Xiomara Castro, presidenta de Honduras

Con la victoria de Libertad y Refundación las fuerzas progresistas recuperan el poder perdido en 2009, cuando EEUU y la oligarquía local derribaron a Mel Zelaya.

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Javier Arjona
Javier Arjona
Minero jubilado y militante internacionalista.

Este jueves ha tomado posesión la primera mujer en la historia de la pequeña nación centroamericana, y además lo ha hecho aupada no por uno de los dos partidos que siempre han gobernado, el Nacional y el Liberal, sino por otro surgido tras el Golpe de Estado de 2009, cuando casi estaba acabando su mandato el presidente de entonces por el partido Liberal, Manuel Zelaya, esposo de Xiomara.

Zelaya (conocido popularmente allá como Mel) es el coordinador de ese partido, Libertad y Refundación (Libre), que además de gente procedente del liberalismo recogió sectores de la izquierda dispersa que logró parcialmente aglutinarse tras ese golpe apoyado por el gobierno de EEUU con Obama de presidente y Joe Biden en la vicepresidencia de la Casa Blanca.

Xiomara Castro y su marido Mel Zelaya. Foto: Twitter

Sin embargo ahora llegó a Honduras la actual vicepresidenta Kamala Harris, como anunciando un cambio de rumbo, o como asegurándose que el control tradicional no se pierda.

Tras el Golpe de 2009 (¿Alguien se acuerda ya de Micheletti, quien asumió presidencia de manos de los militares?) hubo un gobierno de Lobo, y dos de Juan Orlando, ambos del partido Nacional, con un incremento sustancial de la corrupción y del control del crimen organizado en varios territorios, hasta el punto que el propio hermano del presidente cesante está preso en los EEUU por narcotráfico.

Honduras es un país diverso y desestructurado, con dos ciudades grandes Tegucigalpa y San Pedro Sula, donde la violencia social es muy evidente, con barrios de clase media y alta vallados y protegidos con estructuras de seguridad, aislados del resto de la población, y barrios miseria y populares donde la sobrevivencia se hace difícil.

Entre el capital criollo son conocidos capitales de origen judío, pero más aún los capitalistas de apellidos árabes en las empresas más conocidas del país, y en el control de los latifundios: fueron varias de esas familias las que más influyeron para propiciar la defenestración de Zelaya.

Xiomara y su esposo no proceden del pobrerío, sino de familias empresariales relacionadas con la madera. Sus propuestas no son revolucionarias, pero sí están empujadas por los hechos de los últimos años, y por las expectativas de cambio que las organizaciones han impulsado.

Xiomara es la primera mujer presidenta, en un país en el que el año pasado terminaba con la cifra de al menos 318 mujeres asesinadas. Grupos feministas, pequeños pero muy activos, han confrontado el machismo violento y el golpe y represión posterior de características también muy machirulas.

“Sus propuestas no son revolucionarias, pero sí están empujadas por las organizaciones sociales”

Honduras tiene varios pueblos indígenas y negros de cuantía significativa. Uno de ellos es el lenca, cuyo líder de la resistencia que se opuso a la colonización española, Lempira, da nombre a la moneda nacional. Lenca era Berta Cáceres, que estuvo en Asturias de la mano de Pachakuti, y cuyo asesinato por parte de estructuras criminales de exmilitares vinculados a una empresa hidroeléctrica, ha conmocionado e inspirado a diversos movimientos en defensa de los recursos naturales.

Otro es el pueblo garífuna, resultante de la mixtura histórica entre esclavos negros e indígenas caribes, que habitan en la costa norte de Honduras, con serias confrontaciones por el despojo actual de sus territorios, por diversos métodos, uno de ellos la increíble implantación de los llamados ZEDES, territorios administrativos en los que Honduras renuncia a la soberanía, que queda en manos de las empresas concesionarias que imponen sus leyes: el más salvaje de los capitalismos del despojo. Eliminar los ZEDES forma parte del programa del nuevo gobierno.

La organización de Berta Cáceres, COPINH, y la de Ofraneh garífuna liderada por una amiga de Berta, Miriam Miranda, aunque fueron protagonistas decisivas en la resistencia al Golpe de estado, no quisieron formar parte del nuevo partido Libre, ni de la institucionalización de la resistencia.

Ahora el Copinh ha sacado su pronunciamiento específico en la toma de posesión de Xiomara.

Dicen que reafirman su postura de esperanza y cautela, reconocen la amplia mayoría que apoyó en las urnas y trasladan a la nueva presidenta el compromiso por respetar los derechos y los territorios de las comunidades indígenas.

El Copinh en esta declaración de ayer insta al gobierno nuevo a transitar hacia una Asamblea Nacional Constituyente “integrada por todos los pueblos de Honduras para erradicar la mafia criminal que como un cáncer corroe a nuestro país”, de carácter “Plurinacional, Originaria, Popular y Anti patriarcal”.

Para añadir incertidumbre a los cambios anunciados, el Congreso elegido el mismo día que las presidenciales, ya ha tenido una fuerte confrontación a la hora de elegir su presidencia. El partido Libre fue a las contienda electoral con varias alianzas, y una de ellas era con el partido Salvador de Honduras, con el acuerdo de cederles la presidencia del Congreso. Pues bien, 18 diputados de Libre desconocieron ese acuerdo y se juntaron con los congresistas del Partido Nacional y varios del partido Liberal para hacerse elegir, el diputado Cálix, presidente en una sesión virtual por fuera de la sede parlamentaria, en tanto que allí en el Congreso, protegido en “vigilia” permanente por los militantes, se procedía a elegir a Redondo como presidente.

Dos presidentes para empezar legislatura, que, si no tiene arreglo en el diálogo necesario (ayer Zelaya recibía al diputado díscolo  Cálix, y ya expulsado de Libre), tendría que resolver el Tribunal Supremo, dominado por el Partido Nacional.

Desde territorio español, la mujeres migrantes hondureñas, también han emitido opinión en torno a este hecho histórico de cambio de autoridades. En su Carta Abierta a Xiomara, dicen “Nos llena de orgullo y alegría tenerla a usted como nuestra presidenta, pues han sido muchos años de sufrimiento, torturas y expulsión de muchas compatriotas hacia el exilio a causa del nefasto y ruinoso gobierno de la derecha inefable del Partido Nacional”

“Estamos en España viviendo una vida partida a la mitad, entre los momentos bellos y los momentos no gratos que los recuerdos nos llevan a Honduras, y un presente en este país que nuevamente nos vuelve a ubicar en una situación de desventaja, precariedad y violencia jurídica por el simple hecho de ser mujeres migrantes”

“Muchas de nosotras, hemos migrado expulsadas de nuestras tierras por la violencia extractivista y la violencia de género. Hemos venido con nuestros hijos e hijas, formando hogares monoparentales en un país con una Ley de Extranjería inhumana, la cual hemos enfrentado empujadas por nuestra determinación de superación personal y para la mejora económica de nuestras familias en Honduras a través de las remesas”

En España somos las trabajadoras del hogar y los cuidados en el servicio doméstico, las madres solteras, trabajadoras precarizadas en una situación social marcada por la discriminación, el racismo y la explotación de la mano de obra extranjera y sin derechos.”

En esta Carta, finalmente, incluyen un desacuerdo con quienes han representado a Libre en la emigración, y proponen medidas para los primeros 100 días de gobierno, en que las personas migrantes tengan protagonismo.

Migrante y exiliado político lo fue en Asturias Ramón Álvarez. Vivió aquí durante varios años en que se hizo querer y participó activamente en los movimientos sociales de nuestra tierra. Ramón el hondureño, regresó a su país y enseguida fue electo presidente del sindicato de profesores. Saliendo de madrugada de una reunión con la ministra de educación sufrió un extraño accidente de coche que segó su vida. La veterana activista Bertha Oliva de Nativí, presidenta del comité de desaparecidos (su esposo entre ellos), que propició la salida para protección de la vida de Ramón, nos dijo a la delegación asturiana que a Ramón lo asesinaron. Pero nunca hubo investigación. ¿Tal vez ahora la nueva tesitura de gobierno logre trabajar para deshacer las impunidades fraguadas en tantos años, y el crimen (supuesto) de Ramón sea investigado?.

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