Será esta Navidad cuando Jesús Martínez Salvador anuncie quién será el candidato o la candidata de FORO. Con toda probabilidad ese nombre sea el de Carmen Moriyón. La ex-Alcaldesa y Presidenta de FORO continúa haciendo su particular reflexión hamletiana. Ser o no ser. Esa es la cuestión. Han pasado 11 años desde que tomara el bastón de mando de Gijón y ya no es la misma mujer, tampoco lo es su entorno familiar ni laboral. Su prudencia es realmente admirable. Casi conforma un carácter para la próxima campaña electoral. Esto es lo que hay.
En la dirección de su partido, se desea que esa prudencia venga respaldada casi por la unanimidad ciudadana y eso justificaría también la dilación del partido en confirmar el nombre. Sea como fuere, efectivamente, todo ha cambiado en la vida de Moriyón, menos una cosa: el horizonte. Quiere decirse que la ciudad sigue exactamente igual, en el mismo punto en el que Carmen lo encontró, tras 8 años de inmovilismo político convertidos en pax ciudadana y después de otros cuatro en los que Ana González, todavía alcaldesa de Gijón, no ha podido llevar a cabo ningún signo de transformación en la ciudad.

Desde hace unos días, exactamente desde que Diego Canga aterrizase en el aeropuerto de Ranón, el rumor es constante y lentamente se va filtrando en los mentideros más heterogéneos de la política local. La posibilidad de que Pilar Fernández Pardo encabece la lista del PP en Gijón cobra forma, relieve, alcance, después de que se incorporase a la ejecutiva regional, un órgano de dirección en el que coinciden demasiadas voluntades y mentalidades no sólo contrapuestas, sino beligerantemente adversas entre sí. Es probable que en la estrategia de Canga y Álvaro Queipo, presidente provisional del PP asturiano, haya existido la previsión de incluir a todas las corrientes, a todos los flujos que recorren el sistema sanguíneo del PP y en consecuencia, todos estén representados en el órgano de dirección. Es posible que esa voluntad de representarlos a todos, les haya hecho pensar que de este modo estaría garantizada la unidad pero ¿estarán todos a una? No lo parece. Diego Canga sólo es una variable que ha conseguido aumentar la presión en la caldera del PP. ¿Resistirá el partido una subida de los milibares creciente hasta las elecciones? Nadie lo sabe. Lo que sí sabemos hasta la fecha es que Luis Venta, Pablo González y Fernández Pardo encajan mal en una misma ecuación. Todos tienen razones objetivas para que no sea así. Cada biografía es un una fuerza que sólo alcanza su resistencia cuando se encuentra con otra similar. La ejecutiva del PP incluye a 30 miembros que harán ingobernable su timón, si no hay algún canal por el que se pueda liberar la presión.
“Hay que reconocer a Pilar Fernández Pardo su capacidad para la resistencia”
Hay que reconocer a Pilar Fernández Pardo su capacidad para la resistencia. Como Carmen Moriyón, Pilar Fernández Pardo es también médico. Antes que la presidenta de Foro con Cascos, la Presidenta del PP en Gijón tuvo la osadía de presentar batalla a la dirección regional del PP a cuyo mando estaba entonces Mercedes Fernández Cherines. Pardo logró que el PP llegara a disponer de 11 ediles en el mandato 2007-2011, una cota que nadie había alcanzado antes y que, probablemente, el partido de Núñez Feijóo en Gijón nunca superará. La popular se destacó por defender las marchas verdes que impidieron la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Urbana en el último mandato de Paz Fernández Felgueroso (Moriyón sí lo conseguiría) y, a título de anécdota, fue la primera edil del PP en toda España dispuesta a celebrar matrimonios homosexuales, cuando el partido de Rajoy, desde la oposición, se negaba frontalmente. A su manera, el pardismo fue ese verso libre en las filas del PP. Un verso libre, ambicioso y resiliente. Tras su lucha contra el cáncer, Pilar Fernández se retiró de la vida política, sin hacer ruido, elegantemente, con discreción. Ahora regresa a la escena política con la misma discreción pero acompañada de un rumor que cuestionaría el futuro político de Pablo González, presidente de la gestora del PP en Gijón, si se confirma que es la próxima candidata del PP en la ciudad. La presión, ya digo, ha comenzado a crecer y se hace necesario equilibrarla.

En 2011, precisamente, en el PSOE local de Gijón se vivió una situación similar a la que ha se ha construido en torno al candidato regional, Diego Canga. Santiago Martínez Argüelles, recién elegido Secretario Local de la Agrupación, decidió incluir a todas las familias en la Ejecutiva Local. Más de 30 personas formaron parte de aquella singular dirección. El Comité Local, órgano de decisión colegiado, triplicaba el de la ejecutiva. El fin de la bicefalia y una cabeza paquidérmica, hacían imposible que el PSOE gijonés fuese políticamente funcional. Y menos aún desde la oposición. Santiago Martínez Argüelles, eficaz economista, hoy miembro del Tribunal de Cuentas en Madrid, ganaba las elecciones de mayo pero se quedaba sin poder gobernar con 10 ediles. El 15 de junio de 2011 era investida Alcaldesa de Gijón Carmen Moriyón, con 9 concejales y el apoyo de los otros cinco electos del PP. Entre estos se encontraba a la cabeza Pilar Fernández Pardo, que incumplía el mandato de la dirección regional del PP, comandada por Mercedes Fernández. Gracias a Pardo, Foro lograba arrebatar el poder a los socialistas tras 32 años en el gobierno de la ciudad.
Como decíamos en el análisis anterior, la historia no se repite pero, en ocasiones, rima. Se diría que el regreso de Moriyón y el de Pardo, hasta el momento, tan solo una posibilidad, es un hermoso retornello, o si prefieren, un reseteo en la flecha del tiempo político de la ciudad que nos devolvería a ese fatídico 2011 en el que la derecha, por primera vez, gobernaba Gijón. 2011 fue también el comienzo de un proceso de desmovilización política. La rima es tan redonda entre un verso y otro, que si entonces no existía Ciudadanos, en el gobierno que emerja de las elecciones de 2023 todo hace entender que tampoco. Resultaría paradójico que la derecha gijonesa se presentara con aquellos mismos protagonistas de entonces, a los que habría que sumar a VOX. Ya saben, la historia rima pero no se repite.
Del mismo modo que el concejal de IU, el veterano Aurelio Martín, auguraba este martes una nueva izquierda que desbordaría a todas las demás, en clara referencia al proceso político encabezado por la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, la derecha ha retomado los perfiles de antaño, quizá porque se siente más ajustada y útil en Gijon vestida a la moda vintage. Lo vintage funciona y más aún si está firmado por Yves Saint Laurent.
Adenda: Cuando las barbas de tu vecino veas mojar…En 2014, Santiago Martínez Argüelles dimitía como Secretario Local del PSOE. El descalabro político fue reparado con una gestora. Quizá el PP debiera repasar la hemeroteca si desea evitar un desvarío similar.