Esta mañana comparecía en la Xunta Xeneral del Principáu d’Asturies la psicóloga de la residencia del ERA de L’Infiestu Carmen Sánchez en el marco de la Comisión de Derechos Sociales y Bienestar. En cinco minutos defendió no solo el mantenimiento de su plaza en este centro residencial en concreto, sino en toda la red del ente autonómico. Como contábamos aquí, aquí, aquí y aquí, el organismo público la traslada de forma forzosa el próximo 1 de abril a la residencia Santa Teresa de Uviéu y niega la necesidad de la existencia de esta plaza en los centros pequeños.
“La realidad es que no quieren invertir recursos humanos en personas mayores“, denuncia Sánchez, que considera que la pretensión va más en la línea de tener “semihospitales, donde se preste atención médica y poco más”. “No están considerando las necesidades psicológicas de los residentes, algo que es siempre necesario y más ahora con la pandemia“, reivindica.
Cinco minutos para defender una necesidad que el ERA ha negado por activa y por pasiva y a cuya exposición no se quedó la consejera de Derechos Sociales, Melania Álvarez, quien había intervenido en primer lugar. No está obligada a quedarse a las intervenciones, pero sí a las preguntas de los y las diputadas.
Tampoco las representantes del PSOE en el Parlamento autonómico le realizaron ninguna pregunta, aunque Carmen Sánchez afirma que hubo una gran aceptación de su intervención por el resto de partidos con representación cameral, que le agradecieron haber sacado a la luz este tema que afirman desconocer.
De todas maneras el próximo 1 de abril Sánchez tendrá que dejar su plaza en L’Infiestu, donde tanto residentes como familias ya han sido informadas, lo que ha contribuido a aumentar el malestar ya existente. “En estos tiempos donde la salud mental está en boca de todos es una absoluta vergüenza y falta de respeto por las necesidades de los residentes“, afirma al tiempo que señala que en los centros de día de personas con discapacidad sí existe la plaza de psicología.
Se muestra asimismo satisfecha con la campaña de recogida de firmas que están llevando a cabo para pedir que se mantenga, o cree, el puesto de psicóloga: hasta ahora llevan más de 800 en digital y 400 en papel “para un lugar como Piloña y alrededores. Seguiremos en la lucha y las familias están ahí”.

“Yo no puedo desempeñar la labor de técnica de intervención social porque no tengo la formación, igual que no puedo desempeñar la de enfermera”, concluye a modo de resumen de la situación que vive tras negarse a desarrollar unas labores para las que ni está capacitada ni ha sido contratada, en teoría, ya que la plaza que sacó por oposición fue la de psicóloga y no la de intervención social.