En 2021 el Consorcio de Transportes de Asturias (CTA) contabilizó 13,4 millones de viajeros, un 20,5% más que en 2020, el año del confinamiento, pero lejos de los casi 20 millones de 2019. Son datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI) que hablan de un fuerte descenso de la movilidad en medios colectivos. El transporte público cae en total en 7 millones de viajeros, pero con grandes diferencias internas. Frente a los 2.044.142 de desplazamientos en tren, el autobús interurbano suma 5.791.907 pasajeros y el urbano 5.549.993. Es decir, el ferrocarril sigue siendo el menos usado de los medios públicos de transporte: solo recurren a él un 15% de los usuarios del CTA.

Las malas cifras del tren frente a ALSA, que ostenta el casi monopolio de las comunicaciones en autobús dentro del Principado, son una constante desde principios de siglo. Frente a los 2.044.142 pasajeros del ferrocarril en 2021, dos décadas antes, en 2001, el tren llegó a mover 13,5 millones de viajeros. Decisiones como el cierre de la estación de Xixón del centro han asestado duros golpes a las cercanías regionales. Para Francisco Barros, presidente del comité de empresa de RENFE, el bajón de los últimos años se explica sobre todo por la falta de modernización de las infraestructuras ferroviarias. “Hemos dejado de ser fiables, y la gente se cansa con los retrasos y las cancelaciones, sobre todo en FEVE” señala Barros, que confía en que las inversiones comprometidas por el Estado permitan recuperar pasajeros a las cercanías ferroviarias. “Será en todo caso en el medio plazo”, matiza el ferroviario, que señala en el capítulo de cosas positivas el restablecimiento de las líneas regionales entre Galicia, Asturies y Cantabria. Como informó Nortes estos servicios llegaron a estar suspendidos en diciembre a causa de las lluvias y del mal de estado de las vías e infraestructas.