Cinco victorias del ecologismo asturiano

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Diego Díaz Alonso
Diego Díaz Alonso
Historiador y activista social. Escribió en La Nueva España, Les Noticies, Diagonal y Atlántica XXII. Colabora en El Salto y dirige Nortes.

Hoy se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, una buena fecha para echar la vista atrás y repasar los logros, no escasos, del movimiento ecologista asturiano. Junto a las batallas perdidas, que tampoco son pocas, conviven un buen número de victorias totales o parciales, arrancadas gracias a la movilización de la sociedad civil asturiana, y las alianzas de los colectivos ecologistas con otros actores sociales y políticos de la región. Repasamos aquí cinco de ellas:

Conservación del litoral asturiano

Costa llanisca. Foto: Turismo de Asturias.

Asturies es la comunidad que mejor ha conservado su costa de la destrucción. No lo dicen solo los folletos turísticos, sino también Greenpeace. La ONG ecologista señala que “Asturias tiene un 9% de superficie artificial en la franja de los 500 metros de costa, y es la comunidad que menos porcentaje tiene destruido respecto a la superficie total en la franja de 500 metros”. Greenpeace incluye 12 concejos asturianos en la lista de los 155 municipios que han construido menos en su primera línea de costa, con apenas un 3,2% de ocupación en la franja de los primeros 500 metros de costa. ¿A quién se debe este logro? Las razones son múltiples, desde un déficit de infraestructuras que retrasó la llegada de compradores de segunda residencia de otras comunidades, a instrumentos legales tempranos, como el Plan de Ordenación del Litoral Asturiano diseñado por el arquitecto Ramón Fernández Rañada, y ganador en 2007 del Premio Europeo de Urbanismo. No obstante, sin desmerecer estas u otras razones, la lucha de los movimientos ecologistas y ciudadanos, como la Asociación de Vecinos y Amigos de Llanes, así como de otras plataformas, fue clave para derrotar también los proyectos de urbanizaciones y grandes hoteles.

Renuncia a la incineración de residuos

Instalaciones de COGERSA en Serín. Foto: COGERSA.

En noviembre de 2016 el Gobierno asturiano daba carpetazo a los proyectos de construir una incineradora de residuos en el centro de Asturies, ante la previsible saturación del vertedero central de la comunidad. Se terminaba así un “culebrón” de más de una década, en la que el proyecto del PSOE de Tini Areces se había encontrado con la oposición no sólo de ecologistas y profesionales de la sanidad pública, sino también de sus por entonces socios de gobierno de IU-Los Verdes-Bloque por Asturies. El Conceyu contra la incineración, integrado por ANA, la Coordinadora Ecologista de Asturias, Ecologistas en Acción, EQUO, Mavea, Ganaderos contra la incineradora e IU de Carreño y Corvera, animaría el frente social, judicial y político por otra gestión de los residuos basada en la reducción y el reciclaje, y no en la quema de basuras.

El Plan Estratégico de Residuos del Principado de Asturias 2016-2024 sería la alternativa a una incineradora imposible tras una sentencia del Tribunal Superior de Justicia dando la razón a los colectivos anti incineración.

Caleao: el embalse que nunca se construyó

En 2020 el Principado tomaba definitivamente la decisión de abandonar el proyecto de inundar el valle de Caleao (Casu) para construir allí un gran embalse: una presa de 90 metros de altura, que crearía un pantano de 25 hectómetros cúbicos de capacidad en una zona que, además de ser parque natural y Reserva de la Biosfera, es lugar de interés comunitario, está integrado en la red «Natura 2000» y es área de especial protección. En realidad el proyecto llevaba años muerto, y en esa muerte tendría mucho que ver la movilización de ecologistas y habitantes del valle.

La obra, que anegaría todo el valle, se justificaba en una hipotética falta de suministro de agua a la población y a la industria de la zona central, según los datos de 2005. Para combatirla, ese mismo año nacía la Plataforma por la Defensa del Parque Natural de Redes, impulsada por Amigos de la Naturaleza Asturiana, Ecologistas en Acción, Coordinadora Ecoloxista, IU y CCOO, y que recibiría un gran apoyo de los vecinos y ganaderos de la zona. Dos de sus miembros, Eduardo Menéndez y Beatriz González, escribirían el libro El Plan Hidrológico Nacional, el embalse de Caleao y la nueva cultura del agua, editado por Cambalache.

La Plataforma llevaría el tema al Parlamento Europeo y lograría convencer al PP asturiano y a la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, del PSOE, de su inutilidad. La opinión de Narbona pesaría en el abandono por parte del PSOE asturiano del embalse de Caleao.

¿Mina de oro de Salave?

Movilización de la plataforma “Oro No” en Salave, Tapia de Casriego

La existencia de yacimientos de oro en el Occidente asturiano es conocida desde época de los romanos. En periodos muchos más recientes, diferentes compañías mineras se han interesado por explotar el oro asturiano. Desde finales de los años 90 multinacionales canadienses extraen oro en Belmonte. El destrozo de la minería a cielo abierto en este concejo significó una advertencia de lo que se les podía venir encima a los habitantes de Tapia de Casariego si permitían la construcción de una mina en Salave, en plena rasa costero. Una heterogénea alianza de ecologistas, ganaderos, hosteleros, pescadores y mariscadores puso en marcha el movimiento “Oro No” para oponerse a la construcción de la mina.

Espacio donde se pretende construir la mina de oro.

En agosto de 2012 la plataforma lograría una gran demostración de fuerza contra la minería con una multitudinaria marcha por la conservación de este espacio natural, pesquero y agroganadero. El colectivo tendría que hacer frente a las estrategias de seducción desplegadas por la compañía minera AsturGold para atraerse el apoyo de los vecinos de Tapia: promesas de puestos de empleo, patrocinio de actividades culturales y deportivas, presión a políticos locales, subvención de colectivos ecologistas para “blanquear” el proyecto, concentraciones pro-mina… Una lucha que está recogida en el libro y documental El oro de Salave. Minería, especulación y resistencias editado por Cambalache.

Finalmente la Comisión para Asuntos Medioambientales del Principado de Asturias (CAMA) emitía en 2014 una Declaración de Impacto Ambiental desfavorable para el proyecto de explotación minera. Aunque periódicamente aparecen nuevos planes mineros, ninguno llega a cuajar. Una nueva compañía, Explotaciones Mineras del Cantábrico, especula ahora con retomar el proyecto donde lo dejó AsturGold.

Desarrollo de la producción ecológica

Sidra ecológica de El Nocéu. Foto: Iván G. Fernández.

El mundo campesino y ganadero tradicional asturiano ha venido sufriendo una acelerada decadencia desde los años 70, agravada con la entrada de España en 1986 en la Comunidad Económica Europea. El apoyo de la Política Agraria Común a los modelos de agronegocio ha supuesto la destrucción del tejido de pequeñas y medianas explotaciones que daban vida hasta entonces al medio rural asturiano. Esta tendencia se ha visto mínimamente contrarrestada por el desarrollo de la producción ecológica. En octubre de 1996, año en el que nacía el Consejo Regulador de la Producción Ecológica del Principado de Asturias (COPAE) eran 17 los productores ecológicos registrados en Asturias. Hoy, 20 años después, son 375. A principios del siglo XXI nacían los grupos de consumo ecológico para facilitar una relación directa entre productores y consumidores.

Producción de setas por parte de Fungi Natur, en el concejo de Cabranes.

Grupos de consumo, ferias, mercadillos y tiendas de consumo justo y productos ecológicos permiten la supervivencia de varios centenares de productores asturianos. Un ecosistema campesino y ganadero que sigue reclamando más apoyo institucional, compra pública en los comedores escolares y sobre todo menos trabas burocráticas a la hora de vender sus productos. Hoy son la vanguardia y el recambio generacional para muchos pueblos y aldeas asturianas.

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