Sobre el conflicto de Duro Felguera

Respuesta de Manuel Sánchez Terán, ex portavoz del colectivo de despedidos, al artículo firmado por un grupo de despedidos y sindicalistas.

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Manuel Sánchez Terán
Manuel Sánchez Terán
Ex portavoz de los despedidos de Duro Felguera.

El 19 de mayo pasado se publicó, en este mismo medio,  una entrevista que se me había realizado. Algunas reflexiones aparecidas con posterioridad el 05/06/23  me han hecho pensar que  en la entrevista coloquial y transcrita tal cual, pude no dejar claras algunas circunstancias que ahora aprovecho para matizar, mientras me centro en otros fundamentos del Colectivo mucho más importantes .  Fue una entrevista que me planteé desde las experiencias personales del conflicto y desde lo que me tocó afrontar y desarrollar. Nada que ver con los documentos que hasta la fecha había ido publicando como Portavoz del Colectivo, denominación que por cierto elegí personalmente, puesto que me pareció adecuado para una Asamblea Autogestionaria como fue nuestro caso. Parece que ha llegado el momento de ir dando a conocer más causas y hechos del conflicto.

Sin una asamblea, sin la solidaridad y sin un pueblo no se puede afrontar un conflicto así. Sin saber percibir correctamente y de continuo la correlación de fuerzas, aplicar las propias en el momento correspondiente, y como, a través de los métodos oportunos no se puede conseguir el objetivo.

Es fundamental innovar, y más en nuestro caso, sin organizaciones sindicales fiables y leales, y sin poder tener, de inicio, plena confianza en las que podíamos crear desde dentro, dado el soborno que se ejerció desde el principio a todos los niveles. De hecho dos miembros del comité de empresa nos traicionaron muy pronto, aunque de distinta manera, uno despedido y el otro no. Los órganos sindicales convencionales no eran fiables.

Era necesario poner mucha energía, pasión e intensidad, las circunstancias exigían un liderazgo audaz e innovador, para una asamblea así y un envite nunca antes conocido. Había que ser muy dinámico en el tiempo para ir adaptándose a lo nuevo y crear nuevas respuestas funcionales y con acierto, con equipos reducidos como células de trabajo y acción directa, sin olvidar la motivación permanente de la asamblea. Había que cultivar permanentemente la unidad. Estábamos formados en las múltiples asambleas vividas desde el ingreso en la empresa, pero la situación requirió otra forma de organización y liderazgo, algo que a día de hoy, de partida, no es recomendable por razones estratégicas, pero en aquel momento resultó muy funcional y práctico. Por ello también entiendo que los liderazgos no se han de perpetuar y lo han de ser por un proceso determinado y/o periodo muy acotado. Incluso hoy sin líderes, sin responsables, todo más transversal, sería como un paso más a lo que fue nuestra asamblea.  Las organizaciones sindicales de entonces ya estaban muy viciadas y corrompidas sindicalmente hablando. Hay que ser siempre innovadores, estar dispuestos para la transgresión y la catarsis. Creamos una realidad nueva.

La idiosincrasia, espíritu y resistencia del colectivo se gesta y nace en los talleres de Barros, a lo largo de los años 89 – 90 -91- 92. Felguera Melt se crea a través del acuerdo del 14/02/89, fue un expediente de reducción de plantilla por prejubilación. La División de Fundición aceptó la filialización pasando a denominarse   Felguera Melt, quedando enclavada en el área de “Actividades Diversas”, que era donde La Duro iniciaba la denominación  “Grupo Duro Felguera” con las empresas de nueva creación con entidad jurídica independiente. El argumento para aceptar la filialización, así se nos dijo, fue para no poner en riesgo una inversión millonaria,  que como siempre en el caso de Duro Felguera, fue altamente subvencionada con dinero público.  Por tanto, durante esos cuatro años  los trabajadores de Felguera Melt intentaron evitar toda conflictividad, pactando además expedientes de regulación de empleo, el  último pactado el 25/06/92,   y fueron ajenos a la casi permanente que nosotros vivíamos en los talleres de Barros, donde no pactamos ni un solo expediente de regulación durante ese periodo. En Felguera Melt, a pesar de la paz social y de pactar los expedientes, Duro Felguera realiza un cierre patronal y suspensión de pagos. En cuatro años fueron dilapidados los más de 3.000 millones de la época invertidos, al  final de estos años el proyecto de Felguera Melt es un fracaso y se ven abocados al expediente de extinción de puestos de trabajo, algo que algunos veníamos avisando. La fecha de presentación del mismo fue el 24/02/93. Sera ese momento en el que confluiremos y se sumaran al proceso de lucha que nosotros veníamos llevando a cabo desde hacía cuatro años, por tanto con un rodaje y preparación muy distintos. Las fechas reflejan claramente su importancia para entender los hechos. Fechas, con los distintos expedientes pactados y el momento preciso de la presentación del expediente definitivo lo dejan meridianamente claro.  

Vamos a analizar cómo se gesta y nace en Barros tanto el expediente de despido libre colectivo e intento de laminación de la ley de libertad sindical, como un colectivo con personalidad y forma de funcionar diferente. Comprobaremos porque tuvimos que aprender a luchar de una manera nada convencional y bastante innovadora. Duro Felguera, sin quererlo, también contribuyó a ello.  

Al final de los 80, en los talleres de Barros, finalizábamos la obra para la acería LD-III de Ensidesa, era evidente que nos quedábamos sin obra, y lo que es peor sin equipos comerciales para contratar, por la errónea estrategia empresarial. Conscientes de ello, un porcentaje elevado de la asamblea apoyábamos la propuesta de una parte del Comité de Empresa, Sección Sindical de CC.OO., más en concreto a José Luis Fanjul Sion, sindicalista capaz donde los haya y muy leal. El planteamiento era exigir, ante lo que venía, clarificar la situación de los talleres a través de un plan de futuro. Para ello reteníamos en los talleres lo que podemos denominar el corazón de la LD-III, nosotros lo llamamos “la maquinona”. Sin ello la LD-III no podría funcionar y los plazos ya estaban finalizados, además era casi imposible, por tamaño y complejidad, sacar “la maquinona” de allí si nosotros nos oponíamos, incluso la podíamos llegar a hacer inoperativa. El plan era perfecto y el tiempo, esta vez, corría a nuestro favor. Sucedió algo que me marcó durante los años de sindicalista, y en especial durante el conflicto de los 232. El Gobierno Regional, La Duro Felguera y los sindicatos CC.OO&UGT, organizaron una reunión en Oviedo y allí presionaron y amenazaron a Sion con todo. De regreso lo vi hundido como nunca y su cara reflejaba la frustración de quien sentía no habérsela jugado. Hablamos y entendí, comprendí que siempre hemos de esperar algo así, por tanto hay que estar preparado y prever por adelantado para aguantarlo y ser capaces de responder con lo nuevo, sorprender y nivelar la correlación de fuerzas al menos. Desde ahí resistir para seguir diciendo no, merece la pena a pesar de los riesgos. También aprendí que los mediocres siempre se prestan a alimentar las cenizas de la hoguera, que les den. Circunstancias varias en aquellos momentos me llevaron a tener que visitar la comisaría de policía en sendas ocasiones por denuncias de la empresa.   

Duro Felguera estaba decidiendo el final de los talleres, una vez más los de siempre le habían allanado el camino, un expediente de extinción por jubilación anticipada sería la continuación  de un rosario de expedientes de regulación cuyo fin sería justificar una crisis estructural para solicitar despidos colectivos a precio de saldo. Avanzado ya el año 89 llego al comité de empresa, como Presidente del Comité de empresa y Secretario de la Sección Sindical de CC.OO., en los talleres de  Barros ya no se pactara ni un solo expediente de regulación más, y atisbaba lo que ya sospechamos cuando se pactó el expediente de febrero 89. Había acuerdos no escritos, fundamentalmente con UGT. Pensaba en aportar ideas nuevas y formas de pelear diferentes, convencido que lo nuevo sorprendería y podía pillar desprevenidos a quienes estaban al otro lado, aunque no sabía muy bien como y no tenía ni idea de lo que me esperaba, pero estaba decidido a hacerlo valer. Por eso considero que  los jóvenes hoy tienen que tomar la iniciativa y ponerse manos a la obra, sin temor, el camino les enseñara, dueños de su destino y de sus actos crearan lo nuevo.

A la vuelta de las vacaciones de verano, me encuentro con una huelga promovida por UGT con el supuesto fin de mejorar la prima de producción. Dos semanas de huelga y se ve el acuerdo oculto, en realidad era pasar un concepto fijo a la prima sujeta a variables de producción. Mes y medio de huelga e intentando explicar el error de la misma, entonces en una asamblea me decido a proponer, aceptemos el error y entremos a trabajar como salimos, eso sería ganar, continuar y/o aceptar la propuesta de la Duro y UGT  perder. Regresamos al trabajo seriamente afectados, pero comprobé que aquello había sido una importante piedra de toque.

Al poco, año 90, llegó el “duromocho”, Intento de deshacerse de los talleres a través de un proyecto inexistente y con la colaboración de Gobierno Autonómico socialista e intento de pelotazo urbanístico. La Consejera Paz Fernández Felgueroso era la valedora y quien nos presionaba.  Allí empiezo a darme cuenta de lo que realmente me esperaba. Meses de negociación donde tuve que aguantar de todo. Una mesa gigantesca en la Dirección Provincial de Oviedo, con el Director, la comisión de la Duro, CC.OO – Guillermo Ballina, Alberto Rubio -, UGT – Manin, Rozada – y una representación del Comité de Empresa. Desde el principio denuncié y propuse, como previamente lo había expuesto a los compañeros, las serias dudas de la existencia de proyecto y que en todo caso nunca los trabajadores seríamos de nueva contratación en el supuesto de que fuera adelante, habría de hacerse a través del artículo 44 del E.T., subrogación de derechos y obligaciones. Este planteamiento era clave, por dos motivos, el único argumento irrebatible por el que nos podíamos oponer al sospechar la inexistencia del proyecto pero no disponer de pruebas tangibles y estar atada nuestra continuidad en la empresa si como sospechaba, por lo que allí veía,  los sindicatos firmaban el acuerdo y este era un fraude como así resultó. Repetí esto un día sí y otro también durante la negociación, aunque pretendían ignorarlo y recurrían a comentarios para intentar ridiculizarme. Me entrenaba para aprender a acostumbrarme. Matizo estos detalles, habiendo muchos más, para los escépticos y quienes ponen en duda como sucedió y porque. Octubre 90, deciden firmar el acuerdo, lo hacen CC.OO.&UGT reconociendo un excedente, quienes estamos por el Comité de Empresa no aceptamos firmar. Para disipar toda duda, conservo el acta donde se constata quien firmó y quien no. Incluso finalizada la reunión y antes de salir, el representante de la comisión de la Duro comento que el acuerdo era válido, pero que para él era incompleto mientras no firmase Terán. Después vino la asamblea de siete horas para intentar el refrendo del acuerdo por parte de los trabajadores. En las siete horas mantuve el mismo argumento de siempre a pesar de los duros ataques de CC.OO. y UGT, incluso con la frase célebre de Alberto Rubio: “Ya sabéis, si optáis por esto, pa lante y coyón contra coyón”. Yo era consciente que, con ese argumento era suficiente para que rompiese definitivamente todo aquello, lo había comprobado durante larga negociación. Y así fue, presentado al día siguiente en Oviedo, en la mesa de negociación todo saltó por los aires pues la condición del artículo 44 no se aceptaba. El supuesto proyecto era un engaño. La Duro había pretendido deshacerse de los talleres y de todos nosotros de manera fraudulenta y si figuraba el artículo 44 se lo impedía, era obvio lo que nos esperaba.

Empezaba a darse un punto de inflexión en cómo abordar los problemas y la metodología sindical, la asamblea adquiría más importancia si cabía y se ganaba en agilidad. Había que saber gestionar muy bien aquello y seguir haciéndose merecedor de la credibilidad que algunos íbamos ganando. Cada día estaba más convencido del cambio de funcionamiento ante lo que venía, que ya era inminente. Y así fue, Duro Felguera sirviéndose de las firmas de los sindicatos CC.OO.&UGT y reconocimiento de excedente de plantilla  por parte de estos en el acuerdo fraudulento Eurometals, a finales del 90,  propone el expediente de extinción mencionando. Figura expresamente el acuerdo alcanzado con CC.OO.&UGT y los términos. Lo rechazamos de inmediato. Este es el origen del expediente, por dos motivos, por ser el primer y claro intento de cierre de una división a través del fraude Eurometals, y por ser el primer expediente de extinción de contratos colectivo que se plantea en los términos que con posterioridad aprueba la Dirección General de Trabajo en Madrid en agosto del 93. En Barros nos enfrentamos a él desde el primer momento, de múltiples maneras durante años, a la vez que desarrollábamos otra forma y carácter de funcionamiento y lucha. Un expediente rocambolesco que  la empresa fue readaptando a lo largo de tres años.

Como no aceptamos negociar el expediente, Duro Felguera da un paso definitivo. Nos vemos inmersos de inmediato en un nuevo proceso a un nivel superior.  Duro Felguera propone la filialización del resto de  divisiones a través del área denominada “Servicios y Maquinaria”. Nos oponemos en Barros a través de la presentación de un conflicto colectivo. Trabajé horas por ello a la vez que aprendía. Teníamos que evitar pasar a denominarnos Felguera Construcciones Mecánicas con entidad jurídica independiente, puesto que pretendían que el expediente de extinción de contratos que presentarían ya como filial,  solo fuese analizado y resuelto con las cuentas y resultados de la nueva empresa filial y no con las cuentas del Grupo como debería ser. Lo teníamos muy elaborado y bien fundamentado, curiosamente llegado un momento del proceso y cuando teníamos que presentar nuevas y claras alegaciones, al abogado laboralista de CCOO, que después llegaría a magistrado de la sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Asturias,  José Manuel Buján Álvarez, se le pasaron los plazos. Sin comentarios. Una vez más, las estructuras sindicales burocratizadas y verticalizadas nos fallaban y no eran operativas. Una nueva confirmación, y seguía pensando en la necesidad de continuar aprendiendo para responder de una forma nueva.

Díaz Merchán con los trabajadores de Duro Felguera. Fuente: Arzobispado de Oviedo.

Duro Felguera no desdeña una sola oportunidad, de inmediato plantea la aplicación de la filialización. 31/12/90, convoca al Comité de Empresa de Barros a una reunión, en ella nos expone que a partir del 01/01/91, dejaremos de ser Duro Felguera, División Ajuste Calderería de Barros y pasaremos a denominarnos Felguera Construcciones Mecánicas. Respondí de inmediato en la misma reunión, lo digo para que se entienda la reacción súbita y por parte de quien. “Pues han de saber que con la última uva de las doce campanadas de esta noche, en los talleres de Barros ya no habrá Comité de Empresa”. La idea era retrasar todo lo posible las futuras elecciones sindicales de la filial cuando estuviese oficialmente constituida,  y que el  expediente que nos preparaban como filial fuese negociado individualmente con cada trabajador. El plan iba mucho más allá, pero no era el momento de darlo a conocer, puesto que había que ganar todo el tiempo posible y bloquear las intenciones de la empresa, que esta se resintiese con ello, se le acumulasen los problemas y no encontrase salida fácil y/o prevista por ellos o mejor, que no la tuviese. Empezaba a confirmarme a mí mismo dos cosas, la enormidad de lo que nos venía y que una nueva forma de abordarlo era la única posibilidad. Al tener que negociarse el expediente individualmente con cada uno de los afectados, la asamblea se convertía además en un órgano sindical donde se plantearía, se analizaría, se debatiría y se decidiría directamente, era claramente quien decidía por razones obvias.   

Ya estábamos funcionando de un modo nuevo y nada convencional, con una estructura sindical diferente, a la que había que dar operatividad y agilidad, para contrarrestar los argumentos de quienes decían que la asamblea era inoperante e ingobernable.

La Duro, con el gabinete Sagardoy Enterria, que había sido contratado para intentar imponer el fiasco Eurometals, además del fichaje de nuevos directivos y gerentes de empresa con experiencias en reconversiones traumáticas, intenta hacernos llegar a cada trabajador afectado por el expediente la documentación del mismo, a través de una empresa de mensajería. Cuando con anterioridad expuse que, también la Duro influyó de manera determinante en que funcionásemos de una manera diferente y novedosa, me refería a cuestiones como esta. Queda con esto en total evidencia, el órgano de propuestas, debate y acuerdo era ya la asamblea, la agilidad a la hora de hacer propuestas y crearlas a medida que se debate era fundamental y eso me atraía, además de parecerme el camino definitivo. La primer propuesta fue no estar localizables y que ningún familiar se comprometiese por nosotros a recibir la documentación. Costó un tiempo que fuese entendido y aceptado por la mayoría de la asamblea pero al final resultó y fue un éxito. Así estuvimos cinco meses, en el que la empresa, a pesar de los múltiples intentos y variables no consiguió negociar el expediente, a penas presentó un grupo de trabajadores que había sido informado de la presentación del expediente. No podíamos  dilatar más el pasotismo ante la convocatoria de elecciones sindicales, teníamos presiones de los sindicatos e incluso de compañeros de empresa muy afines a las direcciones de estos. Los riesgos eran varios y nos podíamos encontrar con una representación pervertida. Con nuevo Comité de Empresa y filializados Duro Felguera reacondiciona el expediente y lo presenta el  18/05/91, para 149 trabajadores de los talleres de Barros, una prueba más es la cantidad del expediente definitivo. Lo hace en el restaurante Molino Viejo de Gijón, entre la documentación presentada figura de nuevo el acuerdo firmado por los sindicatos en el fraude Eurometals y el claro reconocimiento por parte de ellos de un excedente en la misma cantidad de trabajadores que La Duro propone en él expediente . Ante La Dirección Provincial de Trabajo de Asturias conseguimos demostrar que el rosario de expedientes fue una estratagema, junto a lo de Eurometals, para cargarse un proyecto industrial. Llevábamos aportando datos, ante la oposición de expediente tras expediente, en este sentido y La Dirección Provincial resuelve con una resolución ejemplar, además de dejar claro que es el Grupo Duro Felguera quien ha de responder con sus cuentas y resultados y no solo la empresa filial. Desde la filialización se había vaciado de trabajo aún más los talleres si cabía y se nos hizo trabajar por proyectos de ingeniería sin finalizar, teniendo que desarrollarlos nosotros en los talleres, al incrementarse las horas de producción lo contabilizaban como perdidas, mientras que el I+D por nosotros desarrollado era atribuido a la ingeniería que daba beneficios. Lo había expuesto y desarrollado a través de un documento diagnóstico para la empresa, y fue importante también para rebatir el expediente. El expediente se deniega en Oviedo el 04/10/91.

La empresa recurre a La Dirección General de Trabajo de Madrid, estamos en febrero del año 92 y coincide con el expediente de Santana Motor. En la resolución se aprecia claramente como se hacía en la época, autentico cambio de cromos, se negociaban varios expedientes a la vez y según intereses nada laborales y/o industriales se pactaba entre Dirección General, Empresas y Sindicatos CCOO y UGT. Se aprueban los despidos. Ante el durísimo golpe propongo de inmediato, y sin apenas preparación, al Comité de Empresa, encerrarnos en la torre de La Catedral de Oviedo. Matizo que este tipo de acciones, habrá más, se me ocurren por la práctica del alpinismo y deportes practicados en medios naturales, es necesario tener experiencia en determinadas técnicas, transferirlas y supervisarlas. Estando ya en la torre de La Catedral, leyendo al detalle la resolución compruebo que cita “el centro de trabajo de Cartagena”, algo que Duro Felguera no tenía. El secretario Zelaya Monje había mezclado los expedientes cuando decidieron el cambalache. Salvamos el expediente por un defecto de forma, menos de una semana de encierro y salimos sabiendo lo que estaba en marcha y nos esperaba. A nuestra salida asistieron los compañeros de Felguera Melt, aunque todavía pactaron un expediente de regulación con posterioridad 25/06/92, se acercaba lo que algunos habíamos apuntado hace tiempo. Un detalle más, Duro Felguera había previsto hacerlo en cascada, pero nuestra estrategia en Barros se lo había trastocado todo, lo que había querido resolver en el año 90 se lo habíamos llevado al 92 y sin resolver todavía según quería y esperaba. Estábamos desarrollando ya un lema que me rondaba la cabeza y que tenía que ser un grito de una sola palabra, RESISTIREMOS.

Duro Felguera presenta recurso de reposición ante la Dirección General de Trabajo, a partir de aquí todo se discutiría y vería ya en Madrid, otro dato que nos hacía ver claramente lo que sucedería. Tras el encierro de la catedral, desde Barros  hicimos múltiples movilizaciones,  mayoritariamente lúdicas y bastante imaginativas. Me preocupaba especialmente ser capaces de llegar a la opinión pública, sensibilizarla y que los medios de comunicación lo recogiesen y destacasen. Estaba convencido que los medios de comunicación llegarían a ser una palanca que nos ayudase como pocas, si sabíamos entender cómo funcionaban y que darles en cada momento.

Instalaciones de Duro Felguera FOTO: Iván G. Fernández

Una de las múltiples acciones consistió en irrumpir en el hotel de La Castellana donde se celebró la junta general de accionistas de ese año, desde Barros lo llevamos a término. Por entonces no teníamos ordenadores a mano, recordé las manualidades de pequeño y con otro compañero diseñamos unos collages a base de cortar y pegar noticias de prensa y fotos, fotocopiar y ampliar. El resultado fue espectacular, tal parecía que los directivos de La Duro habían sido acusados de delitos financieros y serían juzgados. Hicimos con ello sandwichs y pequeñas pancartas individuales. La imaginación ya volaba y creaba sin cesar. De esta guisa irrumpimos en el hotel y la Junta General de Accionista. Tuve la oportunidad de transmitir que éramos la tercera generación de langreanos que trabajábamos en la empresa y que no nos merecíamos eso, se rieron, les continué diciendo que les borraríamos la sonrisa, se lo haríamos pagar y que se arrepentirían. Año y medio después, el que fue nuevo presidente, Ramón Colao, sustituyendo al que conseguimos que cesasen, Javier Ruiz Ogarrio, me reconoció que “pasado el tiempo es entendible el recado que nos dejaste”.     

Octubre del 92, entiendo necesario enviar un mensaje menos lúdico y contundente, además de ir preparándonos en técnicas para sabotear ante lo que se avecinaba. Ante las oficinas generales de la Duro, en La  Felguera, hicimos una concentración con una pancarta conjunta de Barros y Felguera Melt que se sumó a nuestra movilización. Fue la primera prueba de lo que serían equipos de acción directa, con un grupo reducido de Barros preparamos un coche y lo incendiamos allí mismo en las vías del tren. Era el inicio de un aprendizaje y un mensaje claro para la empresa que no entendió. Nosotros siempre firmábamos como Barros, era una actitud de rebeldía, nos habíamos opuesto a la filalización y esta había llegado de alguna manera de la mano de una traición.

El expediente de Barros iba muy por delante, por ello nos íbamos enfrentando a priori a todas las novedades y trampas saduceas, como la de despedir a los sindicalistas. Por ello, como Presidente del Comité de empresa, expuse de inmediato, cuando se nos presenta el expediente en el Molino Viejo de Gijón la perversión que suponía poner a los sindicalistas en la lista, la empresa apuntó que nos cambiaría por otros compañeros y respondí que eso era torticero, que nos había de sacar del expediente sin cambiar por nadie. Los hechos en el tiempo demuestran cómo fueron las cosas. 

En los talleres de Barros continuamos las movilizaciones. El 24/02/93 Duro Felguera presenta el expediente de extinción de contratos para 83 trabajadores de Felguera Melt. Ambos expedientes, el de Felguera Melt y el de Barros coincidirían a posteriori en La Dirección General de Trabajo en Madrid, puesto que habíamos conseguido atascarles el nuestro durante más de dos años.  A partir de aquí serían aplicados al unísono, resistir nosotros hasta esta fecha nos dio a todos el plus de estar mucho más entrenados para la lucha y ser más para pelear, si nosotros hubiésemos sucumbido, Felguera Melt, con la trayectoria que llevaba y siendo muchos menos difícilmente hubiesen podido afrontar la lucha que nos esperaba. Duro Felguera y los sindicatos CC.OO. y UGT pactan los despidos, además de acordar incluir en ellos a los sindicalistas díscolos de los Comités de Empresa. El gobierno socialista de Felipe González, aprovechando todas las coincidencias que el tiempo les brinda nos utilizará como probeta del despido libre colectivo e intento de laminar la ley de libertad sindical. Todo ello estaba pensado para incluirlo en la brutal reforma laboral  del gobierno socialista de Felipe González en el año 94. El ministro de trabajo Martínez Noval, y todo su equipo, eran asturianos. Por eso se puede asegurar que Duro Felguera propuso y el gobierno del PSOE dispuso y nos despidió. Por estas fechas se estaba cocinando todo en el despacho de la Directora General Soledad Córdoba, como esta reconocería tiempo después ante la Comisión de Política Social del Parlamento. 

En Barros nos temíamos que podría ser inminente. Pienso en una movilización que sea realizable creando nosotros toda la infraestructura, duradera en un tiempo que diese repercusión y que, además, pudiera ser asumida por gente de edad pero endurecida en el tiempo. Veo realizable presentarnos en Madrid ante la Dirección General de Trabajo en bici, en etapas a cubrir en una semana. Pronto, como siempre, hay compañeros que lo ven con ánimo, lo preparamos y desarrollamos, los equipos se adaptaban perfectamente a los nuevos retos y con suma eficiencia. Alfredo fue pieza clave en la organización y coordinación en el viaje.  Con todo previsto y con la ya presentación del expediente de Felguera Melt se lo proponemos para que se sumen. Con la primavera ya, pero con rigores de climatología invernal partimos para Madrid. Partimos el 25 de mayo y llegamos a Madrid el 31/05/93. En Barros ya funcionábamos de forma ágil y directa, teníamos mucho rodaje ya por las circunstancias tan variadas y sostenidas en el tiempo. Los compañeros de Melt seguían funcionando por el sindicalismo convencional de órganos que se reunían y analizaban para después proponer a la asamblea y debatir en esta. Me tuve que imponer, de no ser así no hubiésemos pasado de Pajares. Había que compaginar aspectos expedicionarios con objetivos sindicales y laborales e ir sirviéndonos de todo ello para prepararnos mental y físicamente de cara al futuro. Solo estábamos empezando un nuevo proceso. Por entonces ya tenía la suerte, al menos en Barros, de tener una relación muy especial con la asamblea, que continuaría después durante todo el conflicto. Me tocó hablar mucho y creé tanto o más, la mayoría de ideas y propuestas salieron de no pocas noches de insomnio durante años de conflicto, pero compensado, porque habitualmente lo que planteaba y proponía la asamblea lo hacía suyo y convertía en realidad con el cambio cualitativo y cuantitativo que se dio.

Cartel de un concierto en solidaridad con los despedidos de DF.

Llegamos a Madrid, algo importante había cambiado, la autoestima y confianza en nosotros mismos había crecido exponencialmente. Pero también habían tomado nota todos aquellos que participaban en el diseño de la trampa. No obstante,  el diseño de estrategia desarrollado en los talleres de Barros durante los cuatro últimos años, la forma de funcionar y la asamblea muy trabajada ya, se imponían como el camino a seguir. Aún necesitaríamos un tiempo para que Felguera Melt lo entendiese y aceptase del todo.

Durante el mes de julio 93 sucedieron una serie de cosas que evidenciaban el desenlace

Durante el mes de julio 93 sucedieron una serie de cosas que evidenciaban el desenlace. De nuevo estuve en Madrid dejando más documentación que no era aceptada por La Dirección General de Trabajo. En el ambiente se respiraba esa calma que precede a la tempestad, la aprobación del expediente. En conversaciones con los órganos de CC.OO. de Madrid, me trasladan que casi con seguridad hasta pasado el verano no habrá resolución al expediente. Podía percibir claramente la mano que mece la cuna. Llega agosto y en Felguera Melt se iban todos de vacaciones.  En mi caso lo tenía todo dispuesto para irme también en agosto, las aplazo una semana, pero al fin las firmo, 06/08/93, tras ello una serie de comportamientos, en especial del Secretario del Comité de Empresa que avisa a Oviedo de mi firma vacacional,  me hacen temer lo peor e intuir que harán público el expediente a primeros de agosto, pensaban que así evitarían respuesta alguna y llegado septiembre dar todo por ejecutado al estar nosotros  absolutamente desmovilizados.

Preparan una reunión esa tarde de viernes  convocada por Guillermo Ballina, se sorprende enormemente al verme allí pues había sido informado que estaba ya de vacaciones. Le hago saber las claras sospechas e intenta disuadirme para que me fuera tranquilo de vacaciones, lo que fomenta más mi convencimiento. Con motivo de una movilización en la que había colgado una pancarta en la Dirección Regional de Trabajo en Oviedo y distintas reuniones allí, tenía en mente la pared del edificio para una movilización más contundente y mantenida. 09/08/93 cambio de lugar de vacaciones, la familia lo empieza a sufrir especialmente, con el compañero Campa pasamos tres días en la pared hasta que llegó el expediente, 12/08/93. El acierto para desmantelar el plan había sido clave, además la idea era demostrar reacción inmediata y de firmeza, presentarse en los talleres en esas condiciones y proponer hacer frente a los despidos de manera inmediata y elevando el nivel de las protestas. Psicológicamente también era determinante. Una parte importante de la asamblea reaccionó positivamente a la propuesta de, vamos a hacer que se lo traguen. Comenzamos las barricadas, cortes de carreteras, sabotajes y enfrentamientos diarios con los antidisturbios en las  inmediaciones de los talleres. Estuvimos en Covadonga en una movilización memorable, el día de Asturias, 08/09/93, al descubrir en comisaria, por una citación que tuve, que nos esperaban en el acto institucional de La Morgal.  Eramos ya una asamblea autogestionaria  capaz de funcionar sin órganos de dirección, sustituidos por equipos de trabajo directo y equipos de acción directa. Con el tiempo llegó a ser como una orquesta con la que tuve la suerte de conectar absolutamente. El peso y el derroche también fueron más que importantes.  Cuando llegaron de vacaciones los compañeros de Felguera Melt todo estaba en marcha y asumido el vértigo que implicaba actuar de continuo  e improvisar aplicando las ideas que fluían ante la necesidad. Comenzaba a ser como una película en vivo, sin ensayos y sin tiempo para hacer pruebas.

Disturbios en 1993.

El modelo, iniciado y evolucionado durante los cuatro años anteriores en Barros  ya era incuestionable, la realidad y saber que nada teníamos que perder lo convertían en el único a aplicar. Sin dejar las movilizaciones organizamos unas jornadas de encierro en Barros con asamblea permanente. Tormenta de ideas en la asamblea, recuerdo haber apuntado como alguna de las movilizaciones deberían esperar para el momento oportuno y necesario, en concreto una huelga de hambre. Esto suscitó un debate importante, con detractores y quienes la querían llevar a término ya y otros que no querían ni oír hablar de ella. La huelga de hambre llegaría sin duda, pero debería ser en el momento que nos aislasen pretendiendo dejarnos solos y sin reacción, así lo expuse. Se configuraron más equipos de trabajo directo y acción directa con los compañeros de Felguera Melt ya incorporados.

La opinión publica Langreana comenzaba a entender nuestro mensaje y posición, por aquel entonces ya habíamos hecho infinidad de ruedas de prensa, incluso habíamos comprado uno de aquellos primeros móviles enormes con el que atendía a diario abundantes llamadas de distintos medios de comunicación, de un programa matutino de radio en Antena 3 Albina me llamaba todos los días, TVE abría con frecuencia el Panorama Regional con nosotros, con algunos periódicos tenía contacto directo y hablábamos a diario. En estas condiciones tenía que multiplicarme e improvisar constantemente, no había lugar ni momento para funcionar a través de órganos convencionales. Llega la primer manifestación multitudinaria langreana en nuestro apoyo, octubre 93, implica que una serie de sindicalistas de los de la mano que mece la cuna, entre ellos José Angel Fernández Villa, tuvieron que salir corriendo y refugiarse en dependencias policiales.

A finales de octubre optan por dejar que nuestras movilizaciones puedan generar hartazgo en el pueblo y los antidisturbios pasan a no intervenir. Al ver que no surtía efecto y que en Barros intensificamos una serie de sabotajes en el entorno, optan por una solución policial enviando 3.000 antidisturbios, 11/11/93.  A la vez habían preparado un nuevo acuerdo a nuestras espaldas, también firmado por CC.OO.&UGT, que esperaban aceptásemos tras habernos doblegado expeditivamente. Asamblea de inmediato y movilizaciones a través de equipos de acción directa. Fue este un periodo especialmente delicado, transcurrido un mes quedó un destacamento fijo de un millar de antidisturbios encargados de hostigarnos a diario. Y un equipo de una treintena de agentes de paisano que se había creado para la olimpiada de Barcelona y que Jordi Puyol estaba solicitando insistentemente a Felipe González su salida de Cataluña. Las coincidencias hicieron que los destinasen a Asturias para que desmantelasen nuestra forma de actuar y al propio Colectivo. Durante los cinco meses siguientes las asambleas fueron diarias, y no cortas precisamente. Las circunstancias que se dieron exigían un trabajo amplio e intenso de la asamblea. Recuerdo llegar cada día, tras noches cortas, reinventándome y buscando la manera de poder aportar permanente algo nuevo con el fin de mantener y elevar la motivación. Múltiples comentarios de compañeros y compañeras puedo aportar, como que estaban esperando mi llegada y ver mi estado de ánimo y/o la necesidad de escuchar que traía de nuevo para seguir con las ganas de luchar intactas. Por momentos así y mucho más, a quienes especulan con la pregunta de “que hubiese pasado sin Terán”, que se lo pregunten a la Asamblea.

Llega enero del 94, Jose Angel Fernandez Villa fundamentalmente promueve y financia un encierro en Barros de los no despedidos para dividirnos y rompernos definitivamente, cinco meses después seguíamos unidos despedidos y no. Nos tenían cercados, el momento de la huelga de hambre había llegado por si misma como expuse en octubre. Quise entrar en la huelga de hambre pero se me impidió, lo digo para los desmemoriados. “Tenía que estar fuera” se argumentó. Ese periodo lo recuerdo con sumo sufrimiento, por los compañeros en huelga de hambre, sus familias, el sentimiento de culpabilidad de una parte de la asamblea que no quería la huelga de hambre. También por los equipos de acción directa, en especial el “Equipo A”, nos tenían muy controlados y era jugársela cada día y al límite. Cuando algunos hablan de “afines que yo controlaba”, se refieren al “Equipo A”, nadie  como ellos me ha enseñado lo que es lealtad y compañerismo, vivimos muchas noches de “película de miedo” si, ellos en la orilla del alto riesgo y yo en la del contacto, cualquiera de los dos que hubiese caído hubiera implicado la caída del otro. La conexión era perfecta, más allá de la comunicación. Cada noche, durante la huelga de hambre, cuando las cosas no salían sufrían sabiendo que los compañeros necesitaban ese alimento. Hubo momentos, lógicamente, de muchísima tensión, había que encajarla y hacerle frente, cuando alguien en concreto descargaba el cabreo y exigía resultados, era a Terán quien le tocaban esos momentos de tensión donde no era fácil respirar y había que encajar o decidir  . Recibí, además, todo tipo de amenazas y que me llevarían ante el juez si le pasaba algo a alguno de los compañeros. Eso me llegó desde CC.OO. Cuando hice la rueda de prensa diciendo que entraría yo si hubiese que sacar a algún compañero, pero sin agua, fue como una liberación.

Catedral de Oviedo/Uviéu durante el encierro.

En plena huelga de hambre llegan a un nuevo acuerdo a nuestras espaldas, era el tercero, CC.OO. es quien se encarga de intentar imponérnoslo a través de los afiliados. Nos citan en las dependencias de Minas en Oviedo, en la entrada nos hacen un filtrado de carnet de afiliados y cuotas al día, se pretendía que fuera vinculante y entendían que con solo los afiliados sería más fácil. Pusieron en marcha todo tipo de presiones y chantajes, asamblea con ellos a cara de perro y votación. Ni así pudieron conseguir un resultado de votos favorable para su nuevo intento de arrasarnos. La noche de la víspera padecí uno de los varios ataques que sufrí a lo largo del conflicto, en el entorno donde vivía, en mi casa, en el coche, personalmente, en todo lo que entendían podía surtir efecto de atemorizarme. En ocasiones habían hecho varios desperfectos en el portal y timbres de la comunidad, dejando además el mensaje claro al vecindario que tenían un vecino poco menos que terrorista, esa noche manipularon la puerta de mi piso para que quedase bloqueada y/o resultase complicado abrirla, con mi familia y conmigo dentro, para que a primera hora cuando mi hijo intentase salir para el colegio no le fuera posible. Era la forma que eligieron para que en la asamblea de la tarde en Minas me lo pensase bien. Ya en las dependencias y en plena asamblea, en los servicios, de nuevo sufrí un intento de agresión.    

La carta de los cuarenta curas, hace que el Arzobispo se comprometa a mediar y arranca el compromiso de que se abrirá una mesa de negociación con nosotros. Era abril del 94. Con los compañeros de huelga de hambre en el hospital Suarez Vallina y Guillermo Ballina, ambos de CC.OO., nos presionan y dicen que ahora negociaremos partiendo de sus acuerdos anteriores. Me toca decirles que se lo metan donde les quepa y a la salida, en una situación límite me quedo solo. Si, recuerdo otras ocasiones, no siempre estuve acompañado, entiendo sin reproches que las personas tengan momentos de abatimiento, pero yo no me lo pude permitir. Lo digo después de haber recibido ataques falaces e irrespetuosos, cuando denuncié la patraña del documental de Lucinda y recientemente.

El mensaje al chantaje que a través de CC.OO. nos habían hecho, se envía esa misma noche, suponía un cambio cualitativo y cuantitativo, la decisión la toma Terán con gente que “el controlaba y manejaba”. Esta vez el mensaje si fue entendido.

Se abre un periodo relativamente tranquilo que nos lleva hasta julio 93. Habíamos puesto un bar de “prau” para las fiestas de Santiago en Sama, con el fin de recaudar dinero para la caja de resistencia, no podíamos calcular hasta donde nos llevaría el proceso. Recibo una llamada exponiéndome que en el Hotel Cristal, frente al aeropuerto de Ranón, hay un billete a nombre de Alejandro Tomas para que viaje en el vuelo de medio día y tenga una cita en Madrid, si es que quiero resolver el problema. Lo traslado al entorno inmediato al instante, evidentemente no había tiempo de tratarlo en asamblea, pero ya habíamos tratado otras cuestiones inminentes entre quienes estábamos en el momento, por razones obvias, para ser ágiles y operativos como veníamos siendo desde tiempo. Esta vez se decide convocar a lo que quedaba, de las ya no utilizadas Secciones Sindicales y/o Comités de Empresa, reducido ya puesto que faltaban los compañeros no despedidos que también las formaban. Claramente no estábamos de acuerdo, algunos éramos partidarios de jugárnosla e ir y otros no. No era la primer “cita a ciegas” que se me presentaba durante el conflicto y era sabido por todos, incluso tuve más y de todo tipo, como cuando estuvimos pillados por complicarse movilizaciones y había que jugársela al límite visitando testigos, fue Terán, eso si en estos casos sin ser cuestionado por nadie. Pero esta vez sí era la primera fuera de Asturias y parecía importante, recientemente habíamos conseguido llevar al presidente de Duro al límite de la confianza que podían tener en él y lo habían cesado. El nuevo Presidente era Ramón Colao y había cierta expectativa por el nuevo nombramiento. Decido no ir al no haber acuerdo y cuando salgo de la sala está el “Equipo A” esos “afines que yo controlaba”. Me preguntan “que pasa”, les explico y son ellos los que comienzan a decirme “si tu estas dispuesto a ir hay que ir”. Trasciende la conversación al resto de compañeros que participaron de la reunión y se abre de nuevo cierto debate. El tiempo pasaba y se hacía ya casi imposible llegar a tiempo de coger el avión. Me dicen “vamos que no llegamos, esta vez decidimos nosotros”. La suerte estuvo en la autopista y en que no nos seguían “los guarda espaldas” en esos momentos, llegamos derrapando al límite de coger el billete y embarcar. Si, una película en tiempo real, sin pruebas ni ensayos. Aquella cita supuso el principio del fin. En estos momentos hay quien lo reprocha aún sin explicación alguna. A que responde un ataque así a día de hoy?.

Una semana después, representantes de la asamblea mantenemos una reunión  en el bar del Alto del Praviano con el Presidente de la Duro y su persona de confianza. Un lugar y forma muy propia para nuestra forma de proceder y funcionar, nada convencional. Unas semanas después se constituye la mesa de negociación donde nos sentamos definitivamente los representantes de la asamblea, los representantes directos de los trabajadores. Es de destacar la gran labor desempeñada por el compañero Constantino en el proceso de negociación y el posterior en la Comisión de Seguimiento que también fue de gran importancia.

02/11/94. En poco más de dos meses de intensas y duras negociaciones, que por momentos corrieron serios riesgos al tener que salvar escollos muy difíciles de resolver, y vamos a decir en los límites de la legalidad, alcanzábamos un acuerdo histórico en este país, tanto en época de dictadura como en la época de los partidos políticos. Aquello no sentó nada bien en CC.OO.&UGT, concretamente Guillermo Ballina manifestó que “algunos puntos de aquel acuerdo no se cumplirían”.

Estábamos a finales del año 94. Se abrió un largo proceso de casi dos años, a través del cual se fue poniendo en marcha la aplicación del acuerdo en distintas fases, con ciertas dificultades se fue cumpliendo conforme habíamos pactado. Informábamos puntualmente a la asamblea y en esta se exponían las distintas circunstancias que se iban dando, algunas no previstas y que había que adaptar y resolver aplicando el acuerdo. Se produce el cambio de gobierno en el Principado de Asturias al PSOE le sucede el PP, con Sergio Marqués de Presidente, más adelante se produce una escisión y Sergio Marqués fundará el partido URAS, este aspecto fue fundamental para entender como el gobierno asturiano queda un tanto aislado y no tiene los suficientes apoyos estatales represores deseados. Hasta entonces no había sido así, Trevín por ejemplo pudo, en el año 93 y 94, optar por intentar la solución policial a través de 3.000 antidisturbios, al ser ambos gobiernos, central y el autonómico del PSOE y tener el apoyo absoluto de medios represores facilitados desde Madrid. Pero Sergio Marqués, cuando gobernó, ya tenía serias diferencias con el PP que gobernaba en el estado. Eso sería fundamental tenerlo muy presente para el proceso final que se avecinaba y donde éramos ya un grupo reducido. El gobierno asturiano de Sergio Marques estaría más aislado.

Es el año 96. Por entonces Antón Saavedra estaba en el Grupo Mixto del Parlamento Asturiano, tenía un acuerdo con Sergio Marques y apoyaba su gobierno. Uno de las razones fundamentales era la defensa de la industria asturiana, sobresalía en ello la problemática en Duro Felguera y Naval Gijón. Manteníamos contactos frecuentes con Antón Saavedra. En diciembre del 96, Antón Saavedra nos comunica, de palabra, que hay una salida para los 40 que quedábamos por recolocar, ni que decir que éramos los 40 muy elegidos, cosa que nunca me pareció mal por si venían mal dadas y había que retomar determinados procesos de lucha que por entonces habíamos suspendido ante el avance de la aplicación de los acuerdos. En el acuerdo habíamos recogido para 40 afectados que seríamos recolocados en empresas del perfil y nivel de Duro Felguera y/o en empresas públicas asturianas, ante la negativa rotunda de volver todos a Duro Felguera. Ramón Colao en mi visitita a Madrid, como Alejandro Tomás, al exponerle que lo que pretendíamos era la readmisión de los 232, fue tajante, estamos dispuestos a hacer todos los esfuerzos, pero antes de readmitir a todos que cierre el Grupo incluso. Por eso la cláusula mencionada en el acuerdo. Las recolocaciones de las que nos habla Antón Saavedra, son una encerrona absoluta. Empresa de la construcción y contratos por fin de obra. De inmediato me viene a la mente la nueva y definitiva movilización, tiene que ser un lugar inexpugnable y no conozco uno mejor que la Torre de la Catedral de Oviedo, de hecho así lo pensé cuando en marzo del 92 estuvimos allí encerrados una semana, sabía que podría ser necesario volver algún día allí en una situación límite y sabía cómo hacerlo. De nuevo el momento marcaba el camino y la decisión inmediata a tomar sin falta de convocar órgano alguno, ni reunirse a debatir.

El 23/12/96 tomábamos la torre y un grupo de compañeros se alojaban en ella, hubiese querido formar parte y desconectar del vértigo al que sabía me vería sometido de nuevo día y noche, pero una vez más los compañeros decidieron que mi sitio estaba fuera. Los equipos de trabajo directo comenzaron a desarrollar la infraestructura e intendencia, las guardias por turnos. Fue una labor y esfuerzo enormes que hubo que mantener durante 318 días. La acción directa no podía cesar y cada vez era más difícil y arriesgada. Fue un año especialmente duro, recuerdo haberme multiplicado de día y de noche, regresaron las múltiples noches de insomnio  en las que las ideas me llegaban como una tormenta y tenía que `ponerme a escribir, bien eran ideas de movilizaciones que después intentábamos ejecutar, escritos para la prensa o simplemente para improvisar en un momento dado. La asamblea se había trasladado, en parte, a la plaza de La Catedral y era necesario hacerla casi diariamente aunque fuese en la calle. Recuerdo también ir a pasar información a diario a los compañeros encerrados en la Torre, unas veces entrando, pero otras desde la calle a través de una aspillera. Cada miércoles megáfono durante la manifestación por las calles de Oviedo y mitin ante Presidencia. A diario recibía infinidad de llamadas de los medios de comunicación, la mayoría de las veces tenía que improvisar para mantener la curiosidad y atención de los mismos. El contacto con el “Equipo A” era constante y prioritario. Las reuniones con el Sindicato  CC.OO., durante ese año, arzobispado y el contacto político Antón Saavedra fueron poco menos que a diario. Quien no podía faltar era Terán, cuando llegaron los momentos de máxima tensión, como cuando hubo que manifestar claramente que los puestos de trabajo que nos querían imponer no se adaptaban al acuerdo le correspondió a Terán hacerlo y discutirlo.  Cuando nos acusaron de privilegiados y utilizaron un medio de comunicación para que me lo hiciese saber y pillarnos, también me tocó improvisar y salir airoso. Había cerca de 70.000 parados en Asturias en aquellos momentos, ante la acusación dije, están todos convocados en esta plaza y no saldremos de la Torre hasta recolocar el último, no hubo más acusación. Cuando la tensión interna demandó un cambio, julio 97, porque se complicaba la convivencia, no solo lo tuvo que afrontar Terán, me quedé solo con ello porque de nuevo no se podía con una situación límite. No es un reproche, es la verdad, a quien lo da todo no se le puede pedir más, pero hubo varios momentos límite en los que tuve que resistir y actuar solo.   El juicio sumarísimo me toca a mí, sabía que grababan los mítines que daba los miércoles ante Presidencia, había que mantener el ánimo y la lucha, sabía que jugaba con las palabras pero también conocía el riesgo y llegó. Hablaba por todos, pero no pocas veces me cayeron a mí las consecuencias,  como en esta ocasión. Durante tres días un medio de comunicación, en portada, preparó la campaña e hizo un juicio paralelo en el que se me llamaba “huevo de la serpiente” y “terrorista”. Mantuve lo dicho y se aclaró lo que pretendían, tras el juicio y en la misma sala solicité reunión con el fiscal en su despacho, me acompañaron pero hable´ yo, como casi siempre, para defender y mantener la postura de lucha  que llevábamos y los poderosos motivos de la misma. Al final del encuentro el fiscal me recomienda que sigamos si estamos convencidos, pero que me busque el abogado más caro que me pueda pagar.   Cuando se aproximaba el año de movilización en Oviedo, con el encierro por bandera, nos reconocen los términos del acuerdo y nos ofrecen la recolocación en Hunosa. Aceptamos pues se ajustaba al acuerdo, pero nunca supimos respondernos a la pregunta de si esperaban nuestra negativa por no ser nuestra profesión y en un medio absolutamente desconocido.

Con el inicio del año 98 comienzan los reconocimientos médicos y la incorporación en Hunosa. Todo parecía ir bien hasta que surge un problema contradictorio en sí mismo. Tres compañeros no pasaban el reconocimiento médico para trabajar, pero tampoco obtenían la pensión por parte del tribunal médico. El proceso se va alargando en el tiempo, y a partir del año 2001 me encuentro solo con el problema y haciendo las asambleas que continuarían hasta la solución final para el último miembro del colectivo. Incluso ya había tenido que  contraponer mi situación personal, enviando una carta al entonces director de Hunosa Luis Tejuca en la que le exponía con todas las consecuencias, que no me incorporaría a la empresa hasta que no estuviese resuelta la situación del resto de compañeros. La asamblea sabe perfectamente, una vez más, por lo que pasé en esta situación que se alargó tres años, para mí no hubo tregua ni descanso.

El tiempo Avanza y se producen dos hechos. El Vicepresidente y Consejero del Gobierno de Sergio Marqués, José Ramón García Cañal, publica en la prensa a doble página un ataque desmedido y fuera de lugar ya hacia mí, apestaba a manipulación institucional para desprestigiar, tal vez por si me quería dedicar a la vida pública. El compañero con el que había compartido bastantes momentos me dijo que lo dejase pasar, que no merecía la pena responder. Alicia fue quien quiso organizar la denuncia oportuna, le rogué que no puesto que se estaba produciendo el segundo hecho, me encontraba en el momento álgido del brote de mi enfermedad autoinmune y no podía ni levantarme casi.       

Es el año 2002,  continuaba sin resolverse la situación de los tres compañeros, que aún se retrasaría dos años más. Aparece Lucinda Torre, que con su equipo asisten incluso a las asambleas. Me propone hacer el documental, era la tercera propuesta que me llegaba, la primera de Javier Maqua, la segunda de juan Diego Botto, ninguna de estas dos salió por distintos motivos, pero Lucinda es hija de uno de los despedidos y la idea del documental parece encajar. Nos reunimos, me acompañó el compañero Teruel, 24/12/02 y pactamos como tres condiciones que reflejaban el tipo de documental que queríamos: Que reflejara fielmente lo acontecido con mención clara de los responsables. Que el Colectivo tuviese la última palabra sobre el contenido del mismo, antes de cualquier publicación y/o distribución alguna. Y que se tuviese fácil acceso a él, que llegase a la calle con gran difusión. No cumplió, meses antes de que nos citase para ver su propuesta, 22/10/06, solo para dos personas del Colectivo, ya había vendido los derechos a TVE por 90.000 euros, mayo 2006, y estaba programada su proyección en el Festival Internacional de Cine de Gijón, noviembre 2006. Manipula tendenciosamente nuestra historia, oculta orígenes del conflicto y responsables,   ningunea aspectos claves que nos llevaron a resolver el problema, presenta a quienes quisieron resolverlo por una desproporcionada represión policial como políticos de talante negociador. A los sindicalistas que nos traicionaron hasta con tres acuerdos por la espalda los presenta como que defendieron los planteamientos de los trabajadores. Todo ello tendenciosamente calculado, en un corta y pega muy estudiado para que quien encargó el producto pueda reescribir la historia y ocultar sus responsabilidades, además de que resultase atractivo para quienes no vivieron directamente el problema y lo vean. Que ninguneasen a quienes más se la jugaron, esos rostros ocultos que siempre dieron la cara, me pareció de lo más ruin, puesto que ahí estuvo una de las grandes claves de la solución.  Tengo los correos mantenidos con Lucinda durante meses y se puede comprobar cómo fue mintiendo ante las preguntas que le iba formulando al ver que pasaba el tiempo y no se producían avances y yo le proponía alternativas que ya no podía aceptar puesto que ya lo había vendido y creado su propia productora BAC MEDIA. Se puede contrastar el documental con documentos, hemeroteca, imágenes de la época y testimonios de los protagonistas, así veríamos el tamaño del engaño.  La asamblea, 11/11/06, se produce porque la exijo yo, se pretendía emitirlo sin que la asamblea lo viese. Hasta una quincena  de aspectos fundamentales faltan y/o están tendenciosamente manipulados, así es reconocido en la asamblea, sin que nadie lo rebata. Pero la conclusión del compañero, que normalmente me acompañaba, es reveladora: “Es el documental posible, el que tu quieres no es posible”. Nunca antes  El Colectivo de Despedidos de Duro Felguera apostó a lo posible.  De haberlo hecho durante la lucha nunca hubiésemos conseguido la solución. La asamblea finaliza y se rompe el Colectivo. Este Colectivo fue único, pero lo estrellaron ese día quienes traicionaron la asamblea aceptando un “documental posible” que pervierte en gran medida nuestra lucha, falta a la verdad y oculta comportamientos de los máximos responsables políticos, fundamentalmente del “Felipismo”, y sindicales de CC.OO.&UGT. Todo ello sin rebatir ni uno solo de los argumentos que allí se expusieron al denunciarlo y por todos reconocidos. No es necesario preguntarse el porqué  de las cosas, los hechos siempre nos lo dejan meridianamente claro.

Dado que la asamblea reconoció la ausencia o alteración de hasta una quincena de hechos y/o datos fundamentales e irrefutables, decido hacerlo público cuando la corporación socialista de Langreo nombra langreana de honor a Lucinda por las fiestas. Solo me limito a exponer los argumentos y datos que la asamblea por unanimidad cuestionó del documental y a cambio recibo un ataque personal público por parte de quien me acompañó en muchos momentos durante el conflicto. Es elocuente y revelador, sin argumentar de nuevo sobre lo expuesto se elige la versión pervertida del conflicto, no ya antes que a mí, si no antes que el Colectivo y su memoria. Ahí empecé a ser consciente de lo muy ingenuo que había sido en no pocos momentos y con algunas personas. 

Claro que la persecución y represión llegó a no pocos compañeros, pero a mí me tocó en abundancia y a todos los niveles, la lista es larga y se puede demostrar, lo asumía como Portavoz del Colectivo e imagen más utilizada. Siempre doy y he dado la cara, esa que me partieron por todos. La paliza de cuatro antidisturbios en la cabeza y como me dejan, demostró que aquello no fue casual y perseguía algo más. Le costó el puesto a la directora del programa Línea 900, la amenazaron con que lo harían si publicaba mínimamente imágenes, publicó unos segundos pues en palabras de ella “me traería consecuencias casi con seguridad”. Algo que demuestra el nivel de compromiso entre nosotros, fue lo que sucedió a continuación, “El Equipo A” llevo esa tarde a término una acción muy arriesgada que no estaba estudiada del todo, en respuesta y por decisión propia.  Hubo también algunas represalias que me demostraron lo sectarios y de lo que son capaces algunos partidos y sindicatos, esos tan progresistas, lo padeció y soportó mi familia, durante y lo más repugnante después del conflicto.  

Cuando comenzábamos a ver de lejos ya el final del conflicto, recibo una llamada de un compañero prejubilado. Un grupo de 36 cobraban una renta vitalicia a través de una póliza suscrita  cuando firmamos el acuerdo. Todo había ido correctamente, hasta que el 11/11/08  reciben una carta en la que la compañía les informa que procederá al cambio de la póliza remplazándola por otra en una nueva compañía. Hechas las averiguaciones compruebo que estamos ante una operación nada clara. Como el tomador del seguro es el “Fondo de Cobertura Acuerdo Grupo Duro Felguera” en La Consejería de Industria,  envío carta solicitando que no firmen rescate alguno. Hacen caso omiso y firman el rescate. La anterior compañía era catalana, tengo acceso a un informe del Departamento de Economía de la Generalitat en el que se recoge “induce a pensar que se realizó un fraude de ley con objeto de aparentar rescates individuales cuando en realidad se trataba de una cesión de cartera encubierta”. La nueva compañía tras haber pagado los siete primeros meses suspende el pago de los complementos. En esos momentos ya estaba celebrando asamblea con la gran mayoría de los afectados, 35 concretamente, comenzamos movilizaciones en Oviedo, de nuevo megáfono en mano todas las semanas concentraciones ante la Consejería de Industria. Tras enviar varios escritos y consultas, intencionadamente diferenciadas,  ante La Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, también ante el Consorcio de Compensación de Seguros y Agencia Tributaria, descubro versiones distintas y contradictorias en materia fiscal, incluso firmadas  por la misma persona, Dña Concepción Bermudez. A través de un bufete de abogados presentamos demanda en el Juzgado de lo Social. Recibo como representante del colectivo una oferta de recuperación del capital en grupo, que no individualizado como correspondía, con una quita importante. Entra VIDACAIXA de la mano CC.OO. y el beneplácito del Consorcio. No se acepta por ser más que considerable la quita y tener, además la pertinente retención fiscal.  Alguien se llevaba buenos porcentajes. El responsable del Consorcio se presta a venir a la asamblea y exponer el planteamiento, cuando en el intercambio de palabra dice no ser cierto lo que expongo, saco los documentos recibidos en las consultas y finaliza la asamblea con su salida acelerada. Tras esto recibo la visita del compañero que no veía desde la ruptura del Colectivo por el asunto del documental y me dice que abandone el caso o que habrá consecuencias. Desperté definitivamente de la ingenuidad y continué con el proceso. A mediados de 2012, tres años después, los afectados rescataban el dinero de sus pólizas. Entre los afectados estaba el padre de Lucinda Torre.            

Hay bastantes más datos documentos, testigos y  hechos de tipo personal y colectivo, con lo que poder contrastar todo esto y mucho más.   Pero he preferido dejarlos en espera y centrarme más en reflejar que tipo de Colectivo fuimos y en los hitos que lo resaltan, en como funcionamos realmente, en que la unidad creció con la sinergia de la asamblea y la lealtad fue real en  un grupo concreto aunque amplio que ejecutó las movilizaciones, encierros, acciones directas en la calle, trabajos de todo tipo con total entrega, incluido el Colectivo de Mujeres. Lo he intentado exponer desde  el origen y posterior discurrir con sus fechas.  Poco de eso tuvo que ver con un funcionamiento más o menos orgánico. No dimos una solución desde las organizaciones y/u órganos, si no organizados de una manera diferente que nos permitió ser dueños de nuestras decisiones y destinos. Había que ser agiles, dinámicos, eficientes y solo se podía hacer de esa manera. Todo ello se gestó desde el año 89 hasta el 92 en los talleres de Barros, donde durante esos años nos enfrentamos de múltiples maneras para impedir el expediente de extinción, que nace con el caso Eurometals y la filialización, para cuando en el 93 Duro Felguera en connivencia con el gobierno del PSOE y CC.OO.&UGT., lo utilizan ampliado con fines para el  despido libre colectivo barato e intento de lamiar la ley de libertad sindical, ya estábamos preparados para enfrentarnos a ello y actuar como asamblea autogestionaria con equipos de trabajo y acción directa muy capacitados. Desde ahí fuimos escalando en las respuestas  que ellos nos marcaron y exigieron, sin el sabotaje e incluso dejarles claro que no nos obligasen a cruzar líneas indeseadas por nosotros, nos hubiesen destrozado. No solo hubiésemos sido las victimas que fuimos, al final nos hubiesen expuesto en las plazas como culpables. Por ello, no pediremos perdón por lo que nos ha hecho. 

Si algo he podido constatar con nuestra lucha, RESISTIREMOS, es que gobierne quien gobierne los trabajadores nunca conquistaremos los cielos, tendremos represión siempre. Aceptar que, solo la resistencia, lucha, coherencia y dignidad nos llevarán a defender los derechos y conquistar más y nuevos. Con esa nueva realidad construiremos una vida plena individual y colectiva.

Por lo que fuimos y compartimos yo no caeré en la inquina y falta de respeto. Seguiré con esa costumbre mía de intentar mirar de una manera diferente y fijarme más en aquello que es poco habitual. Un cuento Taoista, sin duda, lo explica mucho mejor y será un alivio para quienes hayan llegado leyendo hasta aquí.

En un reino vivió un gran emperador, muy poderoso, con grandes riquezas, con todo tipo de sirvientes, soldados, asesores, aduladores y rodeado de exuberante naturaleza.  Aunque no era feliz. Le faltaba algo esencial, pero no sabía que. Numerosos magos y filósofos le aseguraban tener la solución, pero él era consciente que solo pretendían beneficios a cambio.

Optó por seleccionar a los sabios y se quedó con dos grupos: Los Confucianos y Los Taoistas. Los Confucianos gente de orden y estado, le dijeron que solo tenía que reinstaurar los viejos ritos y recuperar las antiguas costumbres. Solo con eso sería feliz.  Los Taoistas parecían un grupo desorganizado, variopinto y de movimientos extraños. Le dijeron tener un único secreto preciado, pero que no se podía describir, solo se lo podían mostrar. De acuerdo, dijo el emperador, organizaremos un concurso entre ambos grupos, el grupo que sea capaz de descifrar el secreto de mi poder que me haga feliz se convertirán en maestros supremos de la tierra.

El día fijado Confucianos y Taoistas fueron conducidos a uno de los salones en lo más profundo del castillo, una gran cortina en el centro dividía  la estancia para separar los grupos. La prueba consistiría en crear una gran pintura en la pared, quien causase una mayor impresión al emperador sería el ganador. Los Confucianos solicitaron todo tipo de pinturas y colores. Los Taoistas por su parte, solo unas cuantas telas suaves. Día tras día los Confucianos trabajaron con orden y casi en silencio. A los Taoistas se les escuchaba cierto jolgorio y hasta entonaban canciones.

Por fin llegó el día en el que el Emperador tomaría la decisión. Primero visitó a los Confucianos. Habían creado una maravilla en la forma y en el color, su castillo en el centro, el sol con su luz dorada de poniente provocaba destellos en los tejados. En un extremo se vio así mismo majestuoso sobre su caballo y al frente de su ejército victorioso. Un gran rio recorría la parte inferior con pequeñas olas en superficie, con aves sobrevolándolas. Era una visión realmente maravillosa y sorprendente. El Emperador pensó que los Taoistas lo tenían realmente difícil.

Pasó al otro lado de la sala. Sorpresa: Una pared del todo desnuda, lisa y brillante, pero allí no había nada. ¿Qué es esto?.  Preguntó enfurecido.  Esperad un momento,  dijo el Taoista de mayor edad. Por favor, retirad la cortina que nos separa del otro grupo. Al retirarla, de nuevo vio la maravilla de los Confucianos y decidió el ganador. Pero al volverse hacia la pared de los Taoistas en ella se reflejaba la pintura de la pared opuesta. En lugar de imágenes planas y estáticas lo eran en movimiento. Debido al juego de luces sobre la superficie reluciente la pintura había cobrado vida. El Emperador maravillado les preguntó cómo habían logrado aquel milagro. Los Taoistas respondieron: Solo hemos creado espacio para que la pintura crease vida por sí sola, mirando hacia los Confucianos continuaron diciendo, el gran trabajo que habéis hecho, sin duda, dio un resultado plano y sin vida, mientras que nosotros, en nuestra ausencia de formas, hemos creado un mundo vivo.    

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