La estación de trenes que necesita Gijón

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David Alonso
David Alonso
Es geógrafo. Ha sido concejal de Xixón Sí Puede.

Quizá sea hora de cambiar de vía. Hoy, después de 20 años de abandono, de levantar vías, mover toneladas de grava, hacer túneles, inundar túneles, tirar estaciones, hacer estaciones de plástico y paneles de sandwich metálico, dejar un prao en el centro de la ciudad, cortar una autopista y gastar 200 millones de euros. Todo ello para lograr un consenso y una unanimidad tras 19 años, que se acaba de volver a romper hace escasos días, con las declaraciones de nuestra alcaldesa, refrendadas por el presidente del Principado. Pues igual toca decir “¡ya! hasta aquí llegamos”.

Me explico.

Antigua estación de tren en el centro de Xixón. Foto: Wilkipedia.


Si no se ha querido invertir en nuestra ciudad en los últimos 20 años para dar una solución final al asunto ferroviario es complicado que alguien se crea que, en el contexto que está por venir, se vayan a invertir 814 millones en Gijón. En realidad, es difícil creer que se invirtiesen en cualquier lugar de Asturias, baste mirar al Huerna o a los túneles de Pajares. Podemos caer en el debate al que quiere llevarnos nuestra siempre omnipresente alcaldesa sobre dónde ubicar la estación, otra vez, pero es un cuento chino. El actual convenio que determina las inversiones, los plazos, los proyectos y todo lo demás, con ese cambio de ubicación vuelve a carecer de validez, con lo que volveríamos a tener que debatir qué se quiere hacer y cómo se va a pagar, ganando tiempo para poder sacar este tema del debate político hasta por lo menos las siguientes elecciones donde volvería a decirse lo mucho que le interesan a los partidos políticos, afincados todos ellos en Madrid, el plan de vías de Gijón y por ende, Asturias. No es cierto y quizá vaya tocando dar forma a otra idea que pueda vislumbrarse como real.

Acto unitario de asociaciones y partidos en defensa del Plan de Vías.


Y además, tenemos un plazo, uno del que no hablan y que es el más importante: 2020, que viene acompañado de la privatización del transporte ferroviario de viajeros, o como lo prefieren llamar desde las altas esferas de la cosa política de su “liberalización”. De manera muy rápida ¿en qué nos afecta esto? Pues en que las líneas mas rentables de ADIF posiblemente sean de los paquetes adquiridos por otras operadoras, lo que irá haciendo que ADIF se vaya quedando con las que no lo son por lo que la capacidad de inversión será menor, dado que las deudas que ya de por sí tienen, serán más lentas de pagar. Cargándose el Convenio actual, esto es lo que sucederá: se retrasará aún más y ya van dos décadas, el dar una solución a la estación de trenes y de autobuses porque, no nos olvidemos, en Gijón tampoco tenemos estación de buses, es de una empresa privada a la que imagino que toda esta situación no es que le venga precisamente mal. Cosas que suceden espontáneamente.

“Jardines del Tren de la Libertad” popularmente conocidos como “El Solarón”.


Pensemos entonces de una manera que quizá pueda parecer una locura.
El AVE con suerte, acabará llegando a Pola de Lena. Siendo realistas deberíamos olvidarnos del tunelón, que aunque lo mejor sería aprovecharlo, fue una locura construirlo y darle servicio supone mas de la mitad de los 814 millones de euros pendientes del proyecto original del plan de vías, y me temo que mucho más, dadas las complejidades estructurales de construir las estaciones intermedias en medio de una ciudad, de las que no hay ninguna, ni siquiera proyectada o de llevarlo hasta el Hospital de Cabueñes, que no hay ni anteproyecto.
Plantemos la estación de trenes en mitad del erial abandonado actual, con el único compromiso de mejorar los accesos urbanos entre los barrios más afectados; construyamos al lado, la estación de autobuses y un parking en rotación de carácter disuasorio; redistribuyamos adecuadamente las líneas de EMTUSA; pacifiquemos la Avenida Príncipe de Asturias y recuperemos la salida por Sanz Crespo directa con la autopista y, fundamental, no construyamos más que esos equipamientos en ese espacio. Ganemos un espacio verde que puede contener en una parte un parque dinámico, como una zona exterior de ocio adecuadamente diseñada. Ganemos el espacio para la ciudad y para sus vecinos, pero de verdad, un espacio de esparcimiento.

Llegar a Gijón en tren o autobús pasaría de ser una experiencia del Lejano Oeste, a algo acogedor y humano. Posiblemente esa inversión rondase los 180 millones de euros y podría ejecutarse, de principio a fin, en 36 meses. Pero claro, implicaría asumir que ya no tendríamos metro, como ya asumimos hace 20 años, que no llegaría el AVE, y que, sobre todo y de manera determinante para que no se lo lleguen a plantear los políticos, que nos han mentido durante todo este tiempo.

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