El antisanmateo del Arcu la Vieya se rebela contra la extinción

El local del Postigo Alto celebró una charla por parte de organizaciones ecologistas en el marco de su programación mateína.

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Xuan García Vijande
Xuan García Vijande
Comunicador, barman, músico. Redactor musical en Cuarto y mitad.

El lunes la semana se abrió con distintos actos a lo largo de Oviedo, que, pese a todo, celebra unas fiestas de San Mateo cuanto menos diversas. En el clásico L’Arcu la vieya, esa tienda ecológica que da la bienvenida al Postigo desde el Campillín, decidieron organizar un antisanmateo con una programación subversiva que completa un vacío en el concejo y les permite reinventar su proyecto. En esta ocasión decidieron usar su espacio como plataforma para colectivos ecologistas que desde hace más o menos acometen acciones en el Principado, pero que ya llevan años de desarrollo en sus estructuras nacionales e internacionales.

Representantes de Futuro Vegetal, Extinction Rebellion y Rebelión Científica convocaron hasta desbordar el local del Postigo alto para poner el foco en la emergencia climática que el planeta atraviesa. Olga García Moreno, profesora del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, fue la encargada en comenzar la charla.

Olga García Moreno en L’Arcu la vieya. | Foto: David Aguilar Sánchez

Moreno tuvo en esta ocasión su primera colaboración explícita, su “estreno”, en Rebelión Científica, que empezó confesando lo que “la sacó de las aulas”: la “impotencia” que sintió tras más de una década de docencia sobre aspectos ambientales que afectan directamente y dificultan la vida de los seres humanos. “Como geóloga sé que al planeta le da igual”, confesaba para reivindicar un espacio en el mundo académico de la Geología, el de la preocupación por el futuro de la vida humana.

Igual que algunas películas y series, también se introdujo un pequeño spoiler antes de entrar al meollo de la cuestión: la promesa de que los datos que iban a presentar nos iban a “abrumar”. Uno solo podía pensar en esa escena de Don’t look up en la que se anuncia el fin del mundo. En la ficción, la gente enloquece; en la realidad, a quien le importa lo acepta con resignación o lo asume como un golpe más, y previendo el efecto que este tipo de informaciones tienen en las personas, la charla tuvo un momento de introspección y de compartir cómo se sentían las personas participantes. “Acojone”, “miedo” o “resignación” fueron algunas de las palabras empleadas.

Para ilustrar algunas de las cosas que “ya están ocurriendo”, se proyectó un antes y un después de Libia, que la semana anterior a la charla había sufrido inundaciones que devastaron la localidad de Derna. Actualmente se calculan alrededor de 11.300 muertos y unas 10.000 desapariciones. “Seguimos pensando que esto no nos puede pasar a nosotras”, decía García Moreno, “pero Libia está aquí, es el Mediterráneo”. Y lo peor es que “va a ir a peor”.

Comparativa de imágenes tras una inundación. | Fuente: Rebelión científica

“Están aumentando los fenómenos extremos“, algo que la investigadora achaca a “las actividades antrópicas” —esto eso: la acción humana—, con base en los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Según este grupo, la temperatura media global del planeta en 2021 se situaba 1,2 °C por encima del nivel en épocas preindustriales, con una correlación clara con la emisión de gases de efecto invernadero. Si la temperatura alcanzara los 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, las consecuencias serían catastróficas: escasez de agua, especialmente en el continente africano, con millones de desplazados. “Los océanos nos están echando una mano” y absorben un 90% del exceso de temperatura, pero “cuando llegue al 100% todo irá mucho más deprisa”.

En efecto, esto no es una ficción y García Moreno alerta sobre algo que se ha dado de manera sistemática en las predicciones: no solo se han cumplido, sino que los efectos han ocurrido antes de lo previsto y con mayor dureza. Para 2050 se esperan temperaturas extremas que afectarán al 55% de la población mundial, unos 4.000 millones de personas. “El tema es más serio de lo que nos imaginábamos”, dice la investigadora, porque aunque detuviéramos todas las emisiones en este momento, “el sistema climático tiene una inercia“. “La biosfera sobrevivirá. El planeta ha tenido cinco extinciones masivas y sobrevivirá a la nuestra”, sentenció García Moreno, como con una punzada en el abdomen.

Lorena Mateo en L’Arcu la vieya. | Foto: David Aguilar Sánchez

¿Qué hacer cuando el golpe está asegurado? Según la investigadora y docente de Geología, solo nos queda soltar el acelerador para minimizar las consecuencias. Ahí fue cuando cogió el testigo Lorena Mateo, de Extinction Rebellion, que inauguraron su nodo en Asturies hace algunos meses. Desde el inicio de la andadura en el Principado, XR —como se les conoce— han tenido reuniones internas en las que se han planteado los pasos a seguir para ampliar su implantación territorial y acciones como la destrucción de un falso Soroya cuyo robo del Bellas Artes fingieron.

Moreno procedió a hacer una presentación de Extinction Rebellion y las virtudes de la organización colectiva en una estructura horizontal y descentralizada. Ella mismo narró cómo pasó de un pensamiento negativo para enfocar las emociones de “desesperanza, tristeza y enfado” de forma colectiva y conseguir cambios interesantes con acciones no violentas “más eficientes que las violentas”. Lo hacen “sin jerarquías” y con una división del trabajo para que todo el mundo esté cómodo con sus tareas. “No todas tienen que hacer acciones arriesgadas”.

La misión de XR no solo mitigar la crisis climática, sino crear una “red apoyo” basada en la no culpabilización, sino en la imputación de responsabilidad a un sistema en el que las personas están inscritas y en el que su capacidad de decisión está limitada. Otro de los puntos básicos para este grupo que nació en Londres es la organización de asambleas ciudadanas, una forma de participación deliberativa garantizada por la Ley desde 2021, aunque lamentan que todavía no haya habido ninguna de carácter vinculante.

Público en el acto por la emergencia climática del Arcu la vieya. | David Aguilar Sánchez

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