Llenazo en la Escuela de Comercio. Como El Cid que ganaba batallas después de muerto Julio Anguita sigue llenando auditorios tres años después de su fallecimiento. La presentación de “Vivo como hablo”, su libro póstumo, volvió a poner de manifiesto la admiración y el respeto de la izquierda asturiana por quien Eva Fernández, de la hiperactiva Sociedad Cultural Gijonesa, definió en su presentación como “uno de los más grandes políticos españoles del tránsito del siglo XX al XXI”. Su amigo y colaborador de Nortes Manolo Monereo resumía así el sentimiento de orfandad en el que la muerte del político andaluz ha dejado a la izquierda española y más en concreto a aquellos que como él, tuvieron una estrecha relación personal con el que fuera coordinador de IU y secretario general del PCE: “No es fácil vivir sin Julio Anguita. Sin el político no es fácil, sin el amigo todavía más”. “Conforme el tiempo avanza su figura se agranda” señaló Monereo, que recordó lo impresionante de caminar por las calles de Córdoba con quien fue su alcalde durante la Transición. “Paseando con él te dabas cuenta de hasta que punto era parte de la ciudad” destacó el ex diputado de Unidas Podemos, hoy muy crítico con la evolución política de este espacio, al que ha reclamado abandonar los personalismos, el cortoplacismo y la política exclusivamente en las redes y los medios, para apostar por la organicidad, la militancia y la altura de miras.

El fantasma de la ruptura del espacio de Unidas Podemos y las tensiones en la construcción del frente amplio andaluz flotaron durante todo el acto, que congregó a muchas personas, entre ellas dirigentes y cargos públicos de Podemos e IU. Monereo y Héctor Illueca repartieron a diestro y siniestro y reivindicaron la política frente a lo que definieron como “politiquería”. “Nos llena de vergüenza ajena” explicó un Monereo visiblemente afectado, para el que Julio Anguita hoy no se conformaría con secundar la política exterior de Pedro Sánchez, sino que trabajaría por un “pacifismo preventivo”, movilizando a la sociedad española contra la política de bloques, la escalada bélica internacional y el riesgo de una nueva guerra mundial. En parecidos términos, Illueca, vicepresidente de la Generalitat Valenciana por Podem, señaló la necesidad de una política exterior que busque la paz y no “echar más gasolina al fuego”. Para el valenciano “la guerra está acelerando tendencias históricas que venían de antes y nos está conduciendo a una nueva crisis cuando todavía no habíamos salido de la anterior”. El conseller del gobierno progresista valenciano animó a un rearme ideológico de las izquierdas para frenar al PP y Vox, que según su opinión, comparten muchos puntos en común con los sectores más conservadores del PSOE, encarnados en la ministra Margarita Robles. Para Illueca el frente amplio debe salir a las calles con un proyecto de país alternativo al neoliberalismo autoritario del bloque conservador, los poderes económicos y mediáticos, y una parte del PSOE. Por eso reclamó, en la línea del estilo político que representó Julio Anguita: “serenidad, firmeza y discurso alternativo”. En ese sentido Illueca apuntó las líneas maestras de un programa para una gran alianza social y política progresista: nacionalizar los sectores estratégicos de la economía, aplicar la progresividad fiscal, planificar una transición ecológica justa, crear un sistema público de cuidados y acometer una reforma republicana y federal del Estado. “Soberanía, democracia y socialismo” concluyó el valenciano, que fue ovacionado por un público necesitado de ilusión y pasión en tiempos sombríos.