Imaginemos un supuesto. Si unos ladrones roban un banco a mano armada y se llevan de la caja fuerte sus ahorros, está claro que es la entidad financiera, como guardiana de su dinero, la que debe indemnizarle por el atraco. Sin embargo, si los sistemas digitales de seguridad bancaria fallan y usted es víctima de otro tipo de atraco, cibernético, de guante blanco, sin armas, a través del teléfono móvil, no parece tan claro que el banco vaya a abonar lo que le han robado los ciberdelincuentes. Esto es lo que denuncian las organizaciones de consumidores ante la oleada de ciberestafas que se está viviendo en todo el país.
En el caso de Asturies hay ya más de 300 reclamaciones ante la Unión de Consumidores, en su mayoría dirigidas a Unicaja, entidad que se niega por ahora a pagar a sus clientes estafados.
“Unicaja se queda con el dinero de sus clientes”. Así de claro lo ha denunciado este viernes Dacio Alonso, presidente de la Unión de Consumidores de Asturias. El veterano activista en defensa de los derechos de los consumidores exige a la entidad bancaria que abone en el plazo de un mes el dinero que ciberdelincuentes estafaron en los últimos meses a clientes de la antigua Liberbank a través de mensajes falsos en los que suplantaban al banco.
Los estafadores se hacían pasar por Unicaja a través de SMS fraudulentos en los que se comunicaba que se había producido un acceso inusual a su cuenta. Acto seguido se les pedía a los clientes que se registraran en un enlace falso. Así obtenían sus datos y desde ahí los delincuentes sustraían el dinero a sus víctimas.
Las cuantías de las estafas oscilan entre los 1.500 y 3.000 euros, pero las hay también por importes superiores. Cantidades que Unicaja se está negando a abonar, denuncia la Unión de Consumidores, con la complicidad de un Banco de España que “prefiere mirar para otro lado”.
Alonso anima a los estafados a presentar denuncias a través de la Unión de Consumidores. Un juzgado asturiano ya les ha dado la razón obligando a Unicaja a indemnizar a una clienta a la que habían robado 5.000 euros de su cuenta bancaria. La sentencia señala la responsabilidad de Unicaja al no haber cumplido con su obligación de seguridad implementando mecanismos eficaces para la protección de los clientes.
La Unión de Consumidores no descarta movilizaciones para exigir a Unicaja que pague a sus clientes estafados.