Siero cuestionó al gigante. Amazon fue el punto sobre el que se apoyaron las reflexiones de Álvaro, Fran y Joana, en un acto organizado por Coop57 Asturies. La cooperativa de servicios financieros éticos, impulsora de la economía social y solidaria, quiso poner en tela de juicio las supuestas bondades que traería Amazon a La Pola, como bien se ha proclamado desde los grandes medios de comunicación en los últimos meses.
Álvaro Viñes relató su experiencia como repartidor de Amazon. Foto: David Aguilar Sánchez
El conversatorio ‘El lado oscuro de Amazon’, que tuvo lugar en el Auditorio de Pola de Siero, se compuso por varias personas expertas en el mundo de la economía digital y de plataformas. La moderación y preguntas corrió a cargo de Eva Martínez, miembro de la Asociación Amigos de la Villa Magaña y del Local Cambalache, e introdujo varias cuestiones a las personas invitadas. Álvaro Viñes, ex trabajador de Amazon —o, más correctamente, de la empresa subcontratada por Amazon—, fue el primero en abrir debate. Desde su perspectiva personal, la vivencia es clarividente: “es una inseguridad constante, tienes cero seguridad en tu puesto de trabajo”. Las exigencias de rapidez y entrega segura que la multinacional impone se chocan con la realidad concreta de los y las trabajadoras. Condiciones precarias, bajos salarios, entorpecimiento de la organización sindical… Y el control constante por parte de la empresa mediante dispositivos y aplicaciones, formando un modelo de trabajo de vigilancia y autovigilancia que trata hasta la extenuación a los repartidores.
Joana Ariet Porta, de la cooperativa Opcions y de La Zona. Foto: David Aguilar Sánchez
Álvaro fue despedido por intentar formar una sección sindical en la empresa de reparto subcontratada por Amazon; una empresa, sin embargo, cuyo único centro de trabajo era “un grupo de WhatsApp”. Estas empresas, creadas ad hoc para ser, posteriormente, subcontratadas por la multinacional, son quienes se encargan de las cuestiones de derechos laborales. Derechos violados sistemáticamente, a juicio de Fran Suárez. Abogado laboralista y militante de la Corriente Sindical d’Izquierda, Fran se encargó de llevar el caso de Álvaro a los juzgados, pues se habían cometido “claras prácticas antisindicales”. Estas son habituales, según los protagonistas: “hay mucho despido disciplinario. Si no cumples los requisitos, te vas”.
“Amazon no va a contratar”. Fran Suárez avisó del sistema que lleva a cabo Amazon. Dado que no puede dar cabida a grandes cantidades de puestos de trabajo, la multinacional subcontrata de manera sistemática a lo que Suárez llama “falsos empleadores”, cometiendo, por tanto, “cesión ilegal de trabajadores” e incumpliendo, así, el Artículo 43 del Estatuto de los Trabajadores. “Amazon va a llenar España de sentencias judiciales”, pronostica Suárez.
El laboralista Fran Suárez, explicando las estrategias judiciales de Amazon. Foto: David Aguilar Sánchez
Hace falta un “sindicalismo 3.0”, que sepa analizar con precisión las economías digitales y de plataformas, de naturaleza distinta al trabajo clásico. La descentralización, la inexistencia de un lugar de trabajo propiamente dicho o la precarización son algunas de las características de este tipo de empleos, que acaban afectando a una juventud cada vez más precarizada y que desconoce sus propios derechos laborales. Esta “working class millennial”, en palabras de Suárez, tiene el reto de organizar un nuevo sindicalismo que dé respuesta a estos problemas.
Las alternativas de futuro sostenible las encarnó Joana Ariet Porta, integrante de la cooperativa Opcions y de La Zona, mercado digital de consumo consciente. Este mismo fue el concepto central, el “consumo consciente”: adoptar una actitud responsable respecto de las decisiones que tomamos al consumir. Desde este proyecto cooperativo, se promueve una nueva cultura de consumo consciente, “que nos apela directamente como consumidores y consumidoras”, en palabras de Joana.
El público asistente escuchó con atención el conversatorio en Siero. Foto: David Aguilar Sánchez
La Zona propone una serie de áreas con las que intervenir y dar alternativas al mercado digital existente: consultoría política a las Administraciones públicas, divulgación en consumo consciente —como su propia revista ‘Opcions’— y la consultoría sobre contratación y compras concretas. Esto en base a los principios de reducción, en la medida de lo posible, del consumo; incentivar el consumo sin compra, como el intercambio; y la compra con criterio. En un momento actual en que el comercio electrónico ha crecido entre un 60% y un 80% durante la pandemia, esta cooperativa pretende dar una alternativa posible para “una economía que ponga en el centro a las personas, y no al capital”.