Tras hacerse público por parte del Grupo de Inmatriculaciones de Asturies que el arzobispado registró a principios de la pasada década todos las iglesias prerrománicas de Asturies, las reacciones políticas no se han hecho esperar. Podemos Asturies ha llevado el asunto a la Junta General del Principado a través del parlamentario Rafael Palacios. En Oviedo/Uviéu Somos ha pedido al Ayuntamiento que reclame la desprivatización de los monumentos prerrománicos ubicados en el concejo. Las inmatriculaciones son una vía legal contemplada en la ley hipotecaria franquista de 1944, y revalidada en 1998 por el Gobierno de José María Aznar, que permite a la Iglesia católica registrar bienes inmuebles sin escritura, alegando únicamente un escrito del arzobispo. El coste de inmatricular los monumentos prerrománicos fue de 30 euros cada uno. Estos edificios, si bien tienen un origen religioso, carecen desde hace años de culto habitual y su mantenimiento está íntegramente sufragado por las instituciones públicas.
Los tres grupos de derechas en la capital asturiana, PP, Cs y VOX, se han opuesto a la iniciativa presentada por la formación morada para recuperar la titularidad pública de las edificaciones, declaradas Patrimonio de la Humanidad. El concejal de Somos en el Ayuntamiento de Oviedo Rubén Rosón ha mostrado esta mañana su “decepción” por el voto en contra del PP, Ciudadanos y Vox a su propuesta de pedir al Arzobispado que anule la inmatriculación de los monumentos prerrománicos del Naranco, Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. Una iniciativa que, en una segunda disposición, estipula que, en caso de negarse, el Arzobispado debería pagar el IBI, al tratarse de dos edificios que no están dedicados a culto. La moción fue debatida ayer en el seno de la Comisión de Economía y contó con el respaldo de los representantes de Somos y el Grupo municipal Socialista.
“Nos encontramos decepcionados por el voto en contra del PP, Ciudadanos y Vox para que el Ayuntamiento exija al Arzobispado que anule la inmatriculación de los monumentos prerrománicos del Naranco”, ha explicado Rosón. “Lo más sorprendente son los argumentos para votar en contra de una proposición que es de sentido común. Dicen que no es el momento y que es una petición ideológica. Ahora más que nunca hacen falta fondos para la reconstrucción de Oviedo tras la pandemia. A la ciudad le vendrá muy bien ese IBI. Por otra parte, el patrimonio es de todos, no de un particular y la legislación europea estipula que los monumentos que no están dedicados a culto están sujetos a cargas impositivas”.
Rosón ha adelantado que desde Somos seguirán “exigiendo al Ayuntamiento que cumpla con su labor de defensa de los intereses de los ovetenses, no de los intereses del Arzobispo”.