Hablar de teitos es hablar de Somiedo y Teverga, ambos concejos asturianos concentran estas singulares cabañas, agrupadas en brañas, y que tienen como particularidad el uso de la escoba como tejado vegetal. Construidos para dar cobijo a los ganaderos entre la primavera y el otoño, las carreteras, las motos y los autos 4 x 4 han ido dejando obsoleta la trashumancia de antaño, cuando las comunicaciones eran malas y no se podía ir y volver en el día al monte, sino que se hacía necesario quedarse a vivir con los animales en la braña durante varios meses.
El fin de este estilo de vida llevó a que los teitos se fueran deteriorando y cayendo en uso. Como reacción a este proceso de deterioro, en 1986 el Principado impulsó subvenciones que evitaron la ruina de los teitos. Las ayudas funcionaron hasta 2010, cuando se recortaron a causa de la crisis. En 2016 se recuperaron y en 2022 ascendieron incluso a 200.000 euros, pero “ponen tantos requisitos que la gente deja de pedirlas”, señala Juan José Gutiérrez, más conocido como Juan el de La Torre.

Este minero jubilado, amante de la etnografía y las tradiciones teverganas, enseña ahora a las nuevas generaciones el patrimonio cultural de su concejo en rutas guiadas organizadas por el Ayuntamiento. Tiene claro que requisitos exigidos por la administración como pedir facturas por teitar, es decir, por renovar el tejado vegetal, presentar proyectos, o pagar licencias de obra, son absurdas y desalientan a los propietarios de teitos de hacer el esfuerzo de mantener sus cabañas: “Es algo que siempre se hizo con la familia y los vecinos, sin empresas, ni facturas…”.

Ya sin función económica, para Juan José el futuro de los teitos pasa por reconvertirse en una especie de casa de fin de semana o de estancia corta para las familias, pero esto choca con las exigencias de la administración. En su opinión este celo lleva a que se estén echando a perder: “se permite que se caigan pero no que se acondicionen por dentro con una cama o unas literas”
El alcalde de Teverga, Adrián Gayo, de IU, también pide una normativa más flexible para facilitar la recuperación para facilitar la rehabilitación de cabañas y teitos. “Hay que eliminar trabas a la rehabilitación y permitir nuevos usos manteniendo siempre la estética exterior tradicional” señala Gayo. Su homólogo somedano, Belarmino Fernández, del PSOE, también ha expresado a Cultura su malestar con los requisitos de las subvenciones, y ha pedido volver al modelo anterior, más simple, de convocatorias.
El problema en todo caso no sólo está en las subvenciones o los usos, sino también en la pérdida de la transmisión generacional. Desde la asociación Teito Natural Roof, nacida para defender este patrimonio etnográfico, abogan también por crear una escuela de teitadores y cuadrillas encargadas de reteitar.