Le conocen como El Chanclas. Aún conserva esa costumbre. Da igual que haga frío: salimos a recorrer sus fincas mientras calza sandalias de cuero. Xuan Valladares estudió biología y se doctoró como ecólogo siendo ya ganadero, por recomendación de su tutor. En estos años se ha dado cuenta de la importancia de manejar cierto lenguaje, que es lo que le ha proporcionado su formación académica. Pero no es menor la aportación a su bagaje la formación que da el estar apegado al territorio, el afrontar los problemas en solitud y en buscar la manera de resolver para el colectivo. Y en ésas anda como portavoz de Asturias Ganadera, la asociación que cada viernes protagoniza una lloquerada frente a la sede de presidencia, reclamando ser escuchada, encontrar soluciones y reunirse con Barbón, aunque saben de sobra que no es quien les aportará el ansiado maná. Y que ha despertado odios y recelos.
¿Cómo surge Asturias Ganadera?
Surge en 2006 más o menos. Yo comencé como ganadero en 1999 y ya tenía problemas de distinto tipo. Cuando no sabes cómo funciona, buscas que te ayuden y ves que te falta algo. Empecé con la Asociación Ganadera Extensiva y a pelear por mí mismo, pero enseguida pienso en el colectivo. Encontré gente con asociaciones muy locales y nos agrupamos. Así creamos la Plataforma GEA (Ganaderos en Extensivo de Asturias), con siete asociaciones muy diversas y va cogiendo entidad. Cambiamos el nombre a Asturias Ganadera (AG) y se incorporan tras un conceyo ganaderos en extensivo de Picos, que estaban muy acorralados. Hemos organizado el 80% de las manifestaciones de los últimos 12 años. Y nos preguntamos ¿dónde están los políticos que necesitamos? Está claro que, aunque tengas buenas ideas, no las van a coger. El viernes (por hoy) tenemos reunión con el consejero.
¿Qué representación tiene AG en el territorio?
Desde el punto de vista de los socios, no hay fichas ni cuota. En torno a unos 300 vienen a las manifestaciones. En el primer whatsapp éramos unos 60, ahora 400. Queremos ser útiles, pero detrás no hay aparato burocrático. Ser eficiente es buscar soluciones a los problemas que identificamos. Cada dos meses damos una rueda de prensa sacando problemas a veces manidos, otras veces vamos rascando cosas nuevas como los intereses en el territorio para desempoderar a la gente en los parques por las grandes empresas, los molinos… Nos dio mucha credibilidad que no vamos con tópicos: vamos con el problema, buscamos la solución y hacemos la denuncia a la Administración. Lo que conseguimos en estos años: la segunda prueba para la tuberculosis en lugar de matarte el ganado; con el tema del monte, los guardas nos dicen “esa ley que cambiasteis”: se refieren a los acotamientos; no es bueno que no haya ganado donde quemó, que era una manera de criminalizar al ganadero, pero si no hay arbolado en la zona, es buena la presencia de los animales para evitar la matorralización. El del fuego es un problema complejo. A ello sumamos estrategias nuevas apoyadas por los partidos de la oposición para modificar la normativa. Nos da igual el partido que lo meta, nos importa que se metan. Necesitamos un sector más diversificado, recuperar el ganado menor para mantener el monte, fomentar la industria de la transformación, y que se cierre el ciclo aquí, no llevar a los xatos por lotes a un cebadero de Zaragoza. El consejero sólo habla de cuánto dinero de la PAC repartió, no de los que problemas que corrigen. Nunca resuelven nada y seguimos con los mismos problemas de hace veinte años.

Te preguntas dónde están los políticos, ¿habrá un salto de AG a la política, ahora que surgen plataformas sobre la Asturias vaciada?
No lo pretendemos, pero la vida a veces te sorprende. Pero no, no tengo en la cabeza ni propuesta ni me apetece, pero la vida a veces te muestra un camino. AG no tiene un planteamiento político en la actualidad. Pero nunca sabes dónde encuentras la utilidad.
Otro tema son las relaciones con el Principado (finalmente se reúnen con el consejero pero no con el presidente) y los sindicatos, a los que acusa de apesebrados.
Los problemas no se resuelven con una cita con Barbón, pero no renunciamos a esa reunión. Queríamos un aval de nuestro trabajo y lo que podemos ejercer como representantes del sector. La reunión con el presidente nos reconocería como interlocutor válido. El consejero nos derivaba a una dirección general, como a una asociación B, mientras los sindicatos están en otro nivel. Queremos hacer algo más que los sindicatos. Ellos quieren solo sindicatos adomaos, no quieren representantes del campo de verdad y se escudan con la constitución del Consejo Agrario. Ahora hacemos pequeñas lloqueradas para recordarle que estamos. Cuando la manifestación con más de 2.000 personas vieron que somos peligrosos y empieza una persecución política y policial, institucional para crear dudas respecto a AG y dinamitar el movimiento que les está haciendo peligrar. Personalmente lo que intentan es desprestigiarme ante los ganaderos. Detrás está el aparato. El sector de la leche está sufriendo más en estos momentos. Los de la carne estamos como siempre, dependemos de las subvenciones pero poca gente cierra. Cebas los xatos, los vendes aunque pierdas un poco, pero puedes seguir. Los problemas del sector son muy diversos, amplios, pero el problema de siempre de los precios arruina a un productor de leche cada día. Esto es lo que hace que la gente se queje más porque le queda muy poco. Es el campo el que está acosado y en 20 años desparecerá tal y como lo conocemos. Es la importancia de la diversificación. Pero ahí esta la connivencia de la Administración: si quitamos el ganado menor, la reciella (ovejas y cabras), se minimiza el problema del lobo. El lobo ataca a lo que menos trabajo le da: la reciella. No sé cómo salvarán los quesos de leche de reciella, cuando lo habría que primar porque es una de las claves para contener el desarrollo del matorral, que hace más innecesario el fuego, los desbroces. La leche tiene otros problemas: las macrogranjas y la leche que viene del centro de Europa; y la están dejando languidecer. Hay que recuperar la multifuncionalidad, la diversidad.

Hablas del lobo, uno de los grandes temas de actualidad.
AG lo tiene muy claro: control poblacional hasta que sea compatible con la ganadería. En 20 años perdí 4 xatos por el llobu y eso es asumible, pero si me comen el 80% de los xatos todos los años… Hay que actuar en proporción a los daños, y rápido. Si el control es inmediato al ataque, el lobo sabe que el castigo es por el ataque, y en esto coinciden los estudios científicos y los paisanos. Proponemos una guardería especializada en el lobo. Si el lobo tiene alternativas tróficas, no ataca. Estabular el ganado funciona, pero en ganadería extensiva… La solución al desequilibrio pasa por el control. El lobo es un súperpredador, no va a quedar con fame. El Principado tenía una gestión del lobo que no funcionaba. Y ahora la cosa irá a peor con la protección al lobo, que se dirigirá a zonas más humanizadas, buscando por basureros… Eso no es un ecosistema lobero. Antes había 200 lobos y ahora 2.500; antes había mucha gente en el medio rural. Y se les daba cera cuando atacaban.
Ganadería extensiva versus macrogranjas
Lo que defendemos desde AG son las caserías familiares, que ahora tienen que ser medianas porque con diez vacas no vives. Estas pequeñas explotaciones familiares mantienen el entorno. Lo otro es la industrialización del campo. La importancia de mantener el vínculo con el territorio, mantener la cultura, el lenguaje… la cultura va más allá de producir. Eso vertebra el territorio. Como asturiano funcionaría la revitalización de las pequeñas explotaciones. Lo otro es una fábrica de carne, ya no es medio rural, y deja muy poco en el territorio: traen el gasoil de Cádiz, el cereal de Ucrania… Como ecólogo, lo pequeño es bueno, pero cada vez hay más intereses de las grandes empresas. El discurso es uno y la realidad es otra
¿Y qué pasa con la ley de mejora de la cadena alimentaria?
Como tantas leyes, como la que pone el límite en 120 kms/h pero no hay señales ni radares ni Guardia Civil… ¿qué pasaría? De momento es papel mojado, le falta el desarrollo reglamentario. ¿Por qué reconoce el derecho a no vender por debajo de los costes pero no el porcentaje de beneficio que tenemos que tener los ganaderos? Y somos nosotros los que tenemos que denunciar a la empresa que no cumple; tendría que ser la Administración y hacerlo rápido.

¿Cuáles son, entonces, las principales reivindicaciones de AG?
Como asociación que se reconozca nuestra representación porque los sindicatos no hacen sus deberes. Para el sector queremos una ley de cadena alimentaria eficiente. Queremos un plan estratégico para recuperar el ganado menor y se multiplique por 10. Queremos que los montes con derechos a ser vecinales, y la gente los quiera, que se devuelvan (se pusieron con titularidad municipal porque no tenían NIF y con la burocratización el ayuntamiento hacía de notario, pero ya empieza a molar tener subvenciones por superficie, y luego llegan los molinos y cada vez más interés en que no se devuelvan. Galicia nos lleva 20 años de ventaja). Este proceso tiene que ser promovido por la Administración, que está resucitando al Jurado de Clasificación, aunque en dos años devolvieron tres montes y en Asturias hay 1.000. La matorralización está relacionada con el ganado menor y hace falta flexibilización de quemas controladas: hay que adaptarse a la realidad y si no hay ovejas, no tengas aquí este polvorín. Hay años que se limpiaron 300 hectáreas, y eso es lo que tengo que limpiar en mi parroquia. Es todo un conjunto indefinido de normativas absurdas y limitantes. Además es importante dotar de logística a los territorios con mataderos deslocalizados, salas de despiece… que generen riqueza en el territorio.
Y tras la reunión con el Consejero, ¿qué han conseguido?
Ha sido una reunión agridulce. Como buena noticia sí se vio al consejero con plena disposición para que AG tenga representantes en todas las mesas de trabajo que existen o que se formen. Ahora veremos si apoyan y los porqués de sus posturas. Pero también ha sido decepcionante porque hemos visto escaso compromiso en puntos clave como la ley de caza, para pagar los daños con justicia y rapidez. Se queda en modificar reglamentos y baremos, pero falta una ley que ampare ese derecho, y no sacarlo es para no cumplir. Decepcionante también en relación a los montes comunales y de mano común. Se conforma con el ritmo lento del Jurado de Clasificación, que es en lo único que han cumplido. Los técnicos son contrarios a las clasificaciones y es algo más aparente que real. Y también hemos preguntado por la situación de los acusados, aunque no es competencia de su Consejería, pero es un interés y sí podían tratar de identificar a la señora de la peineta. Nada.

Aún así hoy fue día de lloquerada.
La lloquerada significa exigir al presidente a que nos reciba porque no todos los temas a proponer son competencia de Medio Rural, sino de presidencia y otras consejerías. Culminamos la concentración en Delegación de Gobierno porque exigimos el fin de la represión no solo contra los acusados, sino también contra AG, una organización capaz de generar ilusión y aglutinar a la gente del campo, y eso ha desarrollado una campaña atroz y torticera contra nosotros para degradar, desprestigiar a la organización con la persecución para desmotivar y crear confusión respecto a ella.