El Consejo de Ministros aprobará este martes la nueva norma que eliminará, a partir de mañana, la obligación de llevar mascarilla en espacios interiores, salvo en centros sanitarios y sociosanitarios y en todos los transportes, mientras que en los trabajos serán las empresas las que decidan.
El nuevo real decreto que presentará esta mañana la ministra de Sanidad, Carolina Darias, al resto del Gobierno, y que mañana miércoles se publicará en el BOE, pondrá fin así a dos años de mascarilla obligatoria en lugares cerrados.
A la espera de los pormenores del texto en el que se ha estado trabajando hasta última hora, lo que se sabe de momento es que a partir de mañana solo habrá que ponérsela obligatoriamente en “aquellos espacios en los que puede haber personas con vulnerabilidad”. Es decir, visitantes y trabajadores de centros, servicios y establecimientos sanitarios -incluyendo las farmacias- y sociosanitarios, especialmente las residencias, aunque no las personas ingresadas en ninguno de estos lugares a menos que estén usando espacios comunes. También habrá que llevarla en todos los transportes, sin excepción.

Asimismo la mascarilla se aconsejará “cuando hay aglomeraciones y cuando se trate de personas vulnerables”, en la línea de lo que propusieron los expertos de la ponencia de alertas en los que el Ejecutivo se ha apoyado para tomar esta decisión. Así, los alumnos ya no tendrán que utilizarla “en el ámbito escolar”, aunque sí se recomendará a los profesores con factores de vulnerabilidad, al igual que otras personas con estas mismas condiciones en las que no puedan mantener 1,5 metros de distancia interpersonal.
En los centros de trabajo, serán los servicios de prevención de riesgos laborales los que valoren la necesidad de llevar mascarillas, si bien la ponencia lo aconseja cuando la distancia interpersonal sea inferior a 1,5 metros y no pueda garantizarse la ventilación adecuada del espacio. Y en otros lugares cerrados de uso público como comercios, cines, teatros, salas de conciertos, museos, bares, restaurantes, locales de ocio nocturno, lo recomendable es un “uso responsable” del cubrebocas, al igual que en el entorno familiar, las reuniones de amigos y celebraciones privadas.
Será, en definitiva, una norma de “sentido común”, dijo el lunes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, convencido de que “mucha gente” continuará llevándola “como elemento de protección”. Porque que se acabe con su obligatoriedad no quiere decir que quien quiera ponérsela pueda hacerlo.
La norma llega tres semanas después de que España haya inaugurado una nueva fase de la pandemia en la que ya solo se cuentan los casos graves y en entornos vulnerables y en la que las personas con síntomas leves o sin ellos no deben aislarse.