El jueves falleció un trabajador de 39 en astilleros Armón. Es el cuarto muerto en menos de 8 años, en una empresa que roza el homicidio de manera permanente.
En 2009 había cerrado el último astillero de la bahía de Gijón, Juliana Constructora, integrado en la SEPI. CCOO y UGT fueron parte muy activa del cierre, en el que, literalmente, se empeñaron. El astillero no era “competitivo” y había dejarlo morir. Lo que se hizo realmente fue hundir el astillero, pero eso es otra historia.
Armón se quedó con los terrenos de juliana imponiendo una condición: plantilla totalmente nueva
En 2011 Armón se hizo con los terrenos y la explotación, pero no empezaría hasta 2012 a trabajar en ellos. Como imposición a su actividad, reclamó que la plantilla fuera totalmente nueva, que no querían trabajadores de los antiguos astilleros ¿Por qué? Por los sindicatos.
Así consiguieron una plantilla sin representación sindical, sin trabajadores fijos (solo a contratos a fin de obra), con fuerte presencia de las subcontratas y con una alarmante falta de medidas de seguridad que fueron denunciadas sistemáticamente por cierta prensa (Atlántica XXII) y sindicatos (CSI).
¿Y qué pasó? que empezaron a llegar los accidentes laborales y comenzó a fallecer gente:
En el año 2013 fue la primera muerte: un buzo murió ahogado.
En el 2014 un operario falleció asfixiado dentro de un buque.
En el 2015 otro trabajador falleció al ser golpeado con un cable en la cabeza.
Y el jueves, otro más, al caerle una carga encima.
Y aquí no pasa nada, la prensa informa, todo el mundo se lamenta y hasta la siguiente. Quién sabe si dentro de un mes o dos años.
Pero aquí hay culpables:
Culpable es Armón, que no implemente medidas de seguridad en el empleo, ni de estabilidad dicho sea de paso.
Culpable es inspección de trabajo, que levanta acta e investiga cada accidente como si fueran hechos aislados y no emprende una puta campaña contra la empresa de manera sistemática.
Culpable es el Gobierno de Asturias y su consejería de industria, que en su política industrial, basada en poner el culo a las empresas desde hace tres décadas, se pone perfil y actúa como si nada.
Culpable es la prensa asturiana, a la que no verás realizar un solo reportaje de investigación al respecto porque eso implicaría ejercer de cuarto poder y están más cómodos mirando al cielo.
Culpables son los sindicatos mayoritarios, que tienen enormes facultades legales, resortes e influencias, pero prefieren ponerse de perfil ante un situación que requiere de pisar el acelerador contra la empresa.
Y por último, y bien siento decirlo, culpables son los trabajadores, que asumen estas muertes en lugar de plantar cara decididamente a la empresa, contra la que pueden ir, legal, moral y sindicalmente hablando.
Cualquier día podrá ser otro de ellos.