España afronta su cuarta presidencia de turno de la UE y las organizaciones sociales de todo el país están organizando movilizaciones y foros sociales alternativos. Xixón acogerá la reunión informal de ministros de Vivienda y Agenda Urbana de la UE, y desde los movimientos sociales asturianos se están promoviendo actividades y movilizaciones en el marco de la campaña “Frente a la Europa del Capital, justicia ecosocial”.
No la primera vez que los ministros de la UE visitan el Principado. En abril de 2002 Oviedo/Uviéu acogió una reunión de alto nivel de ministros de economía y finanzas de la UE. La reunión del ECOFIN tuvo entonces una gran contestación en Asturies. 15.000 personas según los organizadores y 5.000 según la policía, se manifestaron en las calles de la capital frente a unos ministros de economía que estaban todavía iniciando el despliegue de la moneda única, que en enero de ese año había entrado en vigor en Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal.
El contexto nacional e internacional de aquella reunión fueron muy diferentes al de hoy, 21 años más tarde. En el plano internacional estuvo marcada por la hegemonía indiscutida e indiscutible del neoliberalismo y de los EEUU. En el de casa por el aznarismo, el arecismo y el esplendor de la burbuja inmobiliaria.
Frente a lo que entonces se llamó el triunfo del pensamiento único, el llamado movimiento antiglobalización o altermundista supuso un primer proyecto de reconstrucción de un polo alternativo para unas izquierdas que andaban todavía desorientadas por el hundimiento del socialismo real.
Seattle, Praga, Génova y Barcelona serían las ciudades que concentrarían a miles de personas entre 1999 y 2001 para contestar las reuniones de los grandes organismos económicos que impulsaban la globalización neoliberal. “Es como el Socorro Rojo Internacional de mi época pero con ordenadores”, comentaría por aquellos días entusiasmado por la emergencia de una nueva juventud anticapitalista Manolín el de Llorío a un grupo de estudiantes de historia que habían organizado en la facultad ovetense una charla del histórico militante comunista, uno de los últimos guerrilleros antifranquistas vivos.
Pensadores como Ignacio Ramonet, Noam Chomsky, Naomi Klein o Samir Amin jugaron en aquel momento un papel clave en rearmar ideológicamente la crítica a un capitalismo que saboreaba el momento más dulce de su historia, ajeno a pandemias, tensiones militares entre bloques y crisis climática. La guerra en todo caso comenzaba a asomar en el horizonte tras los atentados de las torres gemelas. El 11S, apenas unos meses antes de la reunión del ECOFIN en Oviedo/Uviéu, había acabado con la infalibilidad de los EEUU post Guerra Fría. En palabras de Ramón Fernández Durán la “globalización feliz” comenzaba a dar paso a la “globalización dura”, una nueva fase marcada por la invasión de Afganistán y el recrudecimiento de la guerra en Oriente Medio. También en aquel 2002 las pancartas contra el genocidio palestino colgaban en las paredes. Faltaba sólo un año para que George W. Bush ordenara la invasión de Irak con el apoyo de los gobiernos español y británico.


Mientras tanto, en aquella Asturies en la que HUNOSA todavía daba empleo a miles de mineros, un Vicente Álvarez Areces con mayoría absoluta, 24 escaños y 46% de los votos, gestionaba un tiempo contradictorio en lo económico, de desindustrialización, cierre de pozos mineros y explotaciones ganaderas, pero al mismo tiempo de bonanza económica gracias a la burbuja inmobiliaria, las buenas prejubilaciones y los millonarios fondos mineros. La incorporación a la UE había sido para Asturies agridulce: muchos fondos europeos, pero también las políticas de ajuste en la industria y el campo, así como el inicio de la muerte de la minería.
Si en Asturies la mayoría absoluta era del PSOE, en el gobierno de España lo era de un PP que pisaba el acelerador del programa de privatizaciones y abaratamiento de la mano de obra, un programa de reformas iniciado con Felipe González y radicalizado con Aznar. En ese contexto la Campaña contra la Europa del Capital logró sacar a miles de personas en ciudades de toda España, demostrando, como lo habían hecho un año antes las protestas universitarias contra la LOU, que el aznarismo empezaba a flaquear y tocar techo.



El movimiento antiglobalización significaba una esperanza en aquel inicio del siglo XXI tan descorazonador para las izquierdas, y también tendría su expresión asturiana. En paralelo a la visita de los ministros de la UE se organizaría un Foro Social Alternativo inspirado en el Foro de Porto Alegre, Brasil, la ciudad que gobernada por el Partido de los Trabajadores había demostrado que las izquierdas podían desarrollar con éxito un proyecto alternativo de gobernanza.
Las jornadas de debate serían el prólogo a las movilizaciones que arrancarían el viernes 12 con una gran manifestación
El encuentro asturiano, celebrado en la Facultad de Pedagogía, una de las más dinámicas de la Universidad de Oviedo/Uviéu, debatiría sobre el proyecto neoliberal, la implantación de la moneda única en Europa, la renta básica, el imperialismo y la guerra, la privatización de los servicios públicos o el futuro económico asturiano.


Las jornadas de debate serían el prólogo a las movilizaciones que arrancarían el viernes 12 con una gran manifestación de CC.OO, UGT y USO por la Europa social. A la marcha sindical le seguiría una segunda protesta, todavía más multitudinaria, convocada por la Campaña contra la Europa del Capital.
La campaña había logrado reunir a militantes de partidos de izquierdas, IU, BIA, Verdes, PCPE, asambleas de estudiantes, sindicalistas de CSI, CGT y SUATEA, y militantes de otras organizaciones como el Movimiento Antiglobalización de Asturies, ATTAC, SOS Racismu, Ecoloxistes n´Aición o los Comités de Solidaridad con América Latina. La presencia de activistas de la organización católica Justicia y Paz facilitó incluso que algunas de las reuniones preparatorias tuvieran lugar en espacios cedidos por el arzobispado de Oviedo. De manera paralela otros activistas de tendencia más libertaria se organizarían en un autónomo Maratón de Expresión Antiglobalización.




El trabajo previo de aquel movimiento unitario permitió una formidable demostración de fuerza con cinco marchas a pie – Avilés, Xixón, La Pola Siero, El Nalón y Mieres– que confluyeron en Oviedo/Uviéu durante la mañana del sábado 13 de abril. La masiva manifestación, que denunciaba el impacto de las políticas neoliberales en la sociedad asturiana, contó con un fuerte despliegue policial, sobre todo en puntos estratégicos como el establecimiento de McDonalds en la calle Uría. “Contra la Europa del capital y la guerra, otro mundo es posible” podía leerse en la pancarta que abrió el paso desde la estación de RENFE hasta la Plaza de la Catedral, mientras un helicóptero de la Policía Nacional sobrevolaba un cielo ovetense gris y plomizo.
Las grandes movilizaciones del semestre español de la UE desembocarían en la huelga general de junio de aquel año. Luego vendrían las masivas protestas contra la guerra de Irak y el Pásalo que el 13 de Marzo de 2004 desmontó las mentiras del Gobierno de Aznar en la gestión de los atentados de Atocha.
Dos décadas después bastantes de aquellos activistas antiglobalización han llegado a las instituciones a través de los nuevos y viejos partidos de izquierdas, y muchas de las ideas del movimiento altermundista se han incorporado al sentido común a través de las políticas públicas promovidas por la Agenda 2030. En las calles los antisistema parecen la extrema derecha y el ex presidente José María Aznar llama a una huelga nacional contra el PSOE y Sumar. Los tiempos han cambiado.