Si los ejércitos en general son responsables del 5-6% de las emisiones que contribuyen al desastre climático, con CO2, con gases tóxicos, con bombas, con bombas sin explotar… La guerra desde luego es el peor de los enemigos del “desarrollo sostenible”, y su preparación y propaganda, como en los cielos de Gijón, también.
(Y si, además, esos cazas llevaran armas atómicas… Sabido es que cada arma nuclear es un holocausto.)
Sí, el Ayuntamiento de Gijón “ha aprobado” los ODS. Pero para hablar y actuar contra el cambio climático, en energía, en transporte, en residuos, el municipio precisa deshacerse del festival militar aéreo.
Se estima que los aviones de combate allí exhibidos cada hora y cada uno queman 6800 litros de combustible JP8, además de requerir 1,5 millones al año en formación y otras cantidades en mantenimiento, lo que equivale a miles y miles de coches, de los que con buena intención se pretende disminuir su impacto en la ciudad y en el aire ya contaminado de Gijón.

Los aviones de combate, como el Eurofighter, son usados para la destrucción en lugares como Yemen. Nuestro Congreso de los Diputados aprobaba un texto donde “se insta al Gobierno a que suspenda las transferencias que puedan utilizarse en Yemen para cometer crímenes de guerra”, al tiempo que apela al Tratado de Comercio de Armas –suscrito por España– que impide precisamente la venta de armas a países involucrados en actos que puedan considerarse como crímenes de guerra.
Gijón no puede un día en su pleno apoyar el Tratado de la ONU que prohíbe las armas nucleares y las declara ilegales, y otro día favorecer la propaganda de los aviones de guerra que lanzan esas bombas atómicas.
Pertinente resulta también la pregunta realizada en el Congreso sobre quién y cómo se hace cargo de los seguros de este festival militar aéreo, teniendo en cuenta que dos de los F-18 se estrellaron, y la lista de accidentes de estos cazabombarderos es muy amplia en nuestro país.
La Coordinadora asturiana de ONGD, Acción en Red, el Conseyu de la Mocedá, la cooperativa de finanzas éticas Coop57, Fiare, Coordinadoras de Pensionistas o Asturies pola Paz son algunas de las plataformas y organizaciones que han exigido la retirada del festival militar aéreo de Xixón, y con muchísimas más razones en tiempos de guerras.
Lo que Gijón necesita, ahora más que nunca, son acciones pacifistas. Fortalecer los valores de la paz, en todas sus formas.
Xixón podría ofrecer nuestra ciudad como sede para desarrollar conversaciones de paz que permitan alcanzar una paz justa y duradera en Ucrania, Yemen, Palestina o el Sáhara, y ello sí nos pondría en el mapa de ciudades comprometidas con los derechos humanos y la resolución pacífica de conflictos.
“Lo que Gijón necesita, ahora más que nunca, son acciones pacifistas. Fortalecer los valores de la paz, en todas sus formas”
Queremos un Xixón comprometido con los valores de la paz y no violencia, en los que fundamentamos nuestra repulsa hacia el belicismo que se oculta tras este festival, y bajo el que subyacen los mismos valores de violencia, obediencia acrítica y desprecio por la vida humana que constituyen la base de los ejércitos.

Y creemos que no es coherente que una ciudad abierta como Xixón, que siempre ha hecho gala de la solidaridad, defensa del medio ambiente o la interculturalidad, albergue este tipo de actos, especialmente cuando existen alternativas sanas, ecológicas y pacifistas. Este festival supone un gasto muy elevado, prima la falta de transparencia en su gestión y es perjudicial para las arcas públicas.
Volvemos a reiterar nuestro rechazo, mientras se siga promoviendo la presencia de artefactos del ejército, se siga obviando que son o fueron maquinaria bélica para atentar contra la vida y con ello se continúe haciendo apología de la militarización.
¡Festival Militar Aéreo, no en Xixón!