Xixón hoy anocheció con el aire igual de contaminado que siempre (por la polución que genera una industria multinacional a la que le han dado y le siguen dando manga ancha el Ayuntamiento y el Principado desde hace no sé cuántas legislaturas, no sé cuántos mandatos), pero a pesar de todo hoy en esta ciudad se respira un poco mejor…
La alcaldesa, la forista Carmen Moriyón, largó esta tarde del equipo de gobierno municipal a Sara Álvarez Rouco y a Óliver Suárez, portavoz municipal y concejal de Vox, respectivamente. Álvarez Rouco, en su condición de concejala de Festejos, dio esta mañana una rueda de prensa en la que echó la llingua a pacer, como decimos en Asturies: vino a decir que FICX, el Festival Internacional de Cine de Xixón —una de las grandes referencias del cine independiente en Europa—, le sobra: le sobra, concretó esta palurda a preguntas de los medios de comunicación, que haya una categoría para producciones en asturiano, le sobra que haya un premio Rambal para reconocer el cine LGTBI, le sobra el cine independiente por todo lo que implica la libertad de creación y de expresión… Habría que añadir que al partido fascista al que representa esta palurda le sobra el feminismo, el ecologismo, el sindicalismo, la memoria histórica o memoria democrática, le sobra la democracia mismamente. La portavoz del partido facha acabó reconociendo que le gustaría que en el Festival de Cine de Xixón se vieran reflejados los ‘valores’ por los que aboga el partido que preside el macarra de Santiago Abascal. Para entendernos, le molaría una retrospectiva en torno a películas como Franco, ese hombre o Embajadores en el infierno, que glosa la ‘heroicidad’ de la División Azul que invadió la Unión Soviética a las órdenes de la Alemania nazi.
Caben todas las lecturas posibles sobre el cuándo y el porqué de esta decisión de Moriyón de darles la patada a esos dos pájaros. Hay quien dice que Foro jugó con los plazos y gestionó la necesidad y la conveniencia desde las elecciones municipales: necesitaban el apoyo de Vox para que su cabeza de lista se convirtiera en alcaldesa sin ser la candidata más votada y tenían asumido que habría una ruptura más pronto que tarde. Hay quien dice que el hostiazu electoral que se dieron los fachirulos de Abascal, José María Figaredo y compañía en los comicios de julio ha facilitado esta limpieza. Y hay quien dice que si las izquierdas de la Corporación Municipal de Xixón hubieran facilitado lo evidente (que Moriyón iba a ser alcaldesa), absteniéndose en la investidura para que Vox no tuviera voz ni voto, nos hubiéramos ahorrado todo esto.
Habrá que ver qué hacen estos dos palurdos que representan al partido fascista en la Corporación Municipal de Xixón, porque no fue cosa de ellos tensar la cuerda hasta el extremo: la dirección nacional del partido del odio les ha dicho a todos sus peones territoriales que ha llegado la hora de echarle cojones por España y de tratar de meter a calzador toda su mierda fascista. No sería de extrañar que Sara Álvarez Rouco ahora haga el paripé dimitiendo como concejala ofendida para seguir cobrando del Parlamento asturiano. Porque esta elementa, que representa a un partido que está en contra de la existencia de las comunidades autónomas pero que factura un pastizal con sus diputados, diputadas, directores generales y consejeros en gobiernos autónomos (un millonario pastizal que están derivando a Disenso, la turbia fundación que preside Abascal) ya se encargó en las elecciones del año pasado de asegurarse, además de concejalía en el Ayuntamiento, escaño en el Parlamento asturiano.