Covadonga Tomé (Luarca, 1970) es pediatra en el Hospital de Arriondas. Presidenta durante años de su comité de empresa, sigue siendo en la actualidad delegada sindical en este mismo centro. A su experiencia en la sanidad asturiana se une su trabajo durante años como voluntaria en África y América Latina con varias ONG´s. Le gusta más la comparación con las crisis sanitarias que ha conocido de cerca como cooperante, que las metáforas bélicas de las que se está tirando estos días por parte de periodistas y cargos públicos. Dice que cada tarde cuando llegan las 20h se emociona con los aplausos como el primer día. Por eso le gustaría que la solidaridad y sensibilidad social que ahora mismo se respira se mantuviera después del confinamiento.
El Gobierno va a permitir salir a la calle a los menores de 12 años. Es una decisión que muchas personas e instituciones estaban reclamando desde hacía semanas. ¿Cómo la valoras? ¿Ha afectado el confinamiento a la salud de los menores?
No es probable que su salud física se haya visto afectada hasta la fecha , pero si comenzaban a presentar quizás señales de cansancio, tristeza, preocupación, que mejorarán con este cambio en el horizonte. Queda por definir exactamente de qué modo vamos a hacer las cosas, porque lo que no parece oportuno en este momento es permitir la socialización entre ellos, que compartan un tobogán por ejemplo o jueguen con otros críos… Tendrá que hacerse con madurez y responsabilidad. No podemos abrir de par en par los parques, que se produzcan nuevos contagios y tengamos que dar marcha atrás a todo lo que hemos avanzado en aplanar la curva.
¿Cómo se puede controlar eso?
Va a ser un ejercicio complicado, y requerirá una alta dosis de responsabilidad. Necesitamos organizar este nuevo escenario para que los niños y sus familias puedan disfrutar este avance sin poner en riesgo los beneficios que han supuesto hasta ahora las medidas de aislamiento desde el punto de vista epidemiológico.
¿Qué tipo de señales psicológicas se perciben en los más pequeños?
Cierta irritabilidad y tristeza, sobre todo en los más pequeños. Se hacen preguntas en su mundo infantil del tipo ¿por qué todo es tan raro? ¿por qué no salimos de casa? También suelen preguntar por sus abuelos o por otros adultos de su entorno a los que echan de menos.
Hay padres y madres que critican que se pueda sacar a los perros y no a los niños
Con los niños puedes hablar y explicarles de algún modo la situación. Los perros tienen necesidades que no se pueden hacer en casa. Es una comparación que siempre me ha parecido muy simplona. Creo que hay ocasiones en las que los niños se utilizan como excusa para justificar cosas que los adultos desearían hacer y no pueden, como es salir.
¿Podrían haberse hecho las cosas de otra forma para no tener que encerrar a los críos un mes en casa?
El confinamiento en España es uno de los estrictos porque también tuvimos uno de las situaciones más dramáticas de Europa. Teníamos tantos contagios que se trataba de evitar el colapso del sistema sanitario. Las medidas están dando fruto. No creo que ningún país enfrentado a una situación tan difícil como la nuestra hubiera hecho las cosas muy diferentes.
¿Y los adolescentes?
Están empezando a pasarlo mal. Aunque están muy conectados a través de las redes, echan de menos estar con los chavales de su edad, y no pasar todo el día con sus padres. El contacto físico. Se encierran en su habitación. Están empezando a pensar qué va a ser de su futuro, cómo les va a afectar todo esto.
¿Son las cosas diferentes en el medio rural?
Si. No hay la presión que sufren en otros hospitales, donde están desbordados. Además, la atención primaria está funcionando como un gran dique de contención que permite que mucha gente pueda resolver sus problemas desde casa, sin necesidad de desplazarse a los hospitales.
¿Está preparado el sistema público asturiano para una situación como esta, que puede repetirse en otoño?
Estamos aprendiendo a una velocidad increíble, y la investigación no para, así que vamos a estar mejor preparados. En todo caso esta crisis debería servir para que le demos mucha más importancia a la sanidad pública. Asturias tiene una buena red de hospitales y de atención primaria, pero hay que aumentar la inversión, sobre todo en atención primaria, en prevención, en formación de los profesionales…. O funcionamos como sociedad y cuidamos unos de otros, o no vamos a ningún lado. También deberíamos tomarnos más en serio epidemias a las que ya estamos acostumbrados, como la gripe normal. No puede ser que cada año sobren vacunas. Hay un cierto relajo que toca evitar.