Radomir Antic: el universalista clandestino

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Debía ser por el año 1994, no me acuerdo bien. Iba paseando con tu padre y el resto de la pandilla por Candás y vimos a Antic sentado en la terraza junto a otro hombre. Entre bromas me dijeron que no me atrevería a ir a saludarle y yo les dije que por supuesto que sí.

Me acerqué hasta la mesa y le hablé en yugoslavo. Sonrió y me preguntó cómo me llamaba y de que parte de la antigua Yugoslavia era. Le dije que de Slavonia. Desde que había estallado la guerra siempre decía que era de Slavonia y no de Croacia. Lo hacía así porque no quería que con el conflicto vivo, mi procedencia fuera un impedimento a la hora de establecer relación con otros yugoslavos, fueran de la república que fueran.

Entablamos conversación y me presentó a la persona que le acompañaba, también era serbio y me parece que era su ayudante en el Real Oviedo. La conversación duró unos minutos. Me resultó un hombre absolutamente encantador, sencillo e inteligente. Fue un verdadero placer haberle conocido”.

Radomir Antic ha sido un hombre de fútbol. Idolatrado por atléticos y oviedistas. Un técnico al que recientemente Leontxo García en El País denominó “el Kaspárov de los banquillos” por su mente ajedrecista. Un estudioso del fútbol metódico e innovador.

Pero Radomir era también una persona con unos valores, con unas ideas y con unos principios. Con aquellos principios del socialismo impulsado por Tito de los que él decía sentirse orgulloso de haber recibido en su casa. Hijo de padres bosnios partisanos y nacido en Zitiste, Serbia. Radomir iba para ingeniero mecánico pero acabó triunfando como defensa del Partizan de Belgrado.

Hijo de padres bosnios partisanos y nacido en Zitiste, Serbia. Radomir iba para ingeniero mecánico pero acabó triunfando como defensa del Partizan de Belgrado.

Pasaría por varios equipos internacionales hasta colgar las botas, entre ellos el Real Zaragoza. Tras retirarse volvió a Yugoslavia y llegó a ser el entrenador del Partizan. Ganaría la liga y abandonaría el país. La situación política en Yugoslavia se había vuelto un polvorín. Radomir nunca fue nacionalista, siempre se definió como universalista.

Como entrenador descubriría e impulsaría las carreras de varios jugadores pero me quiero parar en uno. Robert Prosinecki. Un joven croata de padre croata y madre serbia que había destacado en el mudial juvenil de 1987. Sería el fichaje estrella de la etapa de Radomir en Real Madrid y posteriormente le acompañaría en el Real Oviedo donde Prosinecki hizo una de las mejores temporadas de su carrera deportiva. Radomir fue como un padre para Prosinecki.

El joven jugador croata había sido injustamente criticado tras su paso por el Real Madrid. A nadie se le pasó por la cabeza el infierno que ese chico estaba pasando derivado de la angustia de la guerra.

El serbio Radomir fue el principal apoyo del croata Prosinecki.

Aquel Real Oviedo de Radomir contó con una plantilla excelentemente planificada. Jugadores como el propio Prosinecki, Jerkan, Jokanovic, Onopko…se convirtieron en fichajes que todavía hoy perduran en la retina de los viejos aficionados carbayones.

Ficharía por el Atlético de Madrid y ganaría el doblete. Volvería al Real Oviedo y en esa temporada, pese a realizar un buen fútbol, fracasaría.

Su carrera ha sido lo suficientemente conocida como para extenderme más en ella. Pero no debo de dejar de señalar que Radomir Antic llegó a entrenar al Real Madrid, al Atlético de Madrid y al FC Barcelona. Ha sido el único entrenador en el mundo que lograría eso.

Universalista, de padres socialistas, orgulloso de su tierra y por encima de todo eso una gran persona.

Siendo entrenador del Atlético de Madrid tuvo unas duras palabras hacia Hermann Tertsch en una entrevista para el diario El Mundo. Fue denunciado y acabó pagando la multa correspondiente.

Hermann Tertsch es hijo de Ekkhard Tertsch. Afiliado al partido nazi, perteneció a las SA, siendo destinado a la embajada alemana en Zagreb primero y después a la embajada alemana en Madrid. Tras un incidente con la Gestapo, sería enviado a Alemania y una vez resuelto acabaría instalándose definitivamente en Madrid y dedicaría su carrera profesional al periodismo.

Su hijo Hermann, también periodista, se dedicaba a publicar incendiarias crónicas periodísticas contra Serbia durante la etapa de Radomir en el Atlético. El serbio explotó llamándolo nazi en aquella entrevista.

Universalista, de padres socialistas, orgulloso de su tierra y por encima de todo eso una gran persona.

Nunca pensé que un esportinguista cerrado como yo acabara escribiendo una pequeña reseña recordando a un entrenador del Real Oviedo. Pero cuando me dijeron que escribiera algo sobre Radomir Antic no pude negarme.

Descanse en paz caballero.

Mi madre y yo le mandamos un afectuoso abrazo a toda su familia.

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