y la consejería de Ordenación Territorial en un futuro político que ya tiene garantizado el color rojo en Asturias, independientemente del resultado de la negociación. Pero una cosa es investir a un presidente y otra muy diferente es que pueda gobernar. El mayor problema de la FSA se llama Juan Cofiño. Es el vicepresidente en funciones y el hombre que negoció con la FADE y las Cámaras de Comercio la Ley de Calidad Ambiental. También es el hombre que firmó con Amazon, la multinacional logística, un contrato de confidencialidad para que se instalara en Pola de Siero, territorio Cofiño donde ejerce como Secretario Local de la Agrupación Socialista, un factor a tener en cuenta en el nuevo orden interno de la FSA. Cofiño no está dispuesto a entregar Medio Ambiente ni a que desmonten su Ley de Calidad Ambiental. Cofiño tampoco está dispuesto a que un socio de gobierno conozca lo que se sucede dentro de su gobierno. No admite el principio de corresponsabilidad. Cofiño es el nombre que explica la posibilidad de que Adrián Barbón retorne en la próxima legislatura a la geometría variable.

Ovidio Zapico, coordinador de Izquierda Xunida de Asturies. Foto de David Aguilar Sánchez.

Deberíamos comenzar a pensar en la negociación de un gobierno de coalición como un marco político donde Adrián Barbón está resituándose políticamente dentro de su propio partido. Todo sucede en todas partes. Todo sucede al mismo tiempo. Hace cuatro años, el presidente del Principado surfeaba la ola del sanchismo. Cuatro años después, ni siquiera acude al Comité Federal del pasado fin de semana, donde se votaron las listas del PSOE al Congreso y al Senado. Esta domingo analizábamos la caída de Francisco Blanco de las lista socialista asturiana al Congreso. Ni el SOMA, ni la UGT ni la Agrupación Socialista de Gijón lograron parar la orden dictada por Adriana Lastra para que Blanco, respaldado por Maria Luisa Carcedo anteriormente, no alcanzara a detentar el segundo puesto de la candidatura. La caída del Secretario de Estado de Industria era otro paso más en su carrera a la Secretaría General de la FSA, acompasada por la falta de sincronía entre el gobierno de Barbón y el gobierno de Sánchez. El cuarto puesto en la lista evidencia también las debilidades del SOMA. Tanto Barbón como José Luis Alperi saben que el socialismo en las cuencas, en otro tiempo bastión del sindicato minero, hoy es un desguace.

Carmen Moriyón y Adrián Pumares. Foto: David Aguilar Sánchez

Todo en todas partes y al mismo tiempo. Volver a la geometría variable es negociar cada ley del Parlamento Asturiano con Pumares, cuyo partido en Gijón detenta la capacidad para constituir un gobierno con los votos del PP y los votos de VOX. Sucede que Foro no está dispuesto a incluir en la ecuación al partido de Abascal, de manera que serán necesarios los brazos o la abstención de otro partido para que Carmen Moriyón pueda gobernar Gijón, convertido en cromo entre FSA y FORO durante cuatro largos años. Esta circunstancia será a la larga insoportable y desestabilizaría más aún internamente a Barbón y a Lastra que han iniciado sus guerras adrianas contra la dirección federal de Pedro Sánchez, sin haber resuelto todavía nada dentro de su propia federación.

En IU exigen liderazgo a Barbón. En UGT y CCOO obreras también. Sendos sindicatos reclaman un gobierno de coalición. Lanero, secretario de la UGT ha sido muy beligerante. Otro factor a tener en cuenta. Fuera y dentro de la FSA se observa en Barbón la misma actitud que adoptó durante la negociación del Estatuto. Que acuerden otros y después que vengan a mí. Acostumbrado a dos mayorías tranquilas en Laviana y un gobierno en solitario durante estos últimos cuatro años, la última palabra que pasa por su cabeza y que haya puesto en práctica después es la de la negociación. La cultura política de Barbón pasa por el SOMA, en declive, y no tanto por la institucionalidad que exige un mapa, una brújula, buen oído y culo de acero. Todo pasa en todas partes y al mismo tiempo, pero tengan en cuenta que en cualquier lugar y en cualquier momento siempre se cumple el mismo criterio. Hay quienes buscan la transformación del territorio y gobernar (IU, CCOO y UGT) y hay quienes simplemente están tomando posiciones dentro de su partido, a costa de un futuro gobierno.

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