La mesa del Parlamento abre la puerta a un gobierno de coalición progresista y transformador

Dos diputados de la FSA y uno de IU frente a dos del PP transmiten el mensaje de apertura a un gobierno de coalición entre las dos formaciones de izquierdas

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Víctor Guillot
Víctor Guillot
Víctor Guillot es periodista y adjunto a la dirección de Nortes. Ha trabajado en La Nueva España, Asturias 24, El Pueblo de Albacete y migijon.

La mesa de control de la Junta del Principado de Asturias se ha constituido este lunes. Tres diputados de izquierdas junto a otros dos de centro derecha, se encargarán de gestionar y moderar las sesiones del parlamento asturiano, presidido por Juan Cofiño, el mismo hombre que dirigió la mesa de constitución de la primera asamblea asturiana, hace cuarenta años. El nuevo presidente de la Junta cierra un ciclo político y vital, superando la votación con una mayoría absoluta, incluido el voto favorable del único parlamentario de Foro, Adrián Pumares y la abstención de Covadonga Tomé (Podemos) quien, en cambio, sí apoyó con su voto a la candidata de IU a la Secretaría Primera de la Mesa.

Para IU, el voto de Pumares es un gesto simbólico a los suyos que trata de alejar a su formación del gobierno de Gijón. Pumares ha marcado una tendencia más moderada e indica también que, a lo largo de la legislatura, habrá una predisposición por su parte a apoyar a la FSA en momentos estratégicos. Obviamente, todo el mundo sabe que Foro no estará en el próximo Gobierno, más allá de apoyo a leyes puntuales, lo que permitirá proyectar una legislatura marcada por la operatividad legislativa. La estabilidad de IU a la FSA servirá para arrancar el motor parlamentario y poder conformar una agenda de una dimensión mucho mayor y ambiciosa que la anterior.

Adrián Barbón y Juan Cofiño. Foto: Iván G. Fernández

El inicio de la legislatura, como ya proyectamos aquí, esboza la orientación que tendrá la negociación que FSA e IU iniciarán los próximos días para verificar que durante este legislatura puede haber un gobierno de coalición progresista, apoyado con el voto de Covadonga Tomé que ha manifestado su sintonía con Convocatoria por Asturias (IU, Más Asturies, IAS). En Podemos saben que su volatilidad orgánica, no es importable a un gobierno progresista que busca estabilidad y fiabilidad, pero la posibilidad de que la investidura de Adrián Barbón se fragüe con la voluntad de las tres formaciones de izquierdas sería un buen espaldarazo a la campaña electoral de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en Asturias.

Adrián Pumares y Covadonga Tomé. Foto: Iván G. Fernández

Otro de los votos favorables a ese momento de constitución del gobierno es el de Adrián Pumares. Su gesto significa muchas cosas en estos momentos. Significa que respeta el cordón sanitario a Vox y transmite un mensaje preocupante para los suyos: su incomodidad ante la situación vivida en Gijón no le va a desviar de los objetivos que se planteó durante el último congreso, cuando afirmaron querer ser un partido regionalista homologado al PNV. Los acontecimientos de las últimas dos semanas verifican que Foro está muy lejos de ser el partido presidido por Ortazu, un partido ágil que sí se siente cómodo pactando con el Partido Socialista de Euskadi gobiernos municipales y autonómicos.

Pero en Asturias, la cosa es muy distinta. Mientras el Secretario General de Foro apoya a los socialistas en la designación de la presidencia de la mesa del Parlamento, en la principal ciudad asturiana su partido y su presidente pactan la muerte del partido con los concejales de Abascal. Este diario tituló dos días antes de la constitución de los Ayuntamientos que el partido de Pumares se jugaba su futuro. Este mismo lunes, Pumares volvía a distanciarse de la Alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, cuando advertía de la obligación de cumplir con la Ley de Promoción y Uso del Asturiano, tras conocerse que la concejalía de Festejos no contratará a artistas que se expresen en asturiano. Se observa una fisura por la que le está entrando el agua a la canoa de Pumares. Los de Foro se van hundiendo lentamente, mientras un sólo hombre rema en dirección opuesta al resto de tripulantes. Queda por saber el alcance de la brecha, pero no es exagerado afirmar que pactar con Vox es pactar la muerte. Por eso, los cordones sanitarios suelen funcionar. Pumares, por mucho que se abrace a él, sabe que lo que sucede en Gijón es algo más que anecdótico y que puede ser el acta de defunción de su partido en los próximos cuatro años. Estaremos atentos.

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