Humor clarividente

El mejor teatro didáctico, informativo y documental utiliza el humor y la ironía como elemento sedicioso de distanciamiento brechtiano.

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Roberto Corte
Roberto Corte
Roberto Corte (Oviedo, 1962). Vinculado al teatro asturiano desde 1980, y ligado a la autoría y dirección en el ámbito escénico, en la actualidad colabora como crítico en revistas especializadas.

N.E.V.E.R.M.O.R.E.

Dramaturgia y dirección: Xron

Intérpretes: Manuel Cortés, Miguel de Lira, Patricia de Lorenzo, Borja Fernández, Mónica García y Arantza Villar

Centro Niemeyer, sábado 29 de enero, Avilés

Chévere ha logrado lo más difícil, lo que todo artista anhela: labrarse un destino y construir unas claves genuinas de identidad. No hay en las artes escénicas grupo o compañía que no se declare socialmente comprometido en la lucha contra los males de este mundo y los muchos problemas que nos acosan –esto al margen del tamaño y la adscripción estilística de militancia–, y sin embargo son muy pocos los que consiguen la claridad y resolución necesaria para que los disparos impacten en nuestras conciencias con plenitud. El caso de Chévere sirve como ejemplo del mejor teatro didáctico, informativo y documental, que utiliza el humor y la ironía como elemento sedicioso de distanciamiento –en términos brechtianos– para librarnos del patetismo emocional, estimular la reflexión al margen de prejuicios y dogmas y de paso hacernos pasar un buen rato con un montón de situaciones hilarantes y divertidas. Además su currículum revela otra cualidad muy llamativa, y es el profundo enraizamiento que la compañía tiene con su hábitat y lugar de residencia, un territorio que da cobijo y perspectiva al laboratorio de creación para procesar la realidad y una retroalimentación dialéctica que es la marca indeleble de la casa –su originalidad sustantiva–, tal y como ya hemos podido comprobar en Asturias con sus anteriores trabajos Eroski Paraíso y Curva España, espectáculos con gran éxito de crítica y público.

Con Nevermore Chévere centra su investigación en el “esclarecimiento” de uno de los mayores desastres ecológicos vividos en la España del siglo XXI: el hundimiento del Prestige y la consiguiente marea negra que asoló la costa gallega. Un accidente que ha puesto en evidencia por una parte el desconcierto, la negligencia e incompetencia de muchas instituciones y por otra las innumerables muestras de solidaridad y apoyo recibido desde la sociedad civil (dicho sea de paso y sin ignorar la complejidad que conlleva el dar una respuesta urgente, satisfactoria, a un SOS de estas características, y casi con el convencimiento de que el hipotético arrastre del buque a una ría próxima habría obtenido igualmente resultados nefastos).

El actor Luis de Liria en un momento de “N.E.V.E.R.M.O.R.E”. Foto: Luz Soria/CDN.

El cuervo de Poe sobrevuela con su grito de ultratumba una función con dos partes bien diferenciadas. Una primera, la de los testimonios de pescadores, grupos solidarios y responsables directamente implicados, y una segunda más cómica y descacharrante con los diálogos reales de la torre de control que van desgranando con verdadero suspense cómo se sucedieron los hechos. La crítica abarca todos los estamentos y no deja títere con cabeza (políticos, pescadores y falsas rederas que recibieron ayudas de forma fraudulenta…), lo que la hace más eficaz y demoledora. El reparto es eminentemente coral y entre los seis actores que dan vida a un sinfín de personajes destacan el voluntario alemán que vino a ayudar y se quedó (Patricia de Lorenzo), David el marino mercante desencantado (Miguel de Lira) y el profesor que nos cuenta en una simpática letanía cómo organizó el tráfico con los alumnos, con cartulinas y fabricando conos de señalización (Borja Fernández). Pero además todos ellos narran su propia vivencia de los hechos, su participación en el colectivo Burla Negra y el encierro en la Casa de Cultura de Laxe.

El espectáculo tiene también su fuerte en el espacio sonoro, tanto en el silencioso y enmudecido mar anegado de chapapote como en el sinfín de sonidos que se recrean de manera precisa con una técnica de efectos especiales a la vista del público, para la retransmisión del guión radiofónico “La guerra de los mundos del Prestige”. Momento en el que se despliega una extraordinaria teatralidad de alto voltaje, en combinación con otros más sobrecogedores, tal y como ocurre con “E o corvo dixo Nevermore”, adaptación de una canción tradicional galega recogida por el grupo Leilía. Sin olvidar otros muchos apartados como el escenográfico, con una línea plástica evocadora de olores, sabores y texturas, susceptibles de reseñarse en un trabajo repleto de estupendos y extraordinarios detalles, en un Niemeyer emocionado que refrendó la función con el público puesto en pie y una gran ovación.

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